Bienvenidas a esta nueva historia!
La vida de Katrina Harper directora del hospital y especialista en oncología.
Una mujer dedicada, para todos ella tenía una vida perfecta, el matrimonio soñado, un esposo esculpido por los dioses y un hijo prodigio.
pero ¿cual es la verdadera historia de Katrina?
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6
Anthony
La mayoría de mis compañeros envidiaban familia que tenía, pero no sabían lo triste que era ver a mi madre llorar en silencio, siempre en las noches que mi padre no llegaba, ella lloraba abrazada a la almohada, triste realidad que vivimos los hijos, mi madre es una mujer fuerte, al menos es lo que aparentaba, se levantaba con una dulce sonrisa.
Cuando ella se dara cuenta que no es un robot, que voy a entender si me dice que se van a divorciar,que no hay nada que arreglar con alguien que no la respeta, que ella da tanto amor y de qué sirve… – Ma te amo.-- pronuncie con gran esfuerzo, no quería verla actuar así. Cuando me diagnosticaron leucemia, ella se quedó allí, no es el fin del mundo, pero la quimio era tediosa, me sentía débil muchas veces pero estaba actuando como ella, no quería verla triste.
Escucharla decir que ya no más, que nos íbamos de la casa me alegro por mi madre, al fin estaba tomando la mejor decisión. Y por fin eso sería un nuevo comienzo para ambos, todo sería menos doloroso para mi como hijo, mi padre trajo a su amante a nuestra casa, no hay que ser experto para darnos cuenta de eso. Incluso la mujer tenía una cara de bruja.
Al día siguiente me sentía fuerte, quería ir a la quimio, mi tía Solansh le ponía mucho ánimo, me hacía reír, desde pequeño la adoro.
— Bienvenido mi niño, esta el desayuno…
Margaret me sonrió acomodando la silla,— Gracias Margaret, porque no descansas, se que estuviste despierta, no hace falta que me digas nada…— Ella se sentó a mi lado con esa mirada dulce, mi nana y segunda madre.
Ella me pellizcó la nariz — Eres muy inteligente, voy a descansar cuando vayas a la sesión de quimio…
Rodé mis ojos,— Pensé que te quedarías con la nueva…— sonreí con amargura. — ¿Por cierto mi padre se fue no?
Ella asintió soltando un suspiro. — Sí, la dejó a la bruja que no tardó en usar su escoba.
Ambos reímos mientras terminaba mi desayuno, así como ven mi nana es la mejor ella sabe hacerme reír. — Bueno ve a descansar ya me voy…
Ella dejó un beso en mi frente y dejó su bendición. — Lo haré y cuando regreses vamos a comer comida chatarra, hoy es un permitido…— decía sujetando mi mentón, sonrió divertida y se fue a su habitación.
La amo, Margaret es lo más.— joven, ¿estamos listos? — Robert la confianza con estas dos personas es 100 %nada es más importante que ellos.
Caminé hasta llegar al ascensor. — ¡Qué demonios! — Marcus alardea viendo su móvil…
Sonreí negando con mi cabeza — Marcus gracias por preocuparte por nosotros…
Él sonrió divertido y levantó varias veces su ceja,— Para servirle, oye Anthony vamos por lo de mi abuela de regreso de tu quimio, mira nos preparó unos pasteles de queso.— La verdad amaba los pasteles.
Sonreí emocionado, las mejores familias, no son las de sangre, son aquellas personas sinceras que siempre nos abrazan con calidez. — Pero con una condición: no le digas a Margaret…
Marcus asintió y después entró al auto y negó. — No puedo, mi abuela preparó para tu madre y Margaret. — Él sonrió divertido acarició su cejas y comenzó a avanzar, despierta de unos minutos llegamos al hospital, nos quedamos esperando en sala de espera, mi tía Solansh y mi madre estaban en el quirófano.
La espera me estaba poniendo nervioso, saque mi teléfono y mire la foto de Maria de los Ángeles, su sonrisa dulce y mirada angelical, sí su nombre hablaba por ella le escribí.
● ¡Hola linda!
● Hola te extraño mucho, que pasó todos estos meses nos han dicho que no podías venir a clases.
Sonreí negando con mi cabeza, mordí suavemente mi labio inferior…
●Te extraño mucho, me gustaría verte
●Bueno, dime cuando y estaré allí… Mmm, sabes que te amo bebé.
— ¡Paciente Anthony D'Agostino!
Levanté mi mirada, puse el móvil en mi bolsillo y seguí a la enfermera.— ¿Mi tía Solansh?
— Anthony ella te está esperando en sala…— dijo la enfermera
Después de terminar la quimio mi tía me acompañó a la salida .— ¿Bueno guapura, nos vemos mañana? — Me dio un beso en la frente y me dio un cálido abrazo.
Sonreí abrazándola con mis pocas fuerzas, — tía, gracias debo irme.— Cuando me separé de ella, miré y Marcus ya estaba con la puerta abierta, él sabía que mi cuerpo quedaba devastado, después de la quimio.
Ella sonrió viendo hasta que entre al auto Marcus cerró la puerta y saludé con mi mano,forzando una sonrisa, salimos de allí y me recosté en el asiento. — ¿ Hasta cuando?
Resonó la voz de Marcus y desde mi lugar. — Vamos con la abuela Luisa. — él asintió.
En el consultorio, Alessandro se separó de Katrina, él la miró con amor. — ¿Qué pasa si tomo tu caso? — preguntó en un susurro
Ella parpadeó varias veces. — Detente ¿Eres abogado acaso?
Alessandro sonrió divertido, — Claro, no solo me dedicó a la empresa, también tengo un bufete, oye Kat …
Katrina sonrió con tristeza — Soy una tonta … — Ella se cubrió su rostro.
Pero Alessandro con ternura separó la mano de su rostro, — Eres perfecta, nada me gustaría más que verte feliz, él no merece tus lágrimas.
Katrina sonrió, se sentó e hizo seña para que se pusiera cómodo. — Bienvenido al mejor hospital, espero poder ayudarte. — Ella estrechó la mano de Alessandro y esto le causó gracia, — bueno ahora necesito todos tus exámenes, — él asintió le entregó una carpeta y ella comenzó revisar los documentos sobre el tratamiento de Alessandro, ella negaba con la cabeza — Sabes esto no concuerda, sinceramente debería hacerse nuevos exámenes, señor Vannicelli…— Katrina anotó varias órdenes, y se la entregó.
— Esto vas a admisión y te harán todo mañana a primera hora…
— Kat, cómo puedes estar tan bien, después de pasar por tanto, me siento chiquito a tu lado.
Ella se puso de pié soltando un suspiro. — Hace mucho vengo viendo cosas, pero con la diferencia que ahora quiero estar bien y ser feliz, con mis hijos…— dijo acariciando su vientre plano.
— ¿Estás embarazada?... — él se acercó a Katrina y la abrazo fuerte y giró con ella entre sus brazos. — ¡Te felicito! — la dejó de pié dejando un beso en la frente.
Katrina con nerviosismo se separó de Alessandro, era la primera vez en años que estaba cerca de otro hombre, que no fuera Giovanni — ¡Dios! Ni yo lo puedo creer. — Ella trató de mantener la distancia.
Este no era tonto ,sonrió y acarició la mejilla de Katrina. — No temas, jamás haría algo que te moleste. — él tomó las órdenes que Katrina dejó sobre el escritorio. — Kat … mañana te veré descansa hermosa.
El rostro de Kat se ruborizó alcanzando el color carmesí, una sonrisa amable apareció curvando sus labios. — Mm gracias igualmente.
**Mis** querid@s lectores gracias por acompañarme hasta aquí.