A pesar de sus reservas iniciales, la conexión emocional y la química entre Nick Evans y Dayanne Wilson, es tan poderosa que los lleva a experimentar un deseo incontrolable de estar juntos. Esta sensación de atracción abrumadora los impulsa a explorar sus sentimientos y a desafiar sus creencias previas sobre el amor. Pero la situación entre ambos, se complicará por las propias inseguridades de Dayanne relacionadas con la intimidad, lo cual le impide entregarse por completo, aún cuando siente un deseo irrefrenable por Nick. A pesar de la intensa atracción que ambos experimentan, Dayanne lucha internamente contra sus propios temores y barreras emocionales que le impiden abrirse completamente a Nick y a la posibilidad de una relación significativa. Esta dicotomía entre el deseo abrumador y las inseguridades personales de Dayanne crea una tensión emocional que será crucial para el desarrollo de su historia juntos.
Los invito a leer esta hermosa historia de amor y superación ¡Disfrutenla!
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CAPÍTULO VII INTERÉS
Cada tanto, mientras estaba en cocción lo que él llamaba "la sopa especial de pollo" el magnánimo cuidador en quien se había convertido Nick Evans, se acercaba a la habitación para echarle una ojeada a la convaleciente paciente que le tocó cuidar sin proponérselo.
En una de esas visitas observó que ella esta vez, estaba en otra posición a la que la había visto la última vez que se asomó, probablemente porque se sintió incomoda. En esta oportunidad, Dayanne tenía una almohada pegada al costado y su brazo enyesado allí reposando. Y eso, ocurrió porque en efecto, se había despertado incomoda y trató de colocarse en su posición habitual para dormir, pero el malestar en el costado y el peso del brazo justo allí en su lado lastimado se lo impidió, sin embargo, pensando que estaba sola, y aprovechando la somnolencia que sentía continuó durmiendo sin molestarse a más que estar medio cómoda.
En ese instante, Nick lamentó el no haber venido antes para ayudarla, sin embargo, se acercó y con mucho cuidado, volvió a retirar el cabello que había caído en su cara, mientras la miraba fijamente casi embobado “Te ves cansada señorita Wilson, pero ni eso te quita lo hermosa” no pudo evitar detallar nuevamente toda su anatomía, al llegar a su cara nuevamente, detuvo la mirada en sus labios, dándole mayor atención a ellos, “Unos labios hechos para besar sin duda” pensó mordiendo los propios, de la pura tentación que sintió de inclinarse y cumplir con ese deseo que lo invadió por probarlos…
Entonces en contra respuesta a esa necesidad carnal, muy fuera de lugar en ese momento, y que lo estaba tentando poderosamente dicho sea de paso, miró a su alrededor para apartar toda su atención de la dueña de esos provocativos labios, y la dirigió a admirar lo bonita que era su habitación, sin duda una habitación femenina y muy elegante…
Nick salió y también se tomó el tiempo para curiosear por el acogedor lugar que cumplía la función de hogar de la señorita Wilson. Lo primero que observó, es que no era un apartamento grande ni excesivamente lujoso, sino más bien sencillo, pero muy bien amoblado. Reparó en la decoración y exaltó el muy buen gusto de Dayanne, notando que era además muy ordenada, pues cada objeto tenía su lugar asignado, desde las cortinas perfectamente alineadas hasta los cojines decorativos de sofá, que de hecho pensaba con ironía, parecía que solo él se había sentado allí desde hace algún tiempo. La cuestión es que todo lucia elegante sin ser ostentoso…
Lo otro que llamó su atención, fue la pulcritud, no había ni una pizca de polvo, el lugar aparentaba estar recién limpio, algo que él elogiaba mucho. Nick se sentía como si estuviera en el escaparate de una tienda de decoración de lujo, obviamente más por lo limpio. Para él todo eso reflejaba una atmósfera tranquila y acogedora, le gustó tanto ese lugar y que lo hacía sentirse relajado y en paz.
Admiró cada detalle que con sencillez pero buen gusto Dayanne le dio a su hogar, e imaginaba que para ello tuvo que haberle dedicado mucho tiempo y esfuerzo. Mientras miraba las fotos familiares expuestas en las repisas, el celular de Dayanne volvió a sonar, nuevamente en una video llamada…
. – ¡Hola! – Saludó a la pareja, convencido que querían saber cómo seguía su hija, lo que no esperaba fue ver sus semblantes de evidente angustia y mucho menos lo que escuchó después…
. – Nick, no podremos viajar, la tormenta que nos azota no nos lo permite – La zozobra en la voz del padre de Dayanne preocupó a Nick, no solo por lo que implicaba que no pudieran viajar, sino por su indiscutible estado emocional.
. – Señor Wilson cálmese… ella no está sola – Los tranquilizó Evans entendiendo la preocupación que le causaba que Dayanne estuviera o se sintiera desamparada.
. – Señor Evans, usted como su “AMIGO” – resaltó a propósito demasiado la palabra de una manera que claramente dejaba entender, no era lo que suponía eran ellos dos – La puede cuidar mientras nosotros podemos llegar, cuento en que puedes hacerlo, verdad… – Y tampoco esa era precisamente una pregunta.
. – Si por supuesto, yo… – Aceptó… “Solo que su hija y yo no somos amigos, y menos lo que usted supone” fue algo que al final, respondió solo para él.
. – ¡Ay muchísimas gracias hijo! no sabes el alivio que nos causas porque tú sabes que allá en la ciudad estamos solo nosotros y ella… - Le comentó Bárbara, asumiendo que Nick tenía conocimiento de la vida de su hija, sin saber que apenas se estaban conociendo.
Y él por supuesto, estaba totalmente fuera de contexto, y ello, le creo mucha más curiosidad de la que ya sentía por la vida de Dayanne. La situación era que los padres de la chica, en apoyo a su hija, habían tomado la decisión de venirse a vivir una temporada con ella, quien después de su divorcio, se vio obligada a mudarse de su ciudad natal por el acoso desmedido que sufrió a causa del escarnio público que la sometió su ex esposo. Y siendo Anthony originario de esta ciudad, resolvieron que este fuese el lugar para su amada hija poder recomenzar.
. – Está bien señora Wilson, yo me encargaré de cuidarla y atender sus necesidades mientras ustedes pueden llegar… - Se comprometió sin vacilación nuevamente Nick Evans… y realmente lo hacía con mucho gusto, no solo para velar por Dayanne, sino para poder conocer un poco más de ella.
. – Gracias Nick, Dios y la vida te sabrán recompensar hijo…
“Ummh pues, su hija es quien me encantaría que me recompense” Jajaja, !falso! son bromas mentales, negó ante su pensamiento malicioso, porque aunque ella obvio le gustaba, no lo hacía con esa intención de aprovecharse de la situación, más si estaba claro, que quería estar cerca de esa mujer que en tan pocas horas de conocerla, lo tenía tan intrigado…
Terminada la conversación, se fue a asomar nuevamente a la habitación, y su sorpresa fue encontrar que la dama en cuestión estaba despierta intentando escuchar parte del discurso que a lo lejos oía, y que reconocía como la voz de su madre… Cuando fue Nick quien asomó su cabeza y ella lo reconoció, se asombró muchísimo de verlo allí, especialmente en su habitación.
. – Hola… – Saludo Nick “Bella durmiente” también le quiso decir, pero por supuesto obvió esa última frase, especialmente por temor a que el huracán Wilson le respondiera con su brazo enyesado… - ¿Cómo se siente? – Le preguntó ante su incomodo silencio, y la mirada entrecerrada que le dedicaba.
. - ¿Dónde está mi mamá? – Le respondió con otra pregunta, aunque lo que quiso fue preguntarle, porque él estaba aún allí y desde cuándo…
. – Pues tú mamá y tú papá están fuera de la ciudad…
. – Eso se supone, ellos… pero yo la escuché – Estaba confundida. Sabía que sus padres habían ido a darles un poco de calor a la casa familiar.
. – Era una video llamada… - Le explicó y notó su cara de desacuerdo - Debí avisarles – Dijo a modo de disculpa…
. – Está bien, lo siento, igual debían saberlo… - Aceptó reconociendo que él hizo lo que consideró correcto… apartó la mirada de él y buscó algo que le permitiera saber la hora - ¿Qué hora es? – Preguntó al no encontrar su celular
. – Las 6: 15 – Respondió él mirando el reloj en su muñeca…
. – ¡Vaya! – Exclamó sorprendida de lo tarde que era, pero de pronto más entusiasmada que al verlo – Ya deben estar por llegar ¿A qué hora les avisó?
. – Ummh, verá señorita Wilson – Ante su titubeo, ella lo miró directamente a los ojos, consiguiendo ponerlo algo nervioso.
. - ¿Qué ocurre? – Dayanne trató de elevarse un poco en la cama, pero sus dolores corporales se lo impidieron, entonces ante su expresión de dolor, Nick se apresuró en ayudarla, sin importarle que ella se quejara…
. – Sus padres no podrán venir aún… - Soltó, y la chica lo miró preocupada, en vista de eso Nick se obligó a explicarle – No es por nada malo, hay una tormenta que les impide viajar, están preocupados por usted, pero ellos están bien, ¡En serio…!
Dayanne sintió un poco de alivio ante lo que escuchaba, y en cierto modo dadas las circunstancias, daba gracias porque así se libraba por ahora, de la cantaleta de su mamá por lo que seguramente ya estaba considerando era negligencia de su parte.
. – ¿Quiere decir que usted está aquí desde que me trajo? – “Que pena” pensó sintiéndose comprometida con él…
. – Desde que la traje, pero no se preocupe, no es molestia – Le aclaró ante su sensación de culpa – Y para que vea que no miento… - Se encaminó la puerta…
. - ¿A dónde va? – Preguntó desconfiada.
. – No se mueva… – Dayanne le volteó los ojos, “Que gracioso” – Quiero decir… - Fue imposible sonreír por su cara – En fin, espere y verá… - Y sin más salió dejándola con una curiosidad peor…
“Qué es lo que se trae este hombre” se preguntó Dayanne, bastante inquieta con su presencia allí, en su casa, su habitación, el lugar donde juró que solo ella y sus padres entrarían… “Debo pedirle que se vaya”
Gracias y bendiciones.
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