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CONTRATO CON EL CEO

CONTRATO CON EL CEO

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Matrimonio contratado
Popularitas:51.9k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Luna Azul

En desarrollo

Larry Russo es un CEO italiano que decide comenzar su vida en Nueva York luego que su prometida Aurora muere de un disparo en la cabeza en un asalto.
Años después se cruza con Abigail, una profesora de la universidad donde él impartía una conferencia, donde él queda prendado de ella por el enorme parecido con su novia fallecida. El destino da un tire y jale en la vida de Abigail, cuando la madre de ella necesita un trasplante de hígado para vivir.
Larry y Abigail, entrecruzan sus vidas y el destino les tiene un contrato.

NovelToon tiene autorización de Luna Azul para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

VII.

LARRY RUSSO

Después que Abigaíl se fue, empecé a mover realmente esos hilos de contactos por todos lados. La buena noticia llegó a las 5 de la mañana. Pedían un millón de dólares para ser el donante (en este caso vendedor). El joven que iba a vender una parte de su hígado viajaba hoy a New York para ver si es compatible y si así lo fuera, él iba a reunirse con mis abogados antes para firmar legalmente la venta de su órgano o mejor dicho parte de él.

A las 10 de la mañana el joven estaba reunido con mis abogados firmando los documentos. Cuando todo estaba listo, llamé a Abigaíl, ella me dio el nombre del hospital y nos dirigimos ahí (los dos abogados, el joven y yo). Los doctores se movilizaron rápido para hacer las pruebas de compatibilidad. En esas pruebas, me sumé. Había quedado con los abogados que si el chico no era compatible se le dieran 25 mil dólares.

Abigaíl salió de la habitación de su madre.

— ¿Encontraste un donante?

— Donante no es, el chico está vendiendo parte de su hígado.

— ¿Vender?

— Si, un millón de dólares— ella se sorprendió un poco.

— Gracias.

— No me agradezcas, todo es parte de un contrato. Voy a ir preparando nuestra ceremonia— le sonreí.

— ¿Por qué te quieres conmigo? Si no estoy a tu mismo nivel económico.

No podía responderle eso. ¿Cómo le diría que ella se parece a mi novia fallecida? ¿Cómo decirle que yo también la quiero usar para ver si esto que estoy sintiendo es por el recuerdo que tengo hacia Aurora? A veces me pregunto, ¿Por qué hago esto?

— Eres una mujer muy hermosa— le sonreí.

Llegó el doctor y me llamó.

— Señor Russo.

— Vamos doctor— no quería que Abigail se enterará que yo también quería hacerme la prueba.

Abigail entró a la habitación con su madre.

El doctor me llevó al laboratorio.

— Doctor, que Abigail no se entere de que estoy haciendo está prueba.

— Está bien, no se preocupe.

— ¿A qué hora salen los resultados?

— En un rato, vamos a priorizar dada la urgencia.

Me hicieron todos los análisis.

Dos horas después salieron los resultados y nos llamaron al consultorio al chico y a mí.

— Ambos son compatibles, pero La compatibilidad entre donante y receptor se determina de acuerdo al grupo sanguíneo y al peso corporal. Y el joven está por debajo del peso que debería tener, además tiene anemia. Así que, a pesar de ser compatible en el grupo sanguíneo, no es apto para la cirugía.

— Está bien.

Salí del consultorio con el joven.

— Habla con mis abogados por favor— le dije al joven.

Entré de nuevo al consultorio.

— Vamos a prepararnos para la cirugía.

— Doctor, solo quiero que esto se mantenga en secreto, no quiero que ella se entere de nada, por favor.

— Está bien. No diré nada.

 Salí del consultorio y fui directo donde estaban mis abogados.

— Le dieron el dinero al joven.

— Si, pero creo que no era necesario, ya que no se hará la venta.

— Él firmó que recibió el dinero y eso es lo que quiero. Dame los documentos— el abogado me dio un folder.

Le di instrucciones de llevarse a Abigail y que legalizaran el contrato.

Fui donde Abigail.

— Aquí están los documentos firmados. La cirugía se llevará a cabo dentro de un rato. Te voy a pedir que durante la cirugia vayas con uno de mis abogados.

— Pero quiero estar con mi madre.

— Te vas con mi abogado o no hay trasplante.

— Está bien, pero no estoy de acuerdo. Yo quiero estar con mi mamá.

— Antes que te vayas despídete de mí con un beso. Debes acostumbrarte a mí. Recuerda que tengo poder sobre ti.

— No soy un objeto.

— Okey. Estamos a tiempo de cancelar todo y mandar de regreso al joven que vende su hígado.

—Te odio.

— No me importa que me odies, hay un acuerdo firmado y si no te gusta, entonces ya sabes que podemos hacer.

Ella me miró con esos ojos que parecían que echaban fuego. Se acercó y me dio un beso en la mejilla.

Mi corazón se aceleró como un loco. Quería probar sus labios, pero me contuve porque estamos en un hospital.

— ¿Qué es eso? Cuando te pida un beso, no es un beso de amigos o en la mejilla. Quiero un beso de verdad, en los labios como lo que vamos a hacer, pareja.

— Déjame quedarme por favor.

— No. Obedece.

—Solo déjame despedirme de mi mamá y darle la noticia, quiero decirle que la amo, por si no resulta la cirugía— Abigaíl suspiró, junto con ese suspiro salieron unas lágrimas.

Me acerqué y la abracé. Ella se resistió al abrazo y se alejó. Pero volví a acercarme y la volví a abrazar.

— No te resistas a mí.

Ella se dejó abrazar, Abigaíl era como una gata arisca. El abrazo me hizo darme cuenta de que había una atracción hacia ella.

No sé si el destino me la cruzó en mi camino con algún fin, Pero ahora sé que Abigail me gusta, me atrae como mujer.

Ella se fue con uno de los abogados y el otro quedó en el hospital, por cualquier cosa.

Los doctores preparaban el quirófano.

Nuevamente, el doctor me llamó a su consultorio.

— El primero en entrar a la cirugía es usted y quiero que quede claro muchas cosas. El hígado se extirpa a través de una incisión quirúrgica hecha en la parte superior del abdomen, tenga en claro que la extracción dura alrededor de tres horas o más. Usted debe pasar de cinco a siete días en el hospital y lo más importante debe dejar de trabajar y suspender las actividades hogareñas habituales durante aproximadamente cuatro a seis semanas después de la cirugía, según el progreso de la recuperación.

— Tengo claro todo doctor. Solo que después de la cirugía, quiero que me trasladen a una clínica privada. Mi abogado hará todo el trámite.

— No es recomendable.

— Ya está todo listo. Y algo importante, no le diga a Abigaíl ni a nadie que yo soy el donador. Quiero manejar esto así.

— El hospital no se hace responsable de lo que suceda— el doctor insistía.

— Está bien.

Hablé con el abogado. Todo estaba listo, la clínica ya había enviado una ambulancia y la habitación VIP ya estaba lista.

Después de un par de horas, entré al quirófano.

Mientras la anestesia me ganaba, solo podía ver a Aurora y le prometí ir a visitar su tumba si salía vivo de esto.

Desperté en la habitación de la clínica. Ahí estaba Nana.

— No le digas a mis padres— lo decía con voz suave.

— Estás loco. Por muy buena que sea tu acción, primero está tu vida.

— Yo sé. No me regañes. Me duele mucho.

—Voy por el doctor.

Nada de esto era necesario. No vale la pena pasar este dolor por una mujer que me detesta. Solo que se siente bien hacer algo para salvar la vida de alguien.

¿Cuántas personas mueren esperando ser llamadas para un trasplante de órgano? Mueren en la desesperación y en la tristeza de dejar a su familia. También debe ser duro enterrar a un ser querido sin sus órganos, es como enterrar un cascarón. Y, por otro lado, si uno es donador vivo, da miedo morir en la cirugía. Te hace revalorar toda la existencia misma, te hace apreciar tu salud, tu vida y tu familia.

El doctor llegó, me revisó. Me puso un medicamento intravenoso para el dolor.

Al día siguiente llegó el abogado a la clínica.

— ¿Está bien señor Russo?

— Sí. ¿Cómo está la madre de Abigaíl?

— Ella salió bien. Está estable.

— La señorita Abigaíl, preguntó un par de veces por usted. Yo le dije que usted salió de viaje y regresa en un par de semanas.

— Está bien. Fue ingeniosa la idea. Quiero que prepares legalmente mi boda con ella.

— Está bien, señor Russo.

— Entre dos semanas. Prepara todo.

Una semana después me dieron de alta de la clínica.

Tuve que contratar a un chófer momentáneamente. Sentía que mi mundo se caía cada vez que hacía un medio giró. Ahora comprendo a las mujeres que tienen a sus bebés por cesárea.

Trasladé mi despacho en la oficina oficial de mi empresa. Y mis dos abogados (Julián y Andrés) que eran mis manos derechas, se encargaban del resto.

1
CHRIS
querida autora me encantan tus novelas las empiezo a leer y me sigo con otra
son cortas y sin tanto enredo felicidades y más que agradecida por tan linda labor
Sofia nieva
Te felicito escritora en lo personal me encantó corta y sin tantos drama Gracias 👏👏😘 28/10/24 🇦🇷
Wuira
Excelente
Siileth Contreras Bautista
muy buena con drama pero sin exagerar y sin sufrimiento de la prota. La recomiendo.
La Lobita Feroz Ramírez
Bonita historia escritora, gracias
Yessica Atehortua
Excelente
Veronica Alejandra Melnik
muy bella historia felicidades aurora 💝
Eli
A pesar de ser corta estuvo muy buena la novela. Me encantó 💕
Glorirnia Guevara
A mí me gustó tal como terminó para que alargarle me gustan las novelas cortas y sin tantas intrigas....
Glorirnia Guevara
Excelente
Paola Martinez
Me gustó Autora mil gracias por tu dedicación es la segunda que leo de tu autora y me ha gustado mucho felicitaciones espero que sigas escribiendo
Marly Tous gracias
excelente
Paola Martinez
Estas como Paco, pacomermelo de a poquito Jjajajja
Mari Chuy Tafolla Tajimaroa
Excelente
Martha Gomez
Novela corta , agradable lectura y muy buena trama. Me gustó leerla.Linfs novela.
Martha Gomez
Linda novela. Me encantó.Corta y completa. felicitaciones escritora. Infinitos éxitos.
Martha Gomez
Abigail, debió ser honesta y cumplir con el contrato. Si aceptó el trasplante, que cumpla.
Alejandra Paloma
Excelente
Beliza Fornez
Lindas las historias, éxitos escritora
Romelia Argañaraz
me gusto mucho esta historia
felicidades
Exitos Éxitos Éxitos
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