NovelToon NovelToon
SECRETARIA DULCE

SECRETARIA DULCE

Status: Terminada
Genre:CEO / Oficina / Secretario/a / Romance entre patrón y sirvienta / Romance de oficina / Amor eterno / Completas
Popularitas:120k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Irwin Saudade

Cristell obtiene una pasantía en una empresa de renombre. ¡Una oportunidad única! Sobre todo porque el CEO le da un puesto demasiado cercano a su corazón y así, ella descubre que su jefe se encuentra enamorado de una secretaria dulce. ¿Quién es esa señorita afortunada?

NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

EN UN HOMBRE

—¿En qué puedo ayudarte? —Aparta la vista de su computadora.

Camino hacia su escritorio, no tengo dudas de mi decisión.

—Ya tengo una respuesta —le digo con firmeza—. Necesito esclarecer un punto también.

Sus labios se dibujan de forma curiosa, su mirada está enfocada en mí y su mano acaricia su barba. ¿Qué estará pensando?

—Adelante, te escucho.

Me acerco a su escritorio y sonrío con amplitud.

—Sí voy a aceptar tu petición de que seamos novios de apariencia.

¿Qué significan sus pupilas en este momento? Parece complacido, su semblante lo irradia.

—¡Gracias por hacer esto!

—Pero tengo algunas preguntas a las que necesito les puedas dar una respuesta.

—De acuerdo. Pregúntame lo que quieras.

Respiro con fuerza para no sentir nervios.

—¿Por qué elegirme a mí para algo así? No me des como respuesta que soy del agrado de tu madre. Se sincero conmigo, recuerda que somos amigos.

Asiente con ligereza, sus cejas se mueven y su gesto es grato a mí.

—¡Me gustas! —No titubea en pronunciar, su mirada brilla con sus palabras—. Desde el primer momento en que te vi, captaste mi atención y me gustas.

No sé si sonreír o morderme los labios. ¡Eso fue inesperado! ¿Mi jefe enamorado?

—¡Gracias por gustar de mí! No creí...

—Seré sincero contigo —me interrumpe—. Te vi por primera vez en tu escuela.

—¿En mi escuela?

—Estabas recostada en una jardinera y hablabas por teléfono con alguien. Recuerdo que tus palabras fueron muy reconfortantes para mí aunque no iban dirigidas a mí.

—¡¿De verdad?!

—Sí, fue justo hace un mes.

—No te vi, seguro estaba muy concentrada hablando por teléfono.

—Eso fue un hecho. Estabas recostada mirando el cielo y diste ánimo a un amigo tuyo. Le dijiste —su mirada parece irradiar un sentimiento oculto, me sorprende el que me esté contando esto—, tu diagnóstico no define el valor de tu persona. ¡Eso me llegó al corazón!

¡Entonces lo recordé! Recordé ese día y la conversación telefónica. Fue el mismo día que Sebastián nos contó el tema de su salud.

—¿Por qué te llegó al corazón?

—Porque es difícil vivir con un diagnóstico que tiene estigmas.

Mirar sus pupilas y escucharlo abrir su corazón ante mí, eso me hizo sentir que este hombre sufría por amor. ¿Y cómo podía ayudarlo yo? ¿Habría alguna forma para hacerlo sentir reconfortado? Mi sospechosa sobre su diagnóstico era cierta.

—Eres seropositivo, ¿verdad? —No me da miedo preguntarle.

Sus ojos se cristalizan, traga saliva, la manzana de su cuello se mueve y su fragilidad sale a flote.

—Soy seropositivo —admite.

No aparta la mirada de mí, mi corazón se rompe en ternura y compasión por él. ¡Sé como debe sentirse! Decido acercarme a él.

—¿Puedo abrazarte? —Abro mis brazos para poder cobijarlo. Se pone de pie, su altura no es impedimento para mí y con todas mis fuerzas lo aprieto a mi cuerpo. Pongo mi rostro en su pecho, mis manos están en su espalda y siento sus manos en mi espalda. ¡Un abrazo para curar el alma! —Eres más fuerte que el simple hecho de ser hombre. No estás solo, yo quiero estar contigo.

Alejo mi rostro de su pecho y hago contacto visual con él. Tiene unas lágrimas en sus mejillas, intenta sonreír para mí.

—Desde hace mucho tiempo estoy anhelando un abrazo tuyo y hoy estoy deseando no soltarte —su voz es frágil.

—No me sueltes entonces, yo tampoco te soltaré. Cómo te dije el otro día, somos amigos.

Este momento es muy importante en nuestra relación, siento un interés enorme por Massimo.

—Esa bondad que tienes me gusta más que tu franqueza —su voz se recupera de la fragilidad—. No tienes ni idea de cómo tuve que ingeniármelas para poder acercarme a ti de esta manera.

Sus palabras me dan intriga y quiero saber lo que hizo para poder obtener este momento.

—¿Le pediste a tu doctor que mencionara los laboratorios por nombre?

—Sí. Le pedí eso. Yo sabía que tú sabías de qué se trataba todo eso, ese día que hablabas por teléfono le preguntaste a tu amigo sobre la carga viral y los CD4.

—Sebastián, ese es su nombre. Hace un mes descubrió que también es seropositivo. Él es mi primo hermano.

—¿Y cómo está él?

—Está bien. Lo hemos apoyado mucho para que se sienta mejor.

Sonríe de forma suave.

—En mi caso, mi madre, mi médico y tú son las únicas personas que saben sobre mi diagnóstico —mi jefe está abriendo su corazón a mí—. Ese día que fui a tu escuela fue porque Sofía me pidió vacantes para sus estudiantes, recién había llegado cuando te encontré hablando con tu primo. Sé que no debí quedarme a escuchar, pero te lo prometo, me hiciste sentir muy bien. Cuando me reuní con Sofía mi mente estaba dispersa en tus palabras y de pronto llegaste a entregarle unos documentos. ¿Lo recuerdas?

—¿Tú estabas allí?

—Sí.

—Solo vi tu espalda.

Se ríe suave.

—Pues yo sí te vi y te reconocí. Cuando te fuiste, Sofìa me dijo que tú solicitabas una pasantía y así logré obtener tu información. ¡Por eso estás aquí! Porque yo quería sentirme reconfortado por ti.

—¿Y por qué no me abrazaste ese día?

—Temía asustarte.

—Lo hubieses averiguado ese día.

—¿Por qué aceptaste mi propuesta?

—Porque trato de imaginar lo difícil que debe ser para ti el tener que salir con mujeres que no te hacen sentir cómodo y, también porque tú madre se emocionó el día que nos vio en el restaurante. ¡Pensó que éramos pareja de verdad!

—Creo que tenemos buena química. Nos combinamos de ropa otra vez —él tiene razón. Su corbata es roja y tengo una falda roja.

—Mamá dijo que estabas loco por pedirme que sea tu novia de apariencia y también me dijo que meditara bien en que decidir. Me contaste que tu aspiración en la vida es poder encontrar el amor y por lo que vi cuando saliste con Andrea Licona, aún no tienes éxito con tu objetivo. Por eso, cuando tu médico habló esta mañana y me dijo lo de tus laboratorios, imaginé tu diagnóstico y eso me hizo pensar en porque tal vez es que tu objetivo aún no se cumple.

Sus pupilas están demasiado atentas a mí.

—¿Quieres ayudarme a cumplir con mi objetivo? —Sus cejas se mueven de forma curiosa.

—Nunca he salido con nadie aunque me gusta el romance. No sé si el que seamos novios de apariencia nos lleve a algo más.

—¿Tú estarías dispuesta a algo más?

—Debemos dejar que las cosas fluyan. ¿Te parece bien?

—Está bien.

—Deberíamos estipular un contrato.

—¿Un contrato?

—He visto que eso lo hacen en algunas películas. ¿Has visto A Todos Los Chicos De Los Que Me Enamoré?

—No.

—Lara Jean me inspiró a hacer esto.

—¿Esa es otra razón por la que aceptaste?

—Supongo.

Su mirada tiene una chispa de curiosidad.

—Está bien, redactemos un contrato. Toma asiento.

Abro mi cuaderno y alisto mi pluma.

—Será un contrato a mano y ¿te parecen bien cinco cláusulas? —Es la primera vez que voy a hacer algo como esto.

—Está bien.

—¿Primera cláusula?

—Salir a cenar conmigo por las noches.

—¿Todas las noches?

—Sí.

—Yo no soy de restaurantes caros.

—A donde tú gustes yo voy. No te preocupes por el transporte, te llevaré a tu casa con todo gusto.

—Vale. Eso está genial, mi sueldo se acabaría en puro pedir Uber.

Sonríe.

—¿Muestras de afecto? —Sugiere como segunda cláusula.

—Tomarnos de la mano, abrazos y besos en la mejilla —soy clara en ello—. Los besos en la boca no están permitidos.

—De acuerdo. Me parece bien.

—La tercera cláusula debería ser no mencionar nuestra relación en el empleo. No quiero que la gente me trate diferente por salir contigo. ¿Te parece bien?

—Está bien —dice él.

—¿Algo más?

—Sí todo funciona, la cláusula cuatro debería ser un noviazgo de verdad. ¿Estás de acuerdo?

—Creo que está bien.

—¿Y la cláusula cinco? —Sonríe, me mira con dulzura y sé lo que está pensando.

—Matrimonio. Yo aún creo en el amor eterno y siento que el noviazgo tiene ese propósito. Por eso, te pido que seas sincero conmigo y no tengas miedo de mis sentimientos. Si quieres llegar al matrimonio conmigo, entonces enamórame.

—¿Qué tengo que hacer para poder enamorarte?

Sonrió con picardía.

—Solo sé tú mismo y dame el cariño que me quieras dar. Yo haré lo mismo.

—Por ti lo haré —su respuesta me provoca una sensación dulce.

—Perfecto. ¿Cuánto debe durar este contrato?

—El tiempo que sea necesario, ¿te parece bien? —Su pregunta me parece razonable.

—Sí.

Le ofrezco mi mano para sellar el trato, sus dedos me tocan y nos miramos a los ojos fijamente. ¡Me siento bien!

—¿A dónde te gustaría ir a cenar esta noche?

—Te llevaré a cenar a mi casa, le pediré a mamá que prepare molotes.

—¿Molotes?

—¡Ya cenarás al rato!

1
Yaneccy Falcon
jamás le daría una bofetada a nadie por un chocolate allí dejo de ser el personaje tierno que están presentando
Celia Leticia Sanchez Jaramillo
me gustó mucho la novela 😘
Silvia Elena Navarrete Rosales
que buena novela muy diferente a todo lo que e leído felicidades al escritor que Dios lo bendiga
Cris Tina
me atrapó tanto tu historia ,que deja un gran mensaje .
y al leer cada una de las palabras del título de cada capítulo ,deja una hermosa frase .
Esther Bernal
Al autor gracias por aclarar ese punto
Esther Bernal
esta bien interesante me gusta
Silvia Quiroga
HERMOSA HISTORIA CON MUCHA INFORMACION PARA LOS QUE DESCONOCEN SOBRE LA ENFERMEDAD. FELICITACIONES AUTOR DIOS TE BENDIGA
Silvia Quiroga
ME PARECE DEMASIADO VERSE UNA VES AL MES SIN LLAMADAS NI MENSAJES. ESCRIBIR CARTAS PARA LEERLAS UNA VES AL MES. CREO QUE SE PASO DE ROSCA NO ME GUSTA. DESPUES DE TODO LO QUE PASARON JUNTOS
Claudia Cardenas: Me parece demasiado infantil.
total 1 replies
Silvia Quiroga
NO SE QUE PENSAR A ESTA ALTURA. CREO QUE RUBEN ESTA VIVO.PERO NO SE COMO LOGRO ENGAÑAR A LA POLICIA. Y DANIEL ES OTRO MALDITO QUE ME HACE SOSPECHAR
Silvia Quiroga
Definitiva.ente este tipo está obsesionado con ella y también loco.pobre ella y massimo les tocó lidiar con un par de locos
Silvia Quiroga
NO ENTIENDO NADA. COMO PUEDE SER QUE MASSIMO HAYA IDO A VERLO Y CAYO EN LA TRAMPA. O ES DEMASIADO CONFIADO O ESTA LOCO
Silvia Quiroga
MI VIDA QUE TIERNO. ESO ES VERDADERO AMOR , ESTA DISPUESTO A ESPERAR A QUE ELLA ESTE LISTA
Silvia Quiroga
EL AHORA TIENE MAS VALOR PORQUE ELLA LO APOYA MUCHO
Silvia Quiroga
POBRE TENER QUE VIVIR CON ESE CARMA. PERO ELLA LO AYUDADA A TENER MAS SEGURIDAD
Silvia Quiroga
QUE MALDITO SUERTE QUE NADIE CREYO SUS MENTIRAS
Silvia Quiroga
QUE LINDOS CONSEJOS LE DA LA ABUELA
Silvia Quiroga
LA VIDA SIEMPRE DEVUELVE LO QUE SIEMBRAS
Silvia Quiroga
QUE MALDITAS BRUJAS ANDAN ESPARCIENDO MENTIRAS Y FALSOS CHISMES.POR AHI
Silvia Quiroga
MUY INTERESANTE INFORMACION DEBERIA SER MAS DIFUNDIDO PARA QUE TODAS LAS.PERSONAS LO SEPAN
Silvia Quiroga
ME GUSTA MUCHO ELLOS HACEN TODO TAN NATURAL Y LA FAMILIA TAMBIEN LO TOMA NATURALMENTE
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play