Soy Emilia Jones, llevo dos años de matrimonio con Antonio Del Castillo, hoy se cumple nuestro acuerdo de matrimonio, y estoy en mi oficina cuando veo entrar a su abogado.
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Reencuentro
Capítulo 8: Reencuentro
Hoy me levanto temprano como siempre, fui al médico para hacerme un chequeo, pues mis náuseas matutinas no paraban, y me lleve la grata sorpresa de un embarazo no deseado, pero que ya estaba en mi vientre creciendo, y sin dudarlo lo acepte inmediatamente; tome la decisión de no contarle a Antonio, pues él está feliz con Jimena y con el niño que viene en camino, y yo no soy quien para arruinar esa felicidad, además, que ganaría con eso, absolutamente nada, porque él no me quiere y eso me ha quedado muy claro.
Hoy, me dirijo al aeropuerto, rumbo a New York, a criar a mi hijo o hija sola, lejos de su familia. Quizás soy egoísta al alejar al niño de su padre, pero es la mejor decisión, pues no quiero interferir en la felicidad de su padre y que se sienta atado a mí solo por compromiso.
Llego al aeropuerto y entrego mis documentos y me dirijo a la cabina de abordaje. El vuelo dura tiempo, así que me distrajo leyendo un libro, esto siempre ayuda. Después de un tiempo volando, llegamos finalmente al lugar de destino, retiro mi maleta y me dirijo directamente al hotel en donde hice una reserva anteriormente, y luego me dirijo directamente a la empresa.
6 AÑOS DESPUÉS
Ya han pasado 6 años, desde que me fui de España. Siempre he estado en contacto con mis padres, y ellos saben sobre mis hijos, Pues tuve gemelos, una niña y un niño, el mayor es Evans y luego sigue Mía, ambos tienen mis apellidos, obviamente, ya tienen 5 años, y son hermosos, Evans se parece bastante a mí al igual que Mía, aunque ambos tienen muchas cosas de su padre, tienen el carácter de él; perdí el contacto con Antonio, pues no quiero interferir en su vida.
Hoy debo ir una reunión de un socio, dice que me presentará al nuevo inversionista de la empresa, dice que es amigo suyo y que está bastante interesado en invertir en uno de nuestros proyectos, aunque no quiero irme y dejar a mis angelitos debo asistir al lugar, así que le llamo a Jazmín, quién es la niñera de los niños para que venga y se quede con ellos, pues la señora Martha ya se ha ido a su casa.
Cuando llego a la reunión no parece una reunión normal como otras a las que he asistido, más bien parece una celebración, y no sé en verdad a que se debe.
Bebo una copa de champán y Ernesto camina hacia mí y me saluda, y luego me lleva a conocer al nuevo socio del proyecto.
ERNESTO: ¿Señor Del Castillo?
Al escuchar ese apellido mi cabeza zumbaba como, nunca sentí un fuerte dolor en el pecho. Y salí de mi realidad cuando él me extendió la mano y pronunció mi nombre.
ANTONIO: ¿Sí?
ERNESTO: Le presento a la directora de la sucursal Enjoy.
ANTONIO: mucho gusto, Antonio.
EMILIA: mucho gusto, Emilia.
El resto de la recepción transcurrió en total normalidad. Cuando terminamos, me dispuse a dirigirme a mi casa, para encontrarme con mis pequeños. De pronto, siento que me agarran por la muñeca, y al voltearme me encuentro con los hermosos ojos de Antonio mirándome fijamente.
ANTONIO: ¿podemos hablar un momento?
EMILIA: ¿sobre qué hablaríamos?
ANTONIO: sobre todo lo que ha sucedido todo este tiempo en el que nos hemos visto
EMILIA: ok, pero ahora no puedo, debo regresar a mi casa.
ANTONIO: yo también me voy ya, si gustas puedo llevarte a tu casa.
EMILIA: gracias, pero no es necesario, llamaré a mi chófer, tú, ve a descansar.
ANTONIO: insisto.
Sin más que decir, y no lograr zafarme de su propuesta, decidí aceptar su invitación, me llevo hasta mi casa y ahí nos despedimos acordando encontrarnos al siguiente día para almorzar.
