Sebastián Spencer, exitoso arquitecto y empresario de la construcción, encuentra su vida entrelazada con el carismático empresario de juegos, Luciano Reyes. La trama se complica aún más cuando Sebastián descubre que Melisa, la esposa de Luciano, despierta en él sentimientos inesperados. Entre el diseño de estructuras y el riesgoso mundo de las apuestas, los protagonistas se ven atrapados en un triángulo amoroso que desafía las fronteras entre la arquitectura de sus vidas y los juegos de la pasión, desencadenando una historia llena de secretos, decisiones difíciles y una búsqueda inesperada de la verdadera construcción del amor.
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Capítulo 7
Con el reloj marcando la hora de la cena y su esposo aún ausente, Olivia se preparó para recibir a los invitados, manteniendo la calma ante la posibilidad de un retraso. Se puso el hermoso vestido azul zafiro que había elegido previamente, dejando que la tela suave y fluida la envolviera con elegancia. Luego, con destreza, se maquilló de manera sencilla, resaltando sus rasgos naturales con tonos suaves y luminosos. Se peinó el cabello de manera sutil, dejando que algunos mechones sueltos enmarcaran su rostro con delicadeza.
Finalmente, una vez que terminó de prepararse, se detuvo frente al espejo, observando el resultado con una sonrisa de satisfacción. El reflejo que le devolvía el espejo mostraba a una mujer segura de sí misma, radiante y lista para recibir a sus invitados, incluso si su esposo se demoraba un poco más de lo esperado. Con un suspiro tranquilo, Olivia se encaminó hacia el comedor, lista para hacer de la velada un éxito sin importar las circunstancias.
Una hora antes del horario acordado, el teléfono de Olivia volvió a sonar, esta vez era Luciano. Al notar que era su esposo la muchacha suspiró y con una sonrisa en el rostro, respondió de inmediato.
-Hola, Luciano. ¿Estás llegando?
- Sí, amor. Estoy en camino. ¿Todo está listo para la cena?- respondió él.
- Sí, todo está perfecto. Te espero con ansias- comentó ella.
-Gracias, cariño. Vamos saliendo del aeropuerto- explicó- en menos de treinta minutos llegamos. Nos vemos pronto- agregó, mientras la muchacha sentía alivio, ya que su esposo sí estaría presente para recibir a sus socios.
Después de una breve conversación, colgaron y Olivia continuó preparándose para la cena. Minutos después, escuchó el sonido de la puerta principal y se apresuró a recibir a su esposo.
Luciano entró en la casa con una sonrisa plasmada en su rostro, saludando a Olivia con cariño antes de dirigirse a su habitación y allí al baño para ducharse y vestirse para la cena. Mientras tanto, Olivia esperaba con impaciencia en el comedor, lista para disfrutar de la velada junto a su esposo y sus invitados.
Después de recibir los halagos de su esposo, por haber hecho un excelente trabajo con los preparativos para la cena, y no dejar pasar el momento para decirle lo hermosa que se veía. Olivia sonrió con gratitud y le aseguró que se sentía igual de afortunada de tenerlo a él. Luego, le informó que iría a verificar que todo estuviera perfecto y lo esperaría en la sala.
-Luciano, voy a verificar que todo esté perfecto. Te espero en la sala.
Luciano asintió con una sonrisa, agradecido por el esfuerzo de su esposa.
-Estaré allí en un momento, cariño.- replicó, viendo como su bella esposa salía de la habitación.
Una vez que se duchó y se vistió, Luciano bajó a la sala para reunirse con Olivia y recibir ai sus invitados. Justo a tiempo, el timbre de la mansión sonó, anunciando la llegada tan esperada de sus nuevos socios.
El guardia de seguridad informó a Luciano sobre la llegada de los invitados, y él les dio permiso para entrar. Junto a Olivia, se dirigieron hacia la sala para dar la bienvenida a sus socios. Minutos antes de que los dos jóvenes entraran, Olivia se disculpaba con su esposo y se dirigía a la cocina para resolver el problema que había surgido con uno de los platillos que degustarían. Mientras Luciano esperaba en la sala la llegada de sus invitados.
-¡Sebastian, Nicolás! - saludó el hombre con fervor- ¡Qué gusto verlos! Bienvenidos a nuestra casa.
Sebastian y Nicolás devolvieron el saludo con el mismo entusiasmo, estrechando la mano de Luciano con amabilidad.-
-Luciano, gracias por invitarnos. Estamos emocionados de estar aquí- dijo Sebastián agradeciendo.
- Sí, es un honor estar aquí. Gracias por recibirnos-
agregó Nicolás.
Luciano asintió, invitándolos a tomar asiento en el cómodo sofá de la sala.
-Por favor, siéntanse como en casa. ¿Les gustaría tomar una copa para empezar la noche?- preguntó el anfitrión.
Sebastián y Nicolás aceptaron con agrado la oferta, y los tres hombres brindaron por la nueva asociación y por el éxito del proyecto que tenían por delante. Mientras tanto, Olivia regresaba de la cocina, segura de que todo estaba bajo control y lista para unirse a la reunión.
-Ya está todo arreglado- dijo la muchacha mientras regresaba a la sala, ignorando que sus invitados ya se encontraban allí- ¡Oh, lo siento!- se disculpó y ambos jóvenes dirigieron su mirada hacia el lugar desde donde provenía la voz femenina, encontrándose con la bella mujer enfundada en el vestido azul.
-Olivia- dijo Luciano rompiendo el silencio que se había insatalado en la sala- Déjenme presentarles a mi esposa- agregó luego, señalando a la muchacha a su lado, ella sonrió tímidamente, después de todo era muy raro que su esposo la presentara con sus socios o conocidos. A las únicas personas de su entorno que ella conocía eran Antonio, el asistente personal de Luciano y Martha, la secretaria del mismo.
-Señora, es un placer- dijo Nicolás tomando la mano de la muchacha y besándola de manera caballerosa. Ella hizo un gesto con la cabeza y sonrió, luego dirigió la mirada hacia Sebastián quien la observaba sin reflejar ninguna clase de emoción en su rostro. Aunque en su interior no pasaba lo mismo.
-Mis respetos señora Reyes, es un placer conocerla- dijo el joven arquitecto repitiendo la acción de su amigo, de besar la mano de la joven.
- Igualmente- dijo ella- es un placer tenerlos como nuestros invitados. Por favor, pasemos al comedor , que la cena ya está lista.
Con gestos amables, Luciano y Olivia guiaron a sus socios hacia el comedor, listos para disfrutar de una noche llena de camaradería y celebración.