LOS RUTTHERFORD - NATALIA RUTTHERFORD

Tienda tras tienda Natalia se dio la satisfacción de llevar al pequeño Misha probándole cuanto conjunto le pareciera que le quedaría lindo al niño y también ropa para ella.

Por otro lado, Vasily se mantenía cerca tan solo observando a la mujer volverse loca comprándole ropa al niño, preguntándose ¿Qué tanta más compraría?, cuando acepto complacer el capricho de llevarlos, no pensó que sería de esa forma, ¿Qué no había dicho que solo sería una muda de ropa la que compraría?

-          Tenga – le dice Natalia entregándole las bolsas de las compras.

-          ¿Perdón? – le dice Vasily viendo las bolsas sin recibirlas

-          Le digo que lleve las compras, después de todo son de su hijo – le dice responsabilizándolo

-          Usted fue la que quiso venir de compras y exagerar, yo quería llevarlos a la mansión, así que creo lo más justo es que usted cargue con la responsabilidad de sus decisiones – le dice de forma firme – además usted misma dijo que yo sería como una basura a su lado ¿recuerda?, hasta donde sé, la basura no sirve para estas cosas – le dice con una sonrisa burlona

-          Incluso la basura puede reciclarse – le refuta Natalia terminando de entregarle a la fuerza las bolsas al hombre – además si ya está aquí no solo se siente a mirar – le dice tomando la mano de MIsha y caminando hacia la salida de la tienda.

-          Esta mujer – dice resignado, mientras observa a la mujer y al niño acercarse a la camioneta

Vasily dejo las bolsas en la maleta de la camioneta, luego se subió y se dirigió al restaurante familiar que Natalia le indico.  Al llegar Misha vio todo el lugar con una enorme sonrisa, se veía que el niño la estaba pasando bien.

-          ¿Qué quieres comer Misha? – le dice Natalia viendo el menú junto al niño luego de haberse sentado en una de las mesas.

-          Quiero pizza – le dice señalando su elección.

-          Bien, entonces pizza será, de tomar ¿quieres un batido? – le sugiere

-          Si, de fresa – le dice feliz

-          Excelente – le dice Natalia sonriendo

Para Vasily esa situación era ridícula, ¿Cómo podía sentirse emoción por solo comer?, además la mujer no dejaba de hablarle al niño de forma cariñosa, algo que él no experimento a esa edad, es por ello que toda esa situación le parecía tonta y sin sentido o propósito.

La mesera les trajo una pizza familiar acompañada de los batidos, los dejo sobre la mesa y antes de que se pudiera marchar Vasily la detuvo.

-          Pruébala tu primero – le dice a la mujer con una mirada asesina

-          ¿Disculpe? – le dice la mujer confundida, mientras Natalia se limitó a mirar la escena

-          Lo que has escuchado, no tengo un probador así que tú lo harás – le dice con su sonrisa de hiena

-          Pe… Pero – la mujer estaba asustada ante la mirada del hombre

-          Hazlo- le dice imponente – te lo aconsejo – le dice entregándole uno de los batidos y una rebanada de la pizza

Amenazada, la mujer tomo la rebanada de Pizza la mordió y luego bebió un sorbo del batido.

-          Bien, ahora siéntese con nosotros – le dice haciéndole un ademan con la mano hacia la silla vacía.

-          Vasily, creo que – Natalia hizo silencio al ver la mirada del hombre

-          Usted quería vivir esta experiencia imprevista sin tomar en cuenta ninguno de los riesgos – le dice serio – si le incomoda esta situación, piense que usted fue quien la causo – voltea a mirar a la mesera quien seguía de pie – siéntese – le dice imponente.

Al instante la mujer se sentó con ellos y terminaron comiendo en medio de una situación incómoda en la que había una mujer obligada a estar allí, Vasily no comió ni un solo bocado, por suerte Misha no podía percibir lo pesado de la situación y comió alegre sin percatarse de lo que sucedía.

Terminaron de comer y salieron del lugar, en compensación de todo el problema causado Natalia le dejo una muy jugosa propina a la mujer y hablo con el encargado del lugar.

Sin prestarle atención a las malas caras y comportamiento molesto de la mujer, Vasily condujo hacia el parque de diversiones, donde todo era ruido, gritos y personas por todos lados.

Mientras Natalia subía al pequeño en todas las atracciones que este quisiera probar, Vasily se mantenía alerta, el lugar era demasiado amplio, volviendo el rango más grande obligando a estar atento a todas las direcciones.

-          ¿Quiere quitar esa expresión? Arruina totalmente el ambiente– le dice Natalia sosteniendo el algodón de azúcar de Misha

-          No vine a divertirme a diferencia suya – le dice Vasily serio – mis métodos de diversión son diferentes – le dice encimándose a Natalia - ¿quiere que se lo muestre? – le dice sonriendo.

-          Olvídelo – le dice seria, luego suspira -  mire, compre esta cámara desechable, quiero que Misha recuerde bien este día, así que le he tomado fotos por todas las atracciones – le dice mostrándole la cámara.

-          Si, lo sé, los he visto posando en todos lados – le dice indiferente - ¿Por qué me lo menciona ahora? – le pregunta, era obvio que ya él se había percatado de la cámara desde el instante en que llegaron al parque y la mujer comenzó a tomarle fotografías al niño por cuanto lugar le gustara.

-          Pues, quiero tomar una fotografía con los tres juntos – le dice seria

-          Eso es innecesario, ¿para que lo haría? – le dice indiferente

-          Porque usted es el padre de MIsha y punto, ahora sonría por al menos una vez en su vida para mostrarle a su hijo que su padre puede sonreír – le dice imponente.

-          ¿Sonreír?, yo siempre lo hago – le dice confundido.

-          No lo hace, solo finge sonreír – le dice Natalia de forma tajante – su fachada es tan falsa que es fácil ver que solo se trata de una mentira para disimular y crear una barrera a sus sentimientos – le dice seria, dejando a Vasily paralizado al darse cuenta de que la mujer se había tomado el tiempo de ver bajo su máscara que por tantos años había sabido llevar de forma natural -  ahora sonría para la cámara, piense en la persona que más ama y podrá sonreír de forma natural – le dice sonriendo de forma amable, algo que Vasily nunca había visto.

-          Es la primera vez que usted me sonríe – le dice alivianando su expresión.

-          Si bueno, usted es insoportable, pero por hoy estoy haciendo una excepción – le dice riendo.

-          Qué tontería más grande – le dice Vasily riendo contagiado por la mujer.

-          Exactamente esa sonrisa debe mostrarle a su hijo – le dice Natalia viendo la sonrisa sincera del hombre, algo que lo hacía ver diferente.

-          Mayor tontería, tome de una vez la fotografía – le dice cargando al niño

De esa forma Natalia consiguió un registro fotográfico de aquel día que, aunque no había sido perfecto, era el más feliz en los recuerdos que hasta ahora tenía Misha.