DE VUELTA AL DESEO

Regreso a la sala para poder limpiar mis lágrimas con calma, son muchas emociones y es complicado poder controlar todo lo que estoy sintiendo ahora mismo, es demasiado.

—¿Estás bien?— lo escucho muy cerca de mí y los vellos de todo mí cuerpo se erizan causándome escalofríos.

—Si—susurro alejándome un poco—¿Hablamos?— pregunto para no revelar mis nervios.

—Si, por favor— dice y tomamos asiento.

—Te escucho— digo.

—Quiero que Grace lleve mi apellido, quiero estar presente en su vida— pide y escucho mucha amabilidad y me sorprende.

—Está bien, solo tengo que hablar con Juan para que esté en la ciudad y poder hacer el trámite— le aclaro—Puedes estar presente en su vida, es tu hija— aseguro.

—Quiero que el cambio de apellido sea lo más rápido posible— exige—Puedo traer a mis abogados, por eso no hay problema— dice haciendo notar su poder y dinero.

—También tengo abogados Liam, no te preocupes— me río.

—Me robaste tres años de la vida de Grace y ahora quiero pasar todo el tiempo posible con ella, dormir con ella, si es posible vivir con ella— dice rápidamente.

Lo observó incrédula, ¿piensa llevarse a Grace? Eso no lo voy a permitir jamás, si quiere pasar tiempo con ella no importa, pero llevarse a mi hija no.

—¿Quieres quitármela?— pregunto aterrada.

Niega—De hecho, lo pensé, pero no es justo, de igual forma la ley te ampara, eres su madre y tiene que estar contigo— dice y asiento sintiendo un gran alivio—Pero estaré presente en su vida de ahora en adelante—asegura—Quiero que me comuniques todo con respecto a Grace, la manutención nunca te faltará, tendrás eso y más, a donde va, con quién va, que harán, quiero saberlo todo Grecia, ¡TODO!— enfatiza y asiento, de verdad que tiene todo el derecho.

—Está bien, aún no tiene edad para ir al preescolar y tiene una niñera que la cuida cuando no puedo llevarla al trabajo, es de total confianza y nunca he tenido problemas con ella, mañana puedes venir y conocerla—le digo —Esto es nuevo para ella, debes tener paciencia—le aclaro—Ella solo convive con un grupo pequeño de personas y adaptarse a gente desconocida le cuesta un poco— confieso.

—Sí, sé que será difícil, pero quiero conocerla y estar aquí hasta que me acepte— asegura y asiento.

—Mañana puedes venir para que conozcas a Brigitte, que es la niñera y puedas estar con Grace— sonrió un poco y después de varios minutos hablando por fin veo una pequeña sonrisa de su parte.

Cada músculo de su rostro se relajó, se ve que ya no está tenso, en cambio, por mi parte, estoy nerviosa, no sé por qué aún su cercanía me causa tanto nervio, nada más con sentir el olor de su perfume y tenerlo frente a mi basta para volverme loca, parezco muy tranquila, pero la realidad es otra.

—Me voy, ya es muy tarde— anuncia y nos colocamos de pie, ando en pijama y no me percate lo sexy que es, pero ya es tarde para sentir vergüenza.

—Hasta mañana— me despido abriendo la puerta principal.

—Nos vemos mañana— dice muy cerca de mi, lo observó, lo tengo tan cerca que podría besarlo y ahora mismo deseo hacerlo, sus labios finos, pero tan adictivos me están llamando.

—Grecia nunca te he olvidado— susurra.

Trago grueso sin creer sus palabras y recorro cada parte de su rostro, sus ojos verdes, su cabello castaño oscuro, su barba bien poblada y arreglada, este monumento de hombre, que me hizo vibrar de una manera inexplicable y que a pesar de los años ponerme nerviosa ha sido la clave para saber que, Liam me toca y caeré.

—Yo ya debo entrar— le digo con la voz un poco ronca.

Asiente sin decir nada más y se va, cierro la puerta detrás de mí y suspiro, ¡Dios! Esos segundos que lo tuve tan, pero tan cerca me hicieron temblar de una forma incontrolable el deseo intenso que sentí ha sido abrumador y delicioso, tan fogoso y sé que si me tocaba lo iba a besar y sabíamos como iba a terminar.

~

—Cariño, ¿Recuerdas al señor Liam?— le pregunto a Grace mientras la termino de peinar.

—Si mami— responde.

—Él vendrá hoy aquí, quiere jugar contigo— le digo—Será nuestro compañero de ahora en adelante— sonrío, no encontraba las palabras adecuadas para decirle a mi hija que Liam vendrá, por extraño que parezca ella no me ha preguntado por su papá, pero siempre he tenido presente que en cualquier momento hará la famosa pregunta y anteriormente tenía miedo, ahora me siento un poco más tranquila en saber que no le mentiré ni se lo ocultaré.

—Muy guapo— sonrío al escucharla.

—Es hermoso hija— le digo.

Le preparo el desayuno mientras ve sus dibujos animados, Liam no debe tardar en llegar y Brigitte tampoco, le dejé el trabajo a Jules para poder pasar tiempo de calidad con ellos, no quiero dejar a Grace sola con él para que no se asuste, solo lo ha visto una vez.

—Buenos días Brigitte, pasa— saludo a la joven.

—Buen día— sonríe con timidez.

—Te pedí que vinieras, porque hoy conocerás al padre de Grace— le informo rápidamente.

—¿No era el señor Juan Carlos?— pregunta confundida.

—Nunca presente a Juan como el padre de Grace— le aclaro—Un gran apoyo es, pero el padre de mi hija está aquí y quiere conocerte— le digo.

Esta asiente en silencio y se va a la sala con mi pequeña hija, para que se adaptara a Brigitte fue todo un reto, lloraba mucho, pero poco a poco y trabajando logramos que se quedará con ella con tranquilidad.

Desayunamos y pasamos a lavarnos los dientes, le coloco los zapatos a Grace y un poco de perfume, yo termino de vestirme y arreglarme un poco el cabello, maquillaje ligero, perfume y listas.

—Pasa— le pido y suelto el aire contenido mientras cierro la puerta.

—Hueles bien— me susurra y trago grueso sin decirle nada.

—Brigitte, te presento al señor Brown, el padre de Grace— los presento.

—Un gusto señorita, Liam Brown.

—El gusto es mío señor— estrechan sus manos y los invito a tomar asiento.

—Brigitte, todo lo que pase con Grace bajo tu cuidado debes informarme a mi y al señor, él vendrá vada vez que desee ver a la niña, mientras yo este aquí no hará falta que vengas, pero cuando la tienda esté nuevamente en funcionamiento si— le explico— Ya tu sabes las normas de casa, normas que yo le explicaré al señor— le digo.

—Yo de ahora en adelante pagaré tus servicios— interviene Liam haciendo que gire mi rostro llena de sorpresa, no me esperaba eso.

—Está bien señora— asiente la chica que no deja de comerse al hombre con la mirada.

Pero este ni caso le hace, solo me mira a mi, como si no estuviera ella aquí presente cosa que me pone un poco nerviosa.

—Eso era todo Brigitte, puedes retirarte— le indico.

Se va y yo niego sin creerlo, se lo estaba comiendo con la mirada sin ninguna pena, así descaradamente, puedo decir con total sinceridad que el respeto se ha perdido.

—No tienes que pagarle a Brigitte— le digo.

—Es mi hija Grecia, debo asumir las responsabilidades de ella— me dice.

—Creo que pelear contigo es una perdida de tiempo, porque sé que lo harás, ¿verdad?— lo miro entre cerrando mis ojos y este asiente haciéndome reír.

Cosas que nunca cambian, su insistencia.

—Buscaré a Grace— le informo.

—¿Puedo ir contigo?— pregunta y asiento.

Lleve a la niña a la habitación cuando llegó Liam para poder hablar con total libertad, este departamento es muy seguro por eso nunca me cambié después de mi ruptura con él, la mejor opción era quedarme y en ese tiempo cuando él me buscaba yo decidía callar, apagaba todas las luces haciendo parecer que no había nadie, pero estaba yo en una esquina ahogada con mi propio llanto.

—Grace, ven amor— pido colocándome a su altura—Ya ha llegado Liam— le aviso y ella asiente emocionada.

—Hola pequeña Grace— la saluda.

Y mi hija se acerca a él y lo abraza dejándome tiesa en el lugar.