En La Cocina De La Mafia

Christopher

-Entonces Fiore quiere un cargamento de 25 toneladas?

-Sí, así es Héctor, me pagó la mitad y la otra mitad cuando el cargamento llegue a México

-Uhm y para cuándo?

-Dentro de dos días, ahora tengo que ir a la fábrica (lugar donde se cocina la coca)

-Entiendo

-Mi hermana?

-Salió a encargarse de lo de García, ya sabes, desde lo de Goldi está realmente furiosa

-Es decir que casi me matan y ella está más molesta por el hecho de que mataron al perro

-Ya sabes cómo era ella con él, era como si fuera su bebé

-Sí, tienes razón- saqué un cigarrillo y le dí una calada para después soltar el humo

-Mmm fumando? ¿Qué te tiene preocupado?

-Nada, sólo esto del atentado en el hotel y todo eso

-Ajá y seguro que no tiene nada que ver con esa cocinera, no?

-No- volví a poner el cigarrillo en mi boca- pero hablando de ella, tú también la viste, ¿no?

-Te refieres a su espalda?- asentí soltando el humo- si lo ví

-¿Qué crees que pasó?

-Tú sabes muy bien que pasó, la castigaron

-Lo sé pero me refiero a, ¿por qué? Este tiempo que ha pasado con nosotros me ha servido para darme cuenta que es lo suficientemente inteligente para no hacer nada que la lleve a ponerse en peligro

-Sí, pero...- rasco su nuca- bueno Ivana me contó que cuando le trajo la ropa, se sentía incómodo de verse muy "expuesta"

-Te refieres a qué...?

-Bueno amigo, tú viste la quemadura, eso no es cosa del ruso, apostaría que fue cosa de su sobrino

Apreté mis puños y volví a darle otra calada a mi cigarrillo. ¡Maldita sea! ¿Por qué me ponía tan molesto? Pensar que ese imbécil hizo lo que creo que hizo me enfadaba muchísimo.

En la fábrica...

-Bien Hudson, encontraste alguna solución?- el tipo me miró serio

-¿Qué pretende que haga señor Morelli? Ya la hice un 20/100 más adictiva

-Se supone que eres el maldito científico, te contraté porque decían que eras el mejor. Los jóvenes generan resistencia cuando la consumen diariamente, incluso dejan de consumirla porque la maldita cosa no hace nada- levanté la voz, apoyando mis manos en su mesa científica

-Mire, tengo que hacer más investigaciones

-Mira, te daré un tiempo si no cumples, ya sabes lo que pasará

-Sí jefe- respondió tragando saliva

Salí de la fábrica y me dirigí al casino junto con Héctor, cuando llegué lo único que quería era irme a casa para comer, se me hacía agua la boca de pensar en Lola... bueno en su comida.

Italiano...

-Hola guapo- la voz de Minerva me quitó de mis pensamientos

-Qué quieres?- ¿Cuándo entró? No la oí

-Sólo quería saber si querías divertirte

-Mmm sabes necesito distraerme un poco, hoy fue un día estresante, vamos a mí casa

-Si claro, pero primero vamos a comer al restaurante

-Está bien- la comida de Lola era mucho mejor, pero ni modo

Llamé para avisar que no llegaría a cenar, cuando terminamos la cena nos dirigimos hasta mi mansión, los dos teníamos unas copas de más, aunque yo más que ella.

Está mañana al despertar mi cabeza dolía un poco, Minerva no se encontraba por ninguna lado, mejor, no quería verla, aunque el sexo de anoche con ella fue bueno, no sé, no sentí tanto placer como antes, me levanté de la cama, me dí una ducha rápida y me coloqué la ropa, estaba bajando para desayunar cuando escuché la molesta voz de esa mujer en la cocina.

-Voglio caponata

-Yo...

Lola

Es curioso como hace unos meses era una mujer libre y feliz, bueno tal vez no completamente feliz porque siempre sentí que me faltaba algo, el hecho de no haber disfrutado mi adolescencia por que siempre me hicieron a un lado por ser más avanzada que los demás, luego la universidad, fue difícil al principio, todos me miraban como un bicho raro, pero luego empecé a hacer amigos, a tener vida social hasta que mi mamá murió y todo se fue por el caño. Sólo había logrado tener un novio después de eso, con el que perdí mi virginidad, pero fuera de eso no fue especial en sí, lo terminé un tiempo después, de eso ya hacía unos 5 años y nunca más tuve nada con un hombre, no sentía deseos y ahora estoy aquí encerrada en una mansión y siendo la esclava de un Dios griego.

-Lola, entonces sólo seremos tú y yo en la cena

-Entiendo- me ponía un poco triste no verlo y me odiaba por eso

-Sí bueno, seguro tiene mucho trabajo

-Sí claro- sonreí, tiene el gran trabajo de follarse a cuánta mujer se le cruce

Carajo estas celosa idiota? ¿Qué te da el derecho a estar celosa? No eres nadie ¿entiendes? Me reprendí mentalmente. Después de cenar fui a dormir, en la mañana me levanté y me preparé para hacer mi trabajo, estaba preparando todo cuando el sonido de unos tacones bajando por las escaleras se oyó.

-Buenos días....- me callé al ver qué la mujer que estaba allí no era Ivana

Esta era una mujer alta, con buen físico, morena, cabello negro, ojos marrones y hermosa, pero con aire de engreída.

-Hablas español, eh? Me lo imaginaba, estos Morelli y su fascinación con el español, bueno, mira quiero comer caponata (comida italiana)

-Caponata? Pero a esta hora? ¿Cómo desayuno? Además, eso me tomaría tiempo y no tengo los ingredientes necesarios ¿No prefiere algo más simple?

-Ya veo, eres una holgazán, mira, soy la novia de tu jefe y te pido que me prepares lo que quiero- novia? Algo se quebró mi corazón?- voglio caponata (quiero caponata)

-Yo...- comencé a hablar pero él nos interrumpió

-Dejala en paz, ya te he dicho que no me gusta que des órdenes en mi casa, desayuna lo que ahí o vete

Ella no dijo nada, sólo se quedó mirándolo con fastidio y volteo los ojos antes de darle un sorbo a su café.

-Buenos días Lola

-Buenos días amo- saludé fría y cortante

-Amo?- rió la mujer

Christopher

Italiano...

-Me parece bien que tengas cortos a tus esclavos guapo, pero no entiendo porqué la contraste, es gorda y fea, lo único lindo son sus ojos y tal vez el cabello

-Qué te importa a quién contrate? Está es mi casa, yo decido, además, no la contraté por su físico sino por su sazón

-Bueno, claro que no fue por el físico y su comida, bueno, este servicio es regular

Me levanté de la silla, apoyé mis manos sobre la mesa y con la voz más seria y profunda dije.

-Será mejor que te lleve a tu casa

La saqué de la casa y la subí al auto, la dejé en su departamento y dí por terminados nuestros encuentros, ya no quería saber más nada de ella, le dije que no quería tener más relaciones con ella y que ya no era bienvenida en mi casino.

-Pero por qué?

-Bueno porque eres fastidiosa, te das derechos que no te pertenecen y el sexo contigo dejo de ser interesante- ella me dió una cachetada

-Maldito hijo de perra ya vas a volver a buscarme pero ni sueñes bastardo- salió del auto

Conduje hasta el casino, debido a que era un asunto personal preferí que Héctor me esperara allí, estuve trabajando hasta que llegó la hora de comer, podía ir a casa temprano, no creo que al jefe le moleste, pensé, tomé mis cosas y me fui a casa. El resto del día lo pasé en casa, viendo desde la ventana cómo Lola nadaba en la piscina, al parecer si le gustaba. Dije que iría a dormir después de comer, así que ella aprovechó para meterse en el agua, sigue distante conmigo, incluso podría decir que hoy estaba peor, ¿Será porque vió a esa mujer? ¿Podría ser que esté celosa?.