Su ex novio la dejó con muchas deudas, Camila se encontraba en bancarrota, los tribunales la están llamando para un juicio, no sabia que hacer, hasta que su jefe le propuso un contrato, él la iba a comprar, ¿será que una chica que está tan humillada volverá a sentir algo por algún hombre?
NovelToon tiene autorización de emma jauregui para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Lo intentaremos cada día
Camila vio el carro estacionado fuera de la clínica, Nicolai la esperaba fuera del carro estaba apoyado sobre la puerta, Camila por primera vez pudo disfrutar de la vista del magnífico hombre que se encontraba frente de ella, era alto y musculoso y a la vez un poco aterrador, tenía una mirada decidida y hasta terca se podría decir. En cuanto Nicolai la vio la miró de arriba abajo sin ningún tipo de decoro, su mirada le decía que la quería tomar en ese momento, ella sintió que sus mejillas ardían y agradecía su maquillaje para ocultar cualquier tipo de reacción inesperada.
Cuando llego cerca de él, solo se la quedo mirando, él sonrió de una manera pícara, sintió que con su mirada la felicitaba por hacer lo que él le exigía. Se sintió furiosa así que fue la primera en hablar.
- ¿nos vamos a quedar aquí parados todo el día? - dijo ella sarcástica\, pero con un poco de miedo en la voz.
- ¿qué sucede con muy kotenok, hoy de nuevo vas a sacar tus garras? -dijo él sonriendo y tomando un mechón de cabello rojizo de Camila en sus manos.
- ¿qué dijiste? - él le la había llamado de alguna forma y se sintió desconfiada.
- muy kotenok significa mi gatita en ruso... entra al carro - él se apartó y dio la vuelta al auto, se montó en el asiento del conductor. Ella abrió la puerta del copiloto y se sentó. Nicolai la había ido a buscar en persona, él siempre iba acompañado por su conductor.
- ¿por qué el apodo? - pregunto ella cuando él comenzó a conducir.
Después Camila pensó que la pregunta más lógica era preguntar a donde la estaba llevando ¿cómo se estaba preocupando más por el apodo?, y para más rabia de ella, él no respondió solo miró la carretera. Su rostro de nuevo estaba serio, desde ese ángulo podía observar su rostro y la cicatriz en su labio, estaba ubicada en la esquina de su labio ¿cómo tenía una cicatriz en su rostro? Tenía muchas ganas de pasar sus dedos por la cicatriz, no parecía muy profunda y no deformaba su rostro, hacia todo lo contrario, tenía un rostro atrayente, pero no se podía decir bonito, muy femenino o delicado, su rostro mostraba todo lo contrario, era muy masculino, en ese momento estaba relajado así que su mirada era desinteresada.
- ¿cuánto tiempo me vas a mirar fijamente? - preguntó él de repente sin apartar la vista de la carretera\, Camila dio un pequeño salto al escuchar la repentina voz masculina.
- ¿a dónde me llevas? - era una buena forma de esquivar alguna pregunta\, con otra pregunta.
-vamos a mi casa, allí te vestirás y estará un estilista esperándote para arreglarte, luego iremos a una fiesta, allí va a estar una tía política ella es muy chismosa así que yo sé, que, si me ve más apegado a ti, va a contarle a mi padre.
- ¿tanto miedo le tienes a tu padre?
-no- él la miro con rabia, lo había ofendido con la pregunta - es respeto, él es la cabeza de la familia nadie lo desobedece, además que las empresas están a nombre del apellido, por normativa de jerarquía él es dueño el siguiente heredero sería yo, tengo que respetar lo que mi padre dice.
-no pensé que aun en pleno siglo veintiún existía eso - Camila se miró las manos sintiéndose inculta o tonta.
-Inglaterra aún usa eso y algunas familias rusas aún lo hacen. Nuestra economía crece de esta forma, mientras que otras familias dejan hijos ricos y mimados, que no saben que hacer con el dinero que en sus últimos días terminan siendo familias en la quiebra nuestra familia deja futuros empresarios.
- ¿así que tu padre los forma estrictamente para ser grandes empresarios? - Camila veía como pasaban las calles estaba empezando llover\, se quejó internamente con un clima frío como ese\, solo faltaban tres meses para navidad así que otoño ya estaba refrescando tenía tantas ganas de quedarse en casa enrollada en cama.
-si, él controla todo, tanto que quiere controlar la siguiente generación.
- ¿puedo preguntarle su edad? - si el jefe de familia estaba tan preocupado por la siguiente generación\, pensó Camila\, significa que su hijo había pasado del tiempo normal de casarse
-treinta y siete- él sonrió de una forma orgullosa, no era joven, pero no era de esperar esa edad, se veía muy bien y él lo sabía - al lado de mi padre estoy muy tardado. Camila giro su cabeza y observó la calle ya estaban en la parte más rica de Nueva York, Upper East Side, el otro departamento de Nicolai estaba lejos de este lugar. Llegaron a uno de los altos edificios y Camila observó impresionada, estos edificios eran absurdamente caros. Nicolai la empujó para que entrara. Se dirigieron a un elevador, él colocó un número y una tarjeta negra, el elevador se abrió y ella entró, no necesitaba que la volviera a empujar para saber que debía de entrar, comenzaron a subir hasta llegar al último piso.
-pensé que tu departamento principal era el primero que visité- dijo Camila admirando el hermoso departamento, este era muy diferente, con colores blancos y cremas, estaba amueblado un poco más confortable, los sofás eran acolchados y llenos de cojines, había pequeñas mesas dispersadas y un gran televisor que abarcaba la pared principal.
-el otro queda más cerca de mi oficina, vine a este porque estaba más cerca de la reunión a donde iremos, normalmente es mi hermana quien está aquí, sé que es un poco más afeminado así que te sentirías a gusto para pasar la noche.
Camila pensó que era cierto, no contrastaba en nada el pent-house con Nicolai, él era una mancha negra en tanta delicadeza y blancura, el pent-house anterior era un poco más pequeño, pero se podía decir que tenía la firma de él.
-deja de mirar para todos lados y ven a mi habitación - dijo Nicolai comenzando a caminar para el segundo piso.
Camila lo siguió y entraron a una habitación de tonos grises, ahí se encontraban dos mujeres, Camila se detuvo de un golpe. No sabía que podía imaginar, miro a Nicolai y este se estaba empezando a quitar la corbata.
-siéntate ellas te arreglarán, el vestido está encima de la cama - dijo él explicando la presencia de las chicas.
-yo me puedo arreglar sola, toda mi vida lo he hecho y no lo hago mal -refuto Camila sintiéndose fuera de lugar.
-bueno... -Nicolai tomó el rostro de Camila entre sus manos y la observó, ella pensó que la iba a besar, pero él sonrío y la soltó - deja que te ayude.
Él se dirigió a otra puerta y se fue, Camila se sentía furiosa ¿qué quería decir ese idiota al verla de esa forma?, que se creía, miro a las chicas y sonrió con resignación, no quería ser maleducada y despacharlas.