De la novela " Los hijos que me dió la vida", tuvimos la oportunidad de conocer la historia de David Montes, en "Amor a diez mil metros de altura"el hermano mayor de tres hermanos, ellos tuvieron que vivir una terrible perdida, pero gracias al amor incondicional de Alejandra, su segunda madre y Fernando, quienes cumplieron el rol de padres, ellos salieron adelante, ahora es el turno de Duvan y Dominic.
Se verán enfrentados a dos hermosas chicas, con personalidades totalmente opuestas, pero que poco a poco, van a demostrar, que la teoría de que los polos opuestos se atraen, es cierta, acompáñame en esta increíble historia.
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CAPITULO 7
Duvan Montés
Me levanté temprano, Lilieth se tenía que ir antes de que saliera el sol, en cuanto nos despedimos, fui a la cocina a preparar el desayuno, comencé a picar la verdura y a poner el pan a tostar, recordé aquella chica que mi hermano trajo, y puse un pan adicional.
Ya estaba por terminar cuando escuché unos gritos, preste atención atentamente y supe de inmediato, que los gritos provenían de la habitación de Dominic, caminé con rapidez hacia allá, no sabía si mi hermano estaba en problemas, así que abrí la puerta abruptamente, encontrando a aquella chica sobre mi hermano a horcajadas.
- Lo siento, lo siento, no quise interrumpir, pensé que estabas en problemas -- dije cerrando la puerta.
- No seas tonto, aquí no está pasando nada, no pienses cosas que no son-- le escuché decir a Dominic.
- No te preocupes, aunque se lo contaré a mamá, seguro se pondrá muy feliz -- dije para molestarlo, sabía lo que iba a pasar, así que corrí a mi habitación y me encerré.
Segundos después escuché los pasos de mi hermano y posteriormente el golpeteo en mi puerta -- ni se te ocurra decir una sola palabra de esto a mamá, si te atreves te saco de patitas a la calle, no me retes -- me advirtió, pero sé que no sería capaz.
- Si no te calmas y regresas a tu habitación, él desayunó se quemara, prometo guardar tu secreto, soy toda una tumba -- lo molesté un poco más.
- Eres un idiota -- respiró frustrado, luego escuché sus pasos alejarse, abrí la puerta despacio y me cerciore que no estuviera por ahí al acecho.
Salí con cuidado y pude llegar a la cocina sin problema, al poco tiempo los dos tortolitos ya estaban en la cocina.
- Vamos, siéntesen a desayunar, necesitan recuperar fuerzas -- comenté.
- ¿vas a seguir de gracioso?-- me reprendió Dominic.
- vamos hermano, ponle un poco de alegría a la vida, además a tu chica no le molesta -- aquella mujer estaba en silencio disfrutando su desayuno.
- Me llamo Sara, y no soy la chica, ni propiedad de nadie-- dijo cortante.
- ok, ok, ya me quedo claro, no molestaré más, desayunen tranquilos -- les dije.
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Al terminar, fui por mi blazer y mi bolso, Dominic salió primero, dijo que dejaría a Sara en alguna parada y luego llegaría a la oficina, yo dejé todo limpió y bajé a buscar mi auto, me subí en él y conduje en dirección a la empresa, iba escuchando mi música favorita y en una de las vías principales, pude ver a una chica a lo lejos, batiendo sus manos, tratando de tomar un taxi, pero por la hora, sabía que iba a estar imposible que lo lograra, y por la parada donde estaba, sabía que se dirigía por la misma ruta que yo.
Por impulso decidí orillarme y ofrecerle mi ayuda, acomodé mi auto y bajé el vidrio-- Hola, disculpa,¿necesitas que te lleve?-- le pregunté pero aquella mujer, se acomodó su traje y cubrió su pecho con su portafolio, la verdad me pareció muy graciosa.
- Muchas gracias, señor, pero estoy esperando a alguien -- dijo con un tono nervioso, comprendí que lo que estaba haciendo era extraño y arriesgado para ella, puesto que no me conoce.
- Perdón, creo que debo presentarme correctamente, no quiero que te hagas ideas equivocadas, no soy una mala persona -- le aclaré.
- que alguien te diga que no es mala persona, no asegura que así sea, es como decir que yo soy la persona más sociable del mundo, no eres lo que dices, eres lo que demuestras-- respondió directamente, me recordó a Dominic, de la misma manera, responde el.
- Lo sé, lo sé, y tienes razón, entonces vuelvo y comienzo... Hola, soy Duvan Montés, puedo ofrecerte ayuda y llevarte a dónde necesites ir, está hora es muy difícil conseguir transporte, y por lo que veo, parece que vas tarde-- ella seguía insistiendo en detener un taxi pero no obtuvo suerte -- si quieres le puedes tomar una foto a mi auto y placas, y se las envías a algún amigo o familiar tuyo-- ella miró su reloj, luego tomó su celular y tomó un par de fotos de mi auto, luego se subió.
- por hoy voy a confiar, pensándolo mejor, no pareces ser malo, espero no equivocarme -- dijo, mientras abrochaba su cinturón de seguridad.
- vas a estar segura, lo prometo, pero ahora dime dónde te puedo dejar-- le pregunté.
- Tu solo conduce por la avenida principal, me quedaré cerca del parque central -- dijo y yo asentí, íbamos a lugares cercanos
Al llegar la dejé dónde me indico, sacó de su cartera dinero y me lo ofreció, pero no sé los acepté.
- Te invitaré algo la próxima vez que nos veamos, de verdad muchas gracias por traerme, adiós señor-- dijo, y se alejó casi corriendo, puse en marcha mi auto, llegué a la empresa, lo acomodé y entré, mi hermano estaba en la planta principal hablando con algunos de nuestros clientes.
- Buenos dias-- saludé, todos respondieron a mi saludo.
- que bueno que llegaste, hoy tengo una reunión con un posible cliente que nos contacto a través de unos amigos, pero también quedé de entrevistar a los que aplicaron para el puesto de técnicos-- yo asentí.
- yo me hago cargo, ve tranquilo y cierra ese trato a nuestro favor -- le dije, mi hermano asintió y salió, me acerqué a la recepcionista.
- Cuando lleguen las personas a la entrevista, las haces pasar a mi oficina, yo me encargaré de realizarlas-- la chica asintió.
Yo entré y organice mi escritorio, ya estaba terminando, cuando tocaron a la puerta, di permiso para pasar, y la secretaria entró, avisándome que ya había llegado el primer postulante, le indique que lo dejara pasar.
El chico entró y se presentó, aunque se veía un poco desordenado en su vestimenta, no lo juzgue, pero a medida que respondía las preguntas que le hacía, menos me convencia, di por terminada la entrevista agradeciéndole su tiempo, el chico se fue.
Pasaron varios postulantes más y no habían llenado por completo mis expectativas, de pronto, la secretaria regresó y me indicó que había llegado una chica, me sorprendió, recuerdo que mi hermano, en la solicitud puso en preferencias <
Estaba escribiendo los reportes en mi laptop, que no me percaté que la chica ya había entrado a la oficina, levanté la mirada por qué sentí que alguien estaba mirándome, la sorpresa fue mía al hallar de pie, frente a mi, a la mujer que está mañana acerqué a su destino, la invité a sentarse.
- ¿Que sorpresa, que haces aquí?-- le pregunté.
- ¿Tú eres el que me va a entrevistar?-- me respondió con otra pregunta, yo asentí-- Wow, definitivamente el mundo es muy pequeño-- yo sonreí por sus palabras.