Esta es la historia de Elena y Aarón.
Ambos ya enfrentan una dura situación, en donde una hija y su amor serán los motivos por los que ellos pelearan.
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Ella.
Aarón.
Flashback:
- No... No lo entiendo ~mi voz se quiebra~ ¿Cómo puedes ser tan miserable?
- Yo... Lo siento, solo...
- Eres igual que él... ~retrocedo negando con la cabeza~ Tú, tu madre, tu hermano... Todos son unos miserables hijos de puta.
- Aarón, tengo que hacerlo ~dice mientras llora~ Mi padre...
- Tu padre, tu padre, todo el tiempo tu padre. ¡ESTAMOS HABLANDO DE TU HIJA! ~le grito furioso~ ¡Nuestra hija!, ¡¿qué tanta humillación vas a darnos?!, ¡¿Cómo fuiste capaz de quitarle el apellido?! Yo creí... Creí que me había enamorado de la mujer correcta ~meto la mano al bolsillo de mi gabardina~ Creí que eras perfecta para mí, pero ya veo que pase los últimos años enamorado de una mierda igual a su padre.
Observo la cajita en mis manos y se la pego al pecho. Tenía todas mis esperanzas y mi futuro puesto en la sortija dentro de la caja, ahora no hago más que odiar a la mujer a la que le pediría que pasara el resto de su vida conmigo.
- Esto no te lo voy a perdonar nunca ~limpio mis lágrimas~ Ni a ni, ni a tu hermano. Espero nunca vuelas a aparecer en la vida de MI HIJA y mucho menos en la mía. Espero seas feliz cumpliendo las exigencias de tu padre.
Tomo con cuidado a mi pequeña de los brazos de mi madre y la acurruco en los míos, intenta decirme algo más e incluso se acerca, pero me alejo seguido por mis padres.
Ya en el auto, veo por la ventana como sale apresurada, pero su padre la toma del brazo, papá se pone en marcha y yo no hago más que llorar aún con la niña en mis brazos.
Fin del flashback.
Siento que la cama se mueve en repetidas ocasiones y pronto me encuentro escuchando eso de "la vaca lola, la vaca lola, tiene cabeza y tiene cola", pero en una vocecita muy chistosa, rio y me incorporo tomándola y apretándola contra mí mientras escucho como ríe.
- Papi, aire ~eso me hace reír~
- Es que eres tan tierna que quiero abrazarte muy fuerte ~la lleno de besos~
- Papi, escuela ~doce mientras tora de mi mano~
- Sí, solo dame unos minutos ~digo mientras me levanto~
- Vamos, Ella, desayunemos mientras papá se cambia ~es la chica del servicio~
Mi bebé me da un beso antes de bajar de la cama ya con su uniforme e ir corriendo con la chica que el extiende su mano.
Ella ya tiene tres años, es tan inteligente y tan hermosa, siempre que la veo aunque se parece mucho a mí, sus ojos verdes siempre me hacen recordar a una persona que me niego a mencionar.
Rápidamente me doy un baño y luego me visto con mi traje. Antes era el dueño de varios concesionarios gracias a mi padre quién me los heredero, pero ahora con ayuda de él, cree mi propia marca de autos que es todo un éxito.
Vendí los concesionarios y ahora tengo mi propia empresa encargada de diseñar y sacar al mercado mi marca de autos deportivos Bellerose. Estoy comenzando, pero todo va bien.
Desafortunadamente, sin querer, he escuchado muchas noticias sobre personas las cuales no me interesan, pero que se atrevieron a comprar mi primer modelo.
Al bajar, me siento en el comedor junto a mi hija quién feliz me extiende una fresa que recibo y la hace reír el sonido que hago, como si fuera una delicia.
La chica del servicio, quien a demás, es la niñera de Ella, pone mi desayuno frente a mí. Alcanzó a ver el libro que tiene en su mano libre y no puedo evitar sentirme incómodo.
- ¿Te gusta mucho ese libro, Valerie? ~le pregunto y ella se sonroja~
- Sí, de hecho, me gustan todos los del autor ~dice emocionada~ ¿Sabías que el autor a confesado en varias entrevista que le gusta tu auto? Incluso entre su colección está de tu modelo.
- Sí... He escuchado algo de eso ~me remuevo incómodo~ Está vez yo recogeré a Ella, iremos a casa de mis padres.
- De acuerdo.
Después de terminar el desayuno, salgo con mi bebé de casa y la dejo en la escuela, me despido de ella y luego parto a la empresa.
Estamos comenzando el año y hay mucho trabajo que hacer, tenemos que pensar en llevar a cabo los nuevos proyectos.
Saludo a todos y cuando llego a mi oficina, segundos después, entra mi secretaria, nos sonreímos y la jalo del brazo para besar sus labios.
- Buenos días ~le susurro~
- Buenos días, corazón ~me dice limpiado su labial de mis labios~ Hoy tienes una reunión con Anthony Vannucci.
- Sí, lo tengo presente aunque aún estoy pensando si realmente diseñar el auto de carreras.
- Me aparece una excelente inversión y buena idea, los Bellerose pueden revolucionar el mundo de las carreras, hasta el momento es uno de los autos deportivos más comprados entre el mundo de la farándula. ¿Sabía que tu auto hace parte de la colección de cantantes como Chris Brown y The Weekend?
- Sí, entre otros ~la miro y sonrío~
- Entonces creo que si entras en el mundo de las carreras, serás igual de importante que Ferrari.
- Bueno, eso lo veremos en la reunión.
- Bien.
Mientras reviso los papeles que me ha entregado, me doy cuenta de que aún permanece de pie frente a mí, alzo la vista mis cejas para saber que quiere decir.
- ¿Cuándo vas a presentarme a Ella? ~se cruza de brazos~
- Ya hemos hablado sobre eso ~vuelvo mi vista a los papeles frente a mí~
- Cumpliremos un año de salir, Aarón ~suena molestá~ ¿No piensas hablarle al mundo sobre nosotros?, ¿no piensas hacerme parte de la vida de tu hija?
- No ~la miro serio~ No expondré a mi hija en esa situación, a demás, fui claro en que lo nuestro no es nada formal.
- ¿Exponerla de qué? ~alza una ceja~ ¿Piensas que la voy a abandonar como su madre? ~me detengo y la miro fijamente~ ¿Crees que involucraré de esta forma para luego irme y dejarlos?, no soy así, Aarón... No soy como ella.
- A mí no me interesa si eres o no como ella, ¿desde cuándo tocamos estos temas? ~la miro molesto~ No quiero que vuelvas a hablar de mi hija y menos de su madre. Si no me interesa relacionarte con ella es porque no le daré un hogar inestable y relaciones fallidas, esto no es duradero y no le voy eso a mi hija. Ahora, si te incomoda tanto, lo dejamos hasta aquí.
Se mantiene callada mientras la miro fijamente. Me molesta que crea saber que es lo mejor para Ella, que piense que ella es la mejor madre sustituta para mi hija. Kristen no es mala, es dulce y leva insistiendo en que la presente como mi novia no solo frente al mundo sino también frente a mi bebé.
Incluso las veces en que he traído a Ella, ella siempre es dulce, juega con ella y hasta le compra muñecas y ropa, esa es su única oportunidad de relacionarse con mi hija. El caso es que me volví desconfiada, el menosprecio que Elena le dió a nuestra hija al quitarle el apellido, me dejó completamente marcado.
No quiero que Ella se encariñe con una figura materna que luego la abandonará tal y como lo hizo su verdadera madre. Si a ella no le dolió dejarnos, no será doloroso para cualquier otra mujer.
- No nos dañemos el día ~dice~ Pero tarde o temprano me darás la razón. No puedes negarle esta oportunidad por miedo a que pasé lo mismo del pasado. Ella tiene a una mujer que la ama y que ama su padre y tú estás quitándole el privilegio de crecer con una familia. Tus padres no estarán para siempre y tú tampoco, lastimosamente eso es lo único que le estás dando.
Sin esperar mi respuesta, se marcide mi oficina y yo suspiro. Quizá tiene razón, pero prefiero prevenir que lamentar.