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EL APRENDIZ DE LA MUERTE

EL APRENDIZ DE LA MUERTE

Status: Terminada
Genre:Completas / Escena del crimen / Leyenda sangrienta / Casos sin resolver
Popularitas:3.4k
Nilai: 5
nombre de autor: José Luis González Ochoa

Haniel Estrada un hombre de 22 años lleva 1 año de aprendiz para detective su más anhelado sueño.

Cuando creía que todo iba a ser de lo más normal, empieza a recibir pistas que lo llevan a lugares extraños para solamente quedar en shock al descubrir cadáveres de mujeres adolescentes o jóvenes.

¿En que tipo de juego macabro estará involucrado y por qué a sido el el elegido para jugarlo?

NovelToon tiene autorización de José Luis González Ochoa para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

EL DESCUBRIMIENTO

Haniel entró en el dormitorio de su madre, seguido de cerca por Max. Su madre estaba acostada en la cama, con un tubo de oxígeno en la nariz y una manta sobre sus piernas. Su rostro estaba pálido y demacrado, pero sonrió débilmente al ver a su hijo.

"Haniel, mi amor", dijo su madre, con una voz débil. "Me alegra que hayas venido".

Haniel se acercó a la cama y tomó la mano de su madre. "Mamá, ¿cómo estás?" preguntó, tratando de contener las lágrimas.

Su madre respiró profundamente antes de responder. "El cáncer ha llegado a un punto crítico, Haniel. No hay manera de detenerlo. Me queda poco tiempo".

Haniel sintió un golpe en el estómago. No quería perder a su madre. "No, mamá. Por favor, no digas eso".

Su madre sonrió de nuevo. "Lo siento, mi amor. Pero debes ser fuerte. Tienes que seguir adelante sin mí".

Haniel asintió, tratando de ser fuerte. Pero en su interior, estaba desmoronándose.

Su madre continuó hablando, su voz débil pero llena de emoción.

"Haniel, tengo que hablar contigo sobre algo importante. Como sabes, mi tiempo se está acabando y debo asegurarme de que estés preparado para lo que viene".

Haniel asintió, sintiendo un nudo en la garganta.

"Quiero que te hagas cargo de tu hermana menor, Sofía. Ella no tiene a nadie más que tú. Prométeme que te cuidarás de ella y la protegerás".

Haniel asintió de nuevo, sintiendo una sensación de responsabilidad.

Su madre continuó hablando, su voz llena de tristeza.

"Recuerdas a tu padre, ¿verdad? ¿Cómo nos fuimos de él debido a su manera de ser? Era un hombre violento y alcohólico, y siempre hablaba sobre la muerte y los asesinos en serie. Era su pasión, y nos daba miedo".

Haniel asintió, recordando los momentos difíciles que habían pasado con su padre.

"Sí, mamá. Lo recuerdo. Era un hombre extraño y nos daba miedo".

Su madre continuó hablando, su voz llena de tristeza.

"Después de que nos fuimos de él, recibimos la noticia de que había muerto. Fue un alivio para nosotros, pero también fue triste. Nunca pudimos entender por qué era así".

Haniel la miró, sintiendo una mezcla de emociones.

"Mamá, ¿por qué me estás contando esto ahora?"

Su madre lo miró con ojos tristes.

"Porque quiero que recuerdes de dónde vienes, Haniel. Quiero que recuerdes que tienes una hermana que depende de ti y que debes protegerla. Y quiero que recuerdes que, aunque tu padre era un hombre extraño, tú no eres como él. Tú eres fuerte y capaz, y puedo confiar en ti".

Haniel sintió un nudo en la garganta, pero asintió, sintiendo una sensación de determinación.

"Lo haré, mamá. Me cuidaré de Sofía y la protegeré. Lo prometo".

Después de despedirse de su madre, Haniel decidió ir a la ubicación que le habían enviado por SMS. No sabía qué esperar, pero sentía que debía investigar.

Llegó a la casa abandonada y se bajó del auto. Max lo siguió de cerca. La casa estaba en ruinas, con ventanas rotas y una puerta colgando de sus goznes.

Haniel se acercó a la casa, sintiendo un escalofrío en la espalda. La puerta principal estaba abierta, como si alguien la hubiera empujado recientemente. Haniel se detuvo en el umbral, mirando hacia adentro. La oscuridad era absoluta, solo rota por los rayos de luz que se filtraban a través de las ventanas rotas.

"Max, espera aquí", dijo Haniel, dejando al perro en la entrada.

Haniel entró en la casa, su corazón latiendo con fuerza. El aire estaba lleno de polvo y olía a moho. Haniel se cubrió la nariz con la camisa y siguió adelante.

La casa estaba en silencio, solo roto por el crujido de las tablas del piso bajo sus pies. Haniel se movió con cautela, su mirada escaneando cada rincón.

Llegó a una escalera que bajaba al sótano. Haniel se detuvo, sintiendo un presentimiento. Algo no estaba bien.

Bajó los escalones lentamente, su corazón latiendo con fuerza. El aire en el sótano era frío y húmedo. Haniel se estremeció.

Y entonces, la vio.

La mujer joven colgaba de la pared, su cuerpo en posición de ángel. Los brazos extendidos hacia arriba, las piernas abiertas en forma de X. La piel estaba pálida y fría, los ojos cerrados como si estuviera durmiendo.

Haniel se quedó helado, su mente incapaz de procesar lo que estaba viendo. La sangre se había coagulado en la pared, formando un charco oscuro en el suelo.

La boca de la mujer estaba abierta, como si hubiera gritado en el momento de su muerte. Los dientes estaban manchados de sangre, los labios pálidos y fríos.

Haniel sintió un golpe en el estómago, su visión se nubló. Se tambaleó hacia atrás, como si hubiera recibido un puñetazo.

Y entonces, todo se volvió negro.

Haniel se desplomó en el suelo, su mente incapaz de procesar lo que había visto. Sabía que tenía que llamar a la policía, pero no podía moverse.

De repente, escuchó un ruido detrás de él. Se dio la vuelta y vio a Max, su perro, mirándolo con preocupación.

Haniel se levantó, todavía aturdido. Sabía que tenía que hacer algo, pero no sabía qué.

Llamó al detective James y le informó sobre el descubrimiento. El detective llegó rápidamente, junto con una equipe de forenses.

Haniel se quedó en la escena, tratando de procesar lo que había visto. Sabía que este caso era mucho más grande de lo que había imaginado. Y estaba decidido a encontrar al responsable.

El detective James se acercó a Haniel, su rostro serio. "Haniel, ¿qué estabas haciendo aquí?" preguntó.

Haniel respiró profundamente antes de responder. "Recibí un SMS de un número desconocido", dijo. "Me decía que viniera a esta dirección si quería encontrar algo que me interesaba".

El detective James frunció el ceño. "¿Y viniste solo?"

Haniel asintió. "Sí, vine solo. No sabía qué esperar, pero sentía que debía investigar".

El detective James miró alrededor de la habitación, su mirada escaneando cada rincón. "Y entonces, encontraste esto", dijo, señalando el cadáver.

Haniel asintió de nuevo. "Sí, lo encontré. Y luego te llamé".

"Detective James, el correo electrónico que llegó a tu computadora no era un juego", dijo Haniel, su voz seria. "Creo que el asesino quiere que sepamos que esto es real, que no es un juego. Y me envió un SMS para que viniera aquí y encontrara esto".

El detective James lo miró con atención. "¿Y qué crees que quiere el asesino?"

Haniel se encogió de hombros. "No lo sé, pero creo que quiere que juguemos a su juego. Que sigamos sus pistas y que intentemos descubrir quién es".

El detective James asintió. "Sí, creo que tienes razón. El asesino quiere que estemos involucrados en esto, que sigamos su ritmo. Pero debemos ser cuidadosos, no sabemos qué podemos esperar".

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