Solo Soy Un Detective

Alex no abre la boca en todo el camino a la agencia. Entiende perfectamente que cualquier cosa que diga de más puede ser contraproducente en su situación. Aunque no tiene nada que ver con esos chicos, sabe información que la policía podría necesitar, pero malinterpretar. Cuando llegan, lo primero que hacen es reportar la llegada de un sospechoso.

—Traemos a un presunto del caso de la Señora Grimm, creemos que puede tener información relevante sobre el caso además que probablemente estar implicado en el mismo.

—Ya les dije, solo soy perspicaz, no tengo nada que ver, maldita sea...

—Guarde silencio, Señor Mefhisto.

—Tch, menudo inicio de día...

Alex vuelve a cerrar la boca y quedarse en silencio hasta que el interrogatorio inicie. La supervisora toma el teléfono de recepción y llama al agente encargado del caso para informarle las novedades.

—... ¿Si, Agente Forla? Trajeron al sospechoso Alexis Mefhisto a la agencia... Si, entiendo... Muy bien, lo llevaremos a la sala... Recibido, entonces cuelgo —deja el teléfono y cuelga la llamada —, llévalo a la sala de interrogatorios, el Agente Forla estará allí en cuanto termine algunos asuntos.

Los oficiales llevan a Alex a la sala de interrogatorios y lo encierran dentro hasta la llegada del Agente encargado.

—*Suspira* Lo que me faltaba, es la tercera vez que me encuentro en este estúpido lugar, si tan solo hubiera pensado más en mis palabras....

El hombre observa a su alrededor. Puede notar enseguida que la seguridad no es baja, pues no hay ningún método por el que pueda escapar de la sala.

—Este lugar es distinto a la otra sala en la que estuve cuando testifiqué contra los idiotas del otro día, no hay manera humana por la que me pueda salir, aunque en realidad hacer eso en mi posición sería estúpido.

Después de esperar tanto, un oficial abre la puerta. Un hombre de cabello largo dorado, con traje de gala de color vino al igual que sus ojos; un monóculo y un reloj de bolsillo. Desprende una atmósfera de elegancia y frialdad a la vez, mira un poco a Alex y después se posiciona frente a él sin tomar asiento.

—Vaya, por fin entra alguien, llevo esperando un buen rato, ¿tan pesado es el puesto de Agente o solo me hiciste esperar por maldad?

—Me disculpo por eso, tenía algunos asuntos de urgencia antes de hacer el interrogatorio, además, no esperabamos que supiera mucho del caso hasta que los oficiales reportaron que lo habían traído.

«Lo dice como si sabían que tendría algo que ver. Me tienen claramente en la mira, tiene sentido, después de todo lo único que he traído a este lugar desde que llegué son problemas y lesionados...»

—Permitame presentarme, me llamo Chrono Forla, Agente Principal del departamento de Agentes especiales y encargado del caso en el que se presume que está involucrado —dijo el oficial mientras procedía a tomar asiento.

—Me han llamado por mi apellido desde que llegué, por lo que me ahorra el hecho de presentarme. Pasemos a lo importante, tengo muchas cosas mejores por hacer que estar sentado en este lugar.

—Le comentaré rápidamente qué es lo que pasa:

Lo trajimos aquí para que nos proporcione toda la información que dispone sobre el caso de robo de la señora Grimm en el hotel en el que usted también está hospedado

—Ah, ya veo, ¿Piensas que yo soy cómplice del ladronzuelo que robó a esa anciana?

—No directamente, pero puede que tenga alguna relación sobre los perpetradores.

El Agente pone sobre la mesa el expediente del caso, y saca el reporte hecho sobre la detención de Alex.

—Los oficiales que fueron a su habitación me informaron de algo que usted dijo: "Atrapenlos", en ningún momento habíamos dicho al público la sospecha de que haya más de un implicado en el caso, y en casos normales y por el lugar en el que ocurrieron los hechos es ilógico llegar a pensar que se trata de un grupo organizado.

—Veo que tus hombres no son tan estúpidos como pensaba. Pero aún así lamento decirte que no tengo nada que ver, apenas y recuerdo cómo llegar al maldito hotel como para intentar robarle a alguien del mismo lugar donde me hospedo.

—Muy bien, entonces, explíqueme porqué habló de manera plural al referirse a los implicados en el robo.

—Simplemente estaba medio dormido, no pensé demasiado en lo que hablaba. No sé nada de quién podría haberlo hecho, o mejor dicho no tengo necesidad de decirte, ¿No es suficiente con lo que he dicho hasta ahora?

—Con todo respeto señor Mefhisto, pero la posición en la que se encuentra hace que se vea en la obligación de decirnos cualquier cosa que sepa para despejar sospechas sobre usted, si no lo hace lo mantendremos bajo vigilancia hasta que encontremos al culpable.

—Vaya que son molestos, hombre.

—Le informo que las leyes en este lugar son menos compasivas hacia los sospechosos, si decide no hablar, podemos mantenerlo dentro de la agencia hasta que el caso sea resuelto.

—Si sabes que acabo de llegar a este maldito mundo ¿Por qué rayos me tienes a mi aquí encerrado si el mocoso es el primero en el que deberían sospechar?

—Justo acaba de decir que no sabe nada, pero está muy bien enterado.

—Soy como cualquier persona, más interesado en la vida ajena que en la propia. Tengo a la anciana en el mismo piso y camino al elevador, es obvio que alguien observador puede darse cuenta de esto.

—Buena respuesta, y por ese conocimiento de observador lo trajimos aquí. No sabemos la ubicación del joven en cuestión, además de que no tenemos un expediente criminal del chico, en otras palabras, este es su primer delito denunciado.

Aunque Alex no quiere hablar del tema porque simplemente no le interesa, no es tan tonto como para arriesgarse a convertirse en cómplice de un crimen que no tiene nada que ver.

—Tch, que dolor de huevos... ¿Solo tengo que decir lo que sé y puedo irme, cierto?

—En efecto señor Mefhisto, solo dígame lo que sepa y usted podrá salir de aquí.

—Mas les vale, como sea, les diré lo que sé de esta mierda.

—Se lo agradezco, Señor Mefhisto.

—Ahorrate tus palabras. Empecemos hablando del mocoso: Joven, seguramente menos de 18, orejas de perro, cabello desarreglado y ropa común. Me encontré con él de casualidad en el ascensor, no nos dirigimos la palabra y solo esperamos a llegar a la planta baja, cuando llegamos salió disparado fuera del edificio

—Sinceramente, esto no sirve para comprobar su inocencia, señor Mefhisto.

Alex se recarga en el respaldo de la silla mientras suspira.

—Por lo menos déjame terminar de hablar, por dios; cómo iba diciendo, el chico salió del edificio y no lo volví a ver hasta que me encontré con él en el mercado.

—¿Por qué razón se encontraba usted en el mercado? ¿Sabía que lo encontraría allí o lo siguió?

—El caso es que yo soy el malvado ¿verdad? Por supuesto que no, llegué al mercado buscando un buen establecimiento para comer, además de encontrarme con un conocido allí. Mientras hablaba con esa persona, me percaté que el mocoso estaba hablando con otros tres tipos, uno de ellos de su edad mientras que los otros dos más grandes. Cuando la chica con la que hablaba se dio cuenta, quiso alejarse y nos fuimos de allí y no lo volví a ver.

—Comprendo, ¿Entonces cree que esos dos chicos están involucrados solo porque los vió hablando en el mercado?

—No soy tan simplón como para guiarme solo por eso... Cuando terminé con el curso de capacitación, salí de la agencia y me senté en un parque cercano. Mientras descansaba, una persona salió con una bolsa que contenía algo, era uno de los chicos que estaban en el mercado, acordaron juntarse allí para ponerse de acuerdo de que iban a hacer con lo robado.

—Ya veo, ¿Entonces sus sospechas se basan en encuentros aleatorios a lo largo del día?

—No son sospechas, estoy seguro. He visto a muchos criminales en mi vida, sé quién puede ser uno con solo verlo.

—Entiendo, gracias por su información, ahora procederemos a buscar su paradero.

—¿Buscar su paradero? ¿No es mejor atraparlos con las manos en la masa?

—¿Qué insinúa, Señor Mefhisto?

—¿Acaso no es claro? Acaban de robar unas joyas seguramente de mucho valor. Si en realidad es su primer crimen, querrán venderlas lo antes posible en dónde sea que puedan.

—Sabe mucho de cómo tratar con criminales, ¿De dónde aprendió todo esto? ¿Acaso usted fue un agente?

—¿No sabes hacer nada más que preguntar? —se levanta y estira su cuerpo de la fatiga—, solo digamos que viví pegado a temas judiciales, por esa razón puedo saber que estos mocosos solo son unos fanáticos que tienen suerte en sus hurtos, y ya no diré nada más de mí, ahora salgamos de aquí y hagamos una trampa.

Chrono recoge sus cosas y se levanta —Ya veo, es una suerte que no haya una ley que nos haga hablar sobre nuestro pasado.

—¿Oh sí? Ja, que considerados.

Alex y Chrono salen de la sala de interrogación. Cuando van pasando frente a la salida, Alex se dispone a intentar retirarse del lugar, pero unos oficiales lo detienen, Chrono solo sigue adelante y entra en una habitación, dejando a Alex con los policías.

—¿No se supone que ya me podía ir? Tengo que verme con una dama y ya voy llegando bastante tarde.

—Lo siento, usted estará confinado aquí hasta que comprobemos que lo que nos dijo es veraz, espere a que comprobemos su coartada.

—Ya decía yo estaba siendo muy fácil todo ¿Qué rayos puedo hacer mientras? En este lugar solo hay sillas, no tengo ni siquiera un televisor para ver protas genéricos y fan service barato.

—Lo siento, pero así son las leyes, podemos decirle dónde tenemos la biblioteca.

«Una librería aquí... Quizá pueda aprovechar a buscar un libro de escritura y lectura que pueda servirme» —Está bien, llévame a la biblioteca, es mejor a estar sentado como estúpido.

Es raro ver una biblioteca en la agencia de policía, pero más raro saber que es la única a kilómetros a la redonda, o al menos la única que sea bastante grande y que no sean puestos callejeros. Hay una gran variedad de libros de todo tipo menos del que buscaba Alex; molesto, se queja con uno de los encargados.

—¿Enserio no tiene un maldito libro para enseñar a leer y escribir? ¿En todo este maldito lugar que es incluso más grande que un apartamento promedio? Debe ser una broma.

—Lo siento muchísimo señor, pero este establecimiento no tenemos libros para niños, ¿Por qué no toma uno de la sección de detectives que está por allá? Podrá llevarle el libro al pequeño o pequeña en otra ocasión.

—Pero si el libro no es para un mocoso, es para mí, pedazo de idiota.

—Espere, ¿Es para usted el libro?

—Sí ¿Algún problema?

—No, no, por nada... puf, lo siento.

Aunque el oficial dice que lo siente, se puede notar los espasmos por intentar aguantar la risa, Alex se da cuenta inmediatamente y procede a sujetarlo de la camisa.

—Escúchame bien chistosito, te veo retorcerte por la risa una vez más y haré que tú también no sepas leer ¿Quedó claro?

El oficial no tarda ni un segundo para cerrar la boca y dejar de reírse, Alex lo suelta y va a sentarse en una mesa en medio de la biblioteca.

—Maldita sea, no tengo absolutamente nada con que entretenerme, y es maldito encargado... Le romperé el cráneo cuando lo encuentre fuera de aquí.

Al lado de Alex se encuentra una persona de cabello blanco con la cara pegada en el escritorio, era imposible saber si se trataba de un chico o una chica: su cuerpo se veía delgado y delicado y su piel era blanca como la nieve.

«No tienen libros para niños pero si dejan que la gente deje babeados los libros, vaya mierda de lugar...»

Alex intenta ignorarla, pero esta persona de un momento a otro empieza a hacer ruidos bastante extraños...

—Mmmmm... Mmmmmm... ¡Mmmmmmmhhhhh!

...Fin del capítulo 7...