Amor Cruzado

### Capítulo 14: La Lluvia de Problemas

Esa semana comenzó con un cielo despejado y un sol brillante, pero pronto el clima cambiaría, reflejando los problemas que comenzaban a surgir entre Santiago y Vanessa. Aunque habían estado trabajando en su relación y disfrutando de momentos felices juntos, la inseguridad y los celos empezaron a hacer mella en la conexión que habían construido.

Era un lunes por la tarde cuando Vanessa decidió visitar a su amiga Laura. Había estado sintiéndose un poco inquieta últimamente, y quería hablar sobre lo que la atormentaba. Mientras se preparaba para salir, su mente divagaba hacia sus interacciones recientes con Santiago. A pesar de su amor, había momentos en que la ansiedad la invadía, especialmente cuando pensaba en Tomás.

Cuando llegó a casa de Laura, su amiga la recibió con una sonrisa cálida. —¡Hola, Vanessa! ¿Cómo estás?

—Hola, Laura. —Vanessa sonrió, pero había un aire de preocupación en su voz. —Quería hablar contigo sobre algunas cosas que han estado ocurriendo.

Ambas se sentaron en el sofá, y Vanessa comenzó a abrirse. —He estado sintiendo que a veces no puedo dejar atrás mi pasado con Tomás.

—Es normal sentirse así. —Laura la miró con comprensión. —Pero también debes recordar que estás empezando algo nuevo con Santiago.

—Lo sé, pero a veces me asusta la idea de que Santiago pueda sentirse celoso o inseguro. —Vanessa suspiró, sintiendo que el peso de la ansiedad la invadía. —No quiero que los problemas del pasado afecten nuestra relación.

Laura asintió, sintiendo que la preocupación de Vanessa era válida. —La comunicación es clave. Si sientes que hay algo que te molesta, deberías hablarlo con él. No dejes que los malentendidos se acumulen.

Vanessa reflexionó sobre las palabras de su amiga. La comunicación abierta había sido esencial para su relación con Santiago, pero a veces, la inseguridad la hacía dudar. Decidió que debía ser honesta con él y abordar sus preocupaciones.

Esa noche, cuando se encontraron en casa de Santiago, la tensión era palpable. Ambos habían estado disfrutando de una película, pero a medida que avanzaba, Vanessa sentía que había algo que debía decir.

—Santiago, ¿podemos hablar de algo? —preguntó, sintiendo que el nudo en su garganta se apretaba.

Santiago la miró, sintiendo que la preocupación lo invadía. —Claro, ¿qué pasa?

—He estado pensando en Tomás y en cómo eso nos afecta a nosotros. A veces siento que no he dejado del todo el pasado atrás. —La sinceridad de Vanessa resonó en el aire, y podía ver la preocupación en los ojos de Santiago.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —preguntó Santiago, sintiendo que la ansiedad comenzaba a crecer en su interior. —Sabes que estoy aquí para apoyarte.

—Lo sé, pero a veces me asusta. No quiero que pienses que aún tengo sentimientos por él. —La voz de Vanessa temblaba, y podía sentir la tensión en la habitación.

—No quiero que eso te cause ansiedad. Confío en ti, pero también necesito saber que estás completamente aquí. —La sinceridad de Santiago lo llenaba de preocupación.

A medida que la conversación continuaba, ambos comenzaron a sentir que la inseguridad y los celos se apoderaban de ellos. Vanessa se sintió vulnerable al expresar sus miedos, mientras que Santiago luchaba por entender cómo manejar la situación.

—No quiero que esto se convierta en un problema. —dijo Santiago, sintiendo que la frustración comenzaba a crecer en su interior. —Quiero que sepas que estoy aquí porque te quiero.

—Lo sé, pero a veces me siento atrapada entre mis sentimientos y mis miedos. —Vanessa se pasó la mano por el cabello, sintiendo que la presión aumentaba.

La conversación se tornó tensa, y ambos comenzaron a sentir que la conexión que habían construido estaba en peligro. Pero a medida que continuaban hablando, se dieron cuenta de que la comunicación abierta era fundamental para superar sus malentendidos.

**Unos días después, en la universidad…**

Vanessa y Santiago se encontraron con un grupo de amigos en el campus. Entre ellos estaba Tomás, quien había comenzado a acercarse nuevamente a su círculo social. La tensión en el ambiente era palpable, y Vanessa sintió que su corazón latía con fuerza.

Santiago notó la incomodidad de Vanessa y decidió que era importante abordar la situación. —¿Te sientes bien? —preguntó, sintiendo que la preocupación lo invadía.

—Sí, solo… es raro verlo aquí. —Vanessa suspiró, sintiendo que los recuerdos de su relación pasada comenzaban a resurfacer.

Tomás se acercó al grupo, y la tensión aumentó. —Hola, chicos. ¿Cómo están? —dijo, tratando de sonar casual.

—Hola, Tomás. —respondió Santiago, sintiendo que la incomodidad aumentaba. —Estamos bien.

A medida que la conversación avanzaba, Vanessa sintió que la ansiedad la invadía. Los recuerdos de su relación con Tomás comenzaron a atormentarla nuevamente, y la tensión entre ella y Santiago se hacía evidente. La preocupación de que Santiago pudiera sentirse celoso comenzó a crecer en su mente.

Después de un rato, Tomás se despidió del grupo, y Vanessa sintió que la presión aumentaba. Cuando quedaron a solas, miró a Santiago con preocupación.

—¿Qué piensas de Tomás? —preguntó, sintiendo que el nudo en su garganta se apretaba.

—No creo que debamos preocuparnos por él. Estoy aquí contigo, y eso es lo que importa. —Santiago la miró a los ojos, sintiendo que la conexión entre ellos era fuerte.

—Lo sé, pero a veces siento que hay cosas que no puedo controlar. —La vulnerabilidad invadió la voz de Vanessa, y podía sentir que la inseguridad comenzaba a crecer.

Esa noche, mientras estaban en casa de Santiago, la tensión entre ellos se intensificó. Había sido un día difícil, y ambos se sentían agotados. Vanessa sabía que debía hablar sobre sus sentimientos, pero la ansiedad la invadía.

—Santiago, creo que necesito ser honesta contigo. —dijo, sintiendo que el peso de sus emociones comenzaba a desbordarse.

—¿Sobre qué? —preguntó Santiago, sintiendo que la preocupación lo invadía.

—A veces me siento celosa de la relación que tienes con Tomás. No quiero que eso afecte lo que tenemos, pero no puedo evitarlo. —La sinceridad resonó en el aire, y Santiago sintió que el nudo en su garganta se apretaba.

—No hay razón para que te sientas así. Estoy aquí porque quiero estar contigo, y Tomás es parte del pasado. —Santiago trató de ser comprensivo, pero la tensión seguía presente.

—Lo sé, pero a veces me siento insegura. No quiero que esto termine mal. —La voz de Vanessa temblaba, y sentía que la vulnerabilidad la llenaba de miedo.

Ambos se quedaron en silencio, sintiendo que la tensión entre ellos era palpable. Sabían que debían trabajar juntos para superar sus malentendidos, pero la ansiedad seguía presente.

**El Clímax de la Tensión**

Un par de días después, una situación inesperada llevó a la tensión a un punto crítico. Santiago había recibido un mensaje de un amigo en común que le decía que Tomás había estado hablando mal de él en su ausencia. La noticia lo sorprendió y lo llenó de frustración.

—¿Por qué haría eso? —preguntó Santiago, sintiendo que la ira comenzaba a crecer en su interior.

Vanessa lo miró, sintiendo que la tensión aumentaba. —No lo sé, pero no deberías dejar que eso te afecte.

—Es fácil decirlo. —Santiago sintió que la frustración lo consumía. —No puedo evitarlo si está hablando mal de mí.

Esa noche, la conversación se tornó tensa. Santiago decidió confrontar la situación y hablar con Tomás. —Necesito saber por qué está haciendo esto. No quiero que se interponga entre nosotros.

—Santiago, no creo que debas hacerlo. —Vanessa sintió que la ansiedad la invadía. —No quiero que esto se convierta en un conflicto.

—No puedo quedarme de brazos cruzados. —Santiago se sintió conmovido por la necesidad de ser honesto. —Debo defender nuestra relación.

Esa decisión llevó a una discusión intensa. Ambos comenzaron a sentir que la tensión se intensificaba y que sus inseguridades estaban saliendo a la superficie. La conexión que habían construido estaba en peligro, y ambos sabían que debían encontrar una solución.

**El Encuentro Decisivo**

El día siguiente, Santiago decidió hablar con Tomás. Se encontraron en la universidad, y la tensión en el aire era palpable.

—¿Por qué estás hablando mal de mí? —preguntó Santiago, sintiendo que la frustración lo invadía.

Tomás lo miró, sintiendo que la ira comenzaba a crecer en su interior. —No estoy hablando mal de ti. Solo estoy tratando de entender lo que ha pasado.

—¿Entender? —Santiago sintió que la ira comenzaba a consumirlo. —¿Acaso es tu forma de lidiar con el dolor?

—No estoy aquí para pelear. Solo quiero que sepas que Vanessa y yo tuvimos algo real. —Tomás sintió que la frustración lo invadía. —No quiero que te interpongas en mi vida.

—No estoy intentando hacerlo. Pero ella ha tomado una decisión, y debes respetarla. —Santiago sintió que el nudo en su garganta se apretaba.

Ambos hombres se miraron a los ojos, sintiendo que la tensión era palpable. La conversación continuó, y aunque hubo momentos de frustración, también hubo momentos de comprensión. Santiago comenzó a darse cuenta de que Tomás estaba lidiando con su propio dolor, y eso lo ayudó a ver la situación desde una nueva perspectiva.

Cuando Santiago regresó a casa, se encontró con Vanessa, quien lo estaba esperando con ansiedad. —¿Cómo fue? —preguntó, sintiendo que la preocupación la invadía.

—Difícil. —Santiago suspiró, sintiendo que la tensión aún estaba presente. —Pero creo que necesitamos encontrar una manera de superar esto juntos.

Vanessa lo miró, sintiendo que su corazón latía con fuerza. —Lo sé, pero a veces siento que estamos atrapados en un ciclo de inseguridades.

—Debemos aprender a confiar el uno en el otro. —Santiago se acercó a ella, sintiendo que era importante ofrecerle consuelo. —No quiero que esto afecte lo que tenemos.

Ambos se quedaron en silencio, sintiendo que la conexión entre ellos era fuerte. A pesar de los momentos de tensión, sabían que debían trabajar juntos para superar sus desafíos.

**Un Nuevo Comienzo**

Con el paso de los días, Santiago y Vanessa comenzaron a comunicarse de manera más abierta. A pesar de los malentendidos y los celos, estaban determinados a fortalecer su relación.

Un día, decidieron salir a caminar por el parque. El aire fresco y la calidez del sol les brindaron un respiro de la tensión que habían estado enfrentando. Mientras caminaban, Vanessa sintió que era el momento adecuado para abrirse.

—Quiero que sepas que estoy aquí para ti, y que estoy dispuesta a trabajar en nuestra relación. —dijo Vanessa, sintiendo que la vulnerabilidad la llenaba de emoción.

—Yo también. —Santiago la miró a los ojos, sintiendo que la conexión entre ellos se volvía más fuerte. —Debemos aprender a comunicarnos y apoyarnos mutuamente.

Ambos comenzaron a hablar sobre sus inseguridades y los miedos que habían experimentado. A medida que compartían sus pensamientos, la tensión en el aire comenzó a disiparse. Se dieron cuenta de que su amor era más fuerte que los desafíos que enfrentaban.

Cuando se detuvieron en un banco, Vanessa tomó la mano de Santiago, sintiendo que la conexión entre ellos era especial. —Quiero que podamos superar esto juntos. Tu apoyo significa mucho para mí.

—Y tú para mí. Estoy comprometido a trabajar en esto. —Santiago sonrió, sintiendo que la esperanza llenaba el aire.

A medida que continuaban su conversación, ambos empezaron a sentir que estaban en el camino correcto. La comunicación abierta y la sinceridad les permitieron enfrentar sus inseguridades y superar los malentendidos que habían surgido.

Esa noche, mientras se preparaban para dormir, ambos sintieron que la lluvia de problemas había comenzado a despejarse. Habían enfrentado desafíos juntos, y aunque la conexión entre ellos había sido puesta a prueba, estaban listos para abrazar un nuevo comienzo.

Cuando se miraron a los ojos, supieron que estaban listos para seguir adelante, enfrentando cada desafío con amor y confianza. La lluvia de problemas había llegado, pero también había llegado la oportunidad de crecer juntos y fortalecer su relación.