No Necesito Un Alfa Cualquiera.

Lucas lo acostó entre besos y jadeos, le abrió bien las piernas. Lucas dejó atrás sus bóxer y se movió sobre Robert. Lentamente, sacó la toalla del cuerpo de Robert exponiéndolo desnudo a sus ojos.

Su dureza era tan firme que ni siquiera la gravedad podía tirarla hacia abajo; sus pzones estaban duros y orgullosos. Lo miró directamente a los ojos y todo su cuerpo se retorcía en anticipación de su toque.

Lucas pasó las manos sobre su pecho, mientras lo observaba retorcerse de pasión. Lucas fingiendo acercarse para un beso, Robert abrió la boca, listo para devolverlo. Pero Lucas cambió de pensamiento y se posó sobre su pzón izquierdo, aferrándose a él.

Robert inhaló bruscamente y exhaló con una combinación de siseo y gemido. En el momento en que la boca de Lucas se posó sobre su pzón, su mano estaba en la parte posterior de su cabeza, lo atrajo más fuerte. Usando su mano libre Lucas comenzó a pellizcar el otro pzón. La parte superior de su cuerpo se calmó un poco, pero sus caderas tomaron la rienda suelta; aumentando el balanceo hacia arriba y hacia abajo en círculos.

Robert envolvió sus piernas alrededor de su trasero en un esfuerzo por atraerlo más hacia él. Su fuerza lo tomó por sorpresa y estaba haciendo un gran esfuerzo para contenerse.

Continuando, lo besó hasta el ombligo y su cuerpo se tensó de placer. Barbas suaves, labios tersos y lengua húmeda rozaron su piel. En lo más profundo de su ser le dolía, el deseo lamía sus venas, provocando una necesidad tan profunda que se perdió en él.

Lucas es consciente de que algunas cosas en la vida no se deben apresurar, esta era una de ellas. Su cuerpo estaba en constante movimiento con su nivel de deseo acumulado.

 Levantó las caderas de Robert y besó cada centímetro de sus piernas hasta el lugar prohibido. Robert gimió tanto que sonó como si realmente pudiera estar sufriendo dolor físico. La boca de Lucas alcanzó su lugar secreto y fue lo más hermoso que había visto. Se acercó armado con su sensible lengua y encontró y embistió de inmediato como si hubiera una luz en su camino.

Robert emitió un gemido agudo y envolvió sus piernas alrededor de su cabeza con la velocidad de Flash; Robert levantó las caderas hacia su cara. Él chasqueó la lengua tan rápido y tan fuerte como pudo.

Lucas miró hacia arriba para encontrar a su Rey, pero su rostro estaba enterrado en puro placer con su dureza erguida.

_ ¡Oh, Lucas! ¡Oh, Diosa luna!

Eso era exactamente lo que Lucas quería escuchar de él: su nombre.

De repente, las piernas de Robert se estiraron y gritó cuando su *rgasmo lo golpeó como un tren de carga desbocado. Rápidamente, intentó apartar su cabeza y apretar con fuerza sus piernas. Incluso él se sorprendió, no sabía que era capaz de gritar. Cuando pasó su ¢límax, su cuerpo se relajó y sus piernas cayeron a cada lado mientras yacía allí tratando de recuperar el aliento. Una sonrisa de logro apareció en los labios de Lucas.

_ No me detendré aquí, por favor. Vamos, quiero que sientas cada centímetro de mi dentro de tí _ dijo Lucas seductoramente y lo atrajo hacia él.

_ Deberías ponerte un protector _ dijo Robert con un poco de cordura.

_ No, olvídalo. Te quiero sentir tal como eres _ Lucas hizo una mueca tierna. ¿O no quieres que te fo^lle?

_ Quiero hacer eso ahora mismo más que ir al cielo.

_ Entonces sumérgete en tu ruta y déjame llevarte al cielo…

Lucas comenzó a frotar suavemente su vara dura lentamente contra su agujero mojado, mientras Robert gemía de puro placer. Estaba tardando demasiado y Robert estaba casi sin paciencia, así que tomó la dureza de Luca en su mano y la introdujo lentamente.

Jadeó ante la repentina invasión con los ojos cerrados y una exhalación lenta. Él besó su camino hacia su pecho; tomando un pzón en su boca y pellizcando una vez más el otro; mientras continuaba empujando lenta y profundamente dentro de Robert.

Lucas movió su mano desde el pzón hasta su lugar prohibido, usándola para hacer agitar su vara. El lento movimiento de la dureza de Lucas con la rápida estimulación de la dureza de Robert estaba enviando señales contradictorias a su cerebro mientras gemía de placer divino. A los pocos minutos de la aventura, Robert gritaba en éxtasis. Pronto declaró a todo pulmón que iba a correrse.

Lucas se deslizó dentro y fuera de él, cada vez más rápido. Robert ardía por dentro y su respiración se producía en ráfagas cortas y rápidas. Se movió cada vez más rápido y más rápido hasta que nada en el universo importó excepto ese único punto donde estaban unidos, la única área de intensa fricción que latía y pulsaba y enviaba ondas de choque a su cerebro.

En solo unos segundos, ambos llegaron al ¢límax con Robert inquieto y temblando. Él acababa de tener el mejor *rgasmo de toda su vida.

Ambos disfrutaron de sus aromas y del sudor del otro. De repente, ahora podía sentir el aire frío del aire acondicionado. Hizo que el se-xo pareciera elevado e inocente como si acabara de suceder en el Jardín.

No terminó allí, cuando terminaron de recuperar la energía y la fuerza perdidas, Lucas lo llevó al baño para continuar con la segunda ronda. Él lo llevó del baño a la cama para la tercera ronda; de donde se trasladaron al suelo para la cuarta ronda antes de derrumbarse en la cama para dormir. Estaban exhaustos como se esperaba.

Se acurrucaron juntos y Robert se durmió rápidamente. Él yacía allí abrazando a Lucas.

Lucas estaba escuchando su respiración, no pensó en nada malo en el mundo. Todo se había desarrollado como lo esperaba y, por primera vez en su vida, el hombre.... el Alfa que deseaba lo había satisfecho $exualmente.

Después de un largo siseo, Lucas se quedó dormido pensando que hará Robert, mañana.