Demetri Volkova, El Mafioso Cautivado Por Una Mirada

...CAPÍTULO. 7...

REBECA MILLER

Mi madre Regina, siempre me ha apoyado en todo, me dice que Roger y yo somos su vida, si algo nos pasa ella se muere, mi hermano a la edad de siete años comenzó con un tema de querer practicar Beisbol, y quien era yo para no complacerlo, así que apoye a mi hermano, con los ahorros que tenía le compre todo lo necesario para su nuevo deporte.

Roger tiene un talento nato, ahora creo que hasta brazos y piernas tengo, cada vez que puedo lo acompaño a correr, lanzar la pelota para que él la atrape o sencillamente creo que ya soy un pícher profesional a la cual le lanza muchas pelotas a mi hermano para ver sus grandes batazos, pero eso no se queda allí, en cada juego me demuestra que el esfuerzo ha valido la pena.

No es por ser pretenciosa, pero si Roger sigue así, será un gran Beisbolista y yo estaré allí rodeada de todos esos papacitos, algo bueno trae ser la entrenadora personal del jugador estrella, ja, ja, ja.

Mientras los días pasaban, mis ahorros terminaban, todo se volvía más complicado, me toco viajar debido a que Roger tenía un campeonato y mamá no lo dejaba ir solo, lo disfrute muchísimo, pero también comprendí que debo de luchar para que mi hermano logre sus sueños y sus metas.

Al llegar del extenuante viaje, me dedique a seguir buscando empleo, y al cabo de una semana lo logre, ahora era diferente debía modificar cierta rutina, como por ejemplo no iría muy seguido a los partidos de beisbol, además de que hable con la mamá de uno de sus compañeros para que me colaborará con pasarlo buscando para sus prácticas y con mucho gusto accedió.

Siempre he dicho que tocar no es entrar, y si no tocamos la puerta no sabremos si se nos será abierta, asi que las penas trato de dejarlas a un lado, lo más importante para mí, es que mi mamá esté bien y mi hermanito también.

Mi primer día de trabajo en una cafetería prestigiosa comenzó sin ningún problema, me sentía tranquila llevaba pedidos de aquí para allá y de allá para acá, la paga era muy buena, pero el cansancio era abrumador, llegaba muy tarde a casa y mamá se trasnochaba preocupada porque no me pasara algo malo.

Las madres son muy sobre protectoras, bueno yo no puedo decir nada por qué creo que soy igual o peor que ella con Roger, a pesar de ser un hermano, yo he hecho roles muy importantes en su vida, y no solo de madre sino de padre también, así que él no siente la ausencia bueno eso creo, sé que mamá no es ausente porque ella quiere, sino porque realmente ella es el gran pilar y el sustento de este hermoso hogar.

Cada día que pasaba me distanciaba más de mi familia, veía tristeza en la cara de mi hermano, y es que tenía un maldito jefe explotador, no sé si es que la tenía agarrada conmigo o que demonio, lo que si es que no podía colocar un pie en la cafetería cuando empezaba Rebeca haz aquí, Rebeca haz allá, Rebeca sube, Rebeca baja, debe ser que no conocía otro nombre que le mío.

La verdad ya estaba bastante agotada, me hacía la fuerte, sé que oportunidades de conseguir empleo no había muchas, todo era equitativo, si la demanda de empleo era grande pues así de grandes, cuantiosas y numerosas son la demanda de personas que están en busca de su día de suerte, ya había cumplido mis dieciocho años y había ahorrado dinero, con lo que me daban de propina eso iba directo a una lata que tenía como alcancía.

Pero... ¿Qué sucede cuando sientes que tu vida pende de un hilo?, ¿Por qué como seres humanos nos vemos abrumados por la existencia de otros de nuestra misma especie? Cuando realmente somos animales con raciocinio y deberíamos de tener empatía los unos con los otros.

Pero eso no iba conmigo esa noche, la empatía era algo que no existía en ese momento, pues cuando era mi turno de salida de la cafetería, como era de costumbre salí de allí y comencé a caminar el trayecto de siempre hasta que una camioneta en buen estado, ni lujosa ni tan chatarra, se atravesó en mi camino, de allí bajo mi jefe dejándome un poco confundida.

Lo único que me saco del trance fue la sonora carcajada que dio al verme un poco asustada, ah, pero que no creyera este que no me sabía defender, pues de algo me tenía que servir todos los batazos y los lanzamientos que aprendí con Roger, así que miré rápidamente a mi alrededor y corrí lo más rápido que pude para tomar una piedra que se amoldaba perfectamente a mi mano mientras veía como el bastardo daba grandes zancadas hacia mí.

Me posicione como toda una profesional y sin dudarlo le lance la piedra haciendo un gran strike, dándole en toda la cabeza, la verdad ni me acerque para ver si estaba vivo o muerto lo que si es que salí corriendo sin mirar atrás hasta llegar a casa.

Mi mamá me esperaba como todas las noches, cuando me vio en un estado agitado más de lo normal, se preocupó mucho y al contarle todo lo que me había sucedido un fuerte ruido sonó detrás de nosotras y ese era mi hermano Roger furioso, diciendo que él saldría y mataría al bastardo que quería hacerme daño, fue en ese momento que comprendí que mi niño se estaba volviendo un hombrecito, y uno de bien, sus ojitos rojos me hicieron sentirme vulnerable y le prometí que ya no trabajaría para ese degenerando.

Así fue como me quedé sin empleo nuevamente y volví a mi rutina con Roger llevándolo a sus prácticas, saliendo con él a los campeonatos y por supuesto de vez en cuando me reunía con las locas de mis amigas quien siempre me insistían en que ellas podían reunir dinero para ayudar con mis estudios, pero para ser sincera mi vergüenza era muy grande y no se lo aceptaría.

Mi madre no permitió que fuera por mi liquidación a la cafetería, ella fue y me enteré que insulto al dueño amenazándolo hasta del mal que se iba a morir, por lo menos si me pagaron correctamente mi tiempo trabajado, ahora emprendería una nueva búsqueda, dicen que a la tercera va la vencida, iría por mi tercer empleo, no me daría por vencida, lo único era que no sabía que mi vida cambiaría a partir de ese trabajo.