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Guardian Deluxe

Guardian Deluxe

Status: En proceso
Genre:Romance / Aventura / Intrigante / Madre por contrato / Venganza de la protagonista / Supersistema
Popularitas:261
Nilai: 5
nombre de autor: John Ander Giraldo

En un mundo dominado por entidades poderosas, los humanos se han refugiado en colonias protegidas por los Guardianes Deluxe, seres dedicados a defender el imperio y luchar contra la vil tiranía. En una colonia particular, la princesa Meily busca expandir su reinado y mejorar sus tierras, luchando personalmente en el campo de batalla. Su ansiedad se disipa momentáneamente cuando un día encuentra a dos Guardianes Deluxe que cambiarán su vida para siempre.

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Alma

—Esperen, ¿Podríamos dialogar esto un poco? —dijo Aka, tratando de calmar la situación.

—Por favor, no le hagan daño a mi papá —rogó una de las niñas con lágrimas en los ojos, mientras la otra se quedaba aterrorizada en el rincón.

—Esto no les incumbe —respondió el hombre, enojado hacia los Guardians Deluxe.

—Es cierto que robar es contra las reglas, pero por el aspecto de esta casa y de sus hijas... parece que ni siquiera con lo que han robado les bastará —pensó Aka, analizando la situación. Al volver su atención al hombre, vio cómo Ane inmovilizaba al presunto ladrón. Aka quiso decir algo, pero no sabía qué. En ese momento, Shadow pronunció unas palabras que lo pusieron más nervioso.

—Puede que haya roto las reglas, pero de no hacerlo, ellos morirían. ¿No es eso injusto, Guardián Deluxe?

Aka comprendía bien lo que dijo Shadow; esto era consecuencia del bajo estatus de la capital en comparación con las demás. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una de las niñas se acercó y tiró de su camisa.

—Señor, ¿por qué se van a llevar a mi papá? —preguntó con voz tímida. Aka se arrodilló para explicarle que lo que hizo estaba mal y ese era el castigo, pero la niña respondió con tristeza algo que lo dejó aún más abatido.

—Cuando los tipos malos quemaron la casa, nadie vino a salvar a mamá. Pero cuando mi papá nos da comida, todos vienen. ¿Por qué son tan malos con nosotros?

—¿Tipos malos? Ah, es cierto —recordó Aka a la Paladina que invadió la capital y quemó varias casas, incluida esta. Cuando todo terminó, no pensó en los humanos que vivían allí después de la catástrofe. Observó cómo la otra niña agarraba del brazo a su hermana y la alejaba de él.

—No te acerques, nos va a hacer daño —exclamó la niña, atemorizada y hostil. Esto le trajo un recuerdo a Aka, cuando su hermana Vanessa intentó acercarse a él y a Markel en aquel tiempo donde eran pequeños y no conocían a nadie. Sentía miedo, pero el gesto gentil y la calidez de Vanessa le dieron confianza rápidamente, en aquel momento la voz de Vanessa lo tranquilizó...

—Aka, Markel, a partir de ahora los tres seremos hermanos y nos cuidaremos el uno al otro. Yo los cuidaré, así que no se preocupen —exclamó Vanessa presentándose ante ellos.

—¿Quién te crees que eres? Yo no voy a jugar a juegos tontos. Voy a buscar a mi madre —dijo Markel, visiblemente molesto.

—Entiendo que sientan miedo, tengan preguntas y se sientan incómodos. Seré directa: sus padres, al igual que casi toda nuestra raza, han muerto —estas palabras de Vanessa dejaron a Aka y Markel en shock.

—¿Papá y mamá están muertos? —preguntó Aka sollozando. Markel reaccionó enojado y salió del tronco de árbol donde se encontraba. Al caer, vio que todo lo que lo rodeaba era tierra, árboles, plantas y hongos. Vanessa lo sujetó de la camisa y escaló con él de regreso al tronco rápidamente, cubriéndole la boca con su mano y haciendo un sonido para que ambos entendieran.

—Shhhhh... —emitió suavemente. Ambos pequeños escucharon las pisadas de un animal enorme que pasó al lado del árbol. Al alejarse, Vanessa retiró la mano de la boca de Markel, que ya estaba más calmado.

—¿Qué era eso? —preguntó Markel, nervioso.

—Eso fué un Voru, una criatura con feroces colmillos tiene púas y cuatro ojos, muy peligrosa. No salgan sin mi permiso o morirán —explicó seriamente Vanessa. Los niños captaron en ese momento de que más cosas Iván a cambiar drásticamente a partir de ahora teniendo que adaptarse a la nueva vida que tendrían.

Volviendo al presente, Aka, tras pensarlo bien, supo qué hacer. Agarró la manzana del suelo y se la ofreció a la niña tímida.

—No le pasará nada a su papá —dijo Aka con una pequeña pero visible sonrisa para tranquilizar a las niñas. Luego, pidió a Alex que llevara a las niñas al palacio con cuidado mientras él se adelantaba.

—Sí, señor —respondió Alex, obedeciendo a su líder sin juzgar sus acciones. Aka llegó al palacio junto con Ane y el presunto ladrón. Los tres ingresaron a la sala donde estaban Meily, Toffie, Daniela y el resto de los soldados. Un soldado ató las manos del hombre, pero antes de llevárselo, Aka pidió que esperara. Se dirigió a Toffie.

—Pensé que estaba defendiendo esta tierra lo mejor que podía, pero fui ingenuo y no reparé en el daño involuntario que causé —dijo Aka en voz alta. Luego, se dirigió al ladrón y lo miró con tristeza, para después agachar la cabeza.

—Lo siento —exclamó Aka, sorprendiendo a casi todos. Toffie lo miraba fijamente y levantó una ceja, juzgando la situación.

—No fui un buen protector de esta capital y tienes todo el derecho de salvar tu vida y la de tus hijas, aunque sea incorrecto —dijo Aka. En ese momento, Alex llegó con las dos niñas.

—Pero señor Aka, los incentivos que tenemos son suficientes para un número determinado de personas en sus hogares. No hay razón para robar —mencionó una soldado provocando que Aka se molestará

—¿Eso es vivir para ustedes? ¿Únicamente tener lo suficiente para no morir? La capital se encuentra con bajos recursos que le impiden prosperar y mantenerse, siendo los que más sufren son ustedes. Es por eso por lo que... —dijo Aka, volviéndose hacia Meily y elevando su tono— vamos a ganar la Selección Royale y lograremos que la capital de Fénix tenga mayor atención y mejores ingresos alimenticios. ¡La capital será mejor que la capital Cuervo y nadie tendrá que aguantar hambre otra vez—estas palabras emocionaron a todos los presentes. Meily sonrió ante la confianza que Aka demostraba.

—Hermano... pensar que de pequeño eras un completo llorón miedoso, y ahora eres un líder capaz de mover el corazón de los demás con tu carisma. Eres asombroso... —pensó Markel, orgulloso de su querido hermano.

—Aka, ¿qué te hace pensar que tus palabras bastarán para lograr esa meta tan difícil? —preguntó Toffie, con un rostro desinteresado.

—No estoy solo en esto. Mi equipo es increíble y vamos a demostrarlo —dijo Aka. Finalmente, Toffie se retiró, no sin antes dirigirse al equipo Fénix.

—Confíen en sus habilidades. Espero mucho de ustedes —dijo Toffie. El hombre, que aún estaba allí, cayó de rodillas y comenzó a sollozar.

—Lamento mucho haber robado. Pensé mal de ustedes. Merezco ir a la celda —dijo el hombre arrepentido tras escuchar cómo Aka iba a luchar no solo por la capital, sino por todas las personas que la componían.

—¡Papá! —exclamaron ambas niñas, corriendo a abrazar a su padre. Aka se acercó y le dijo que, si realmente lo sentía, debía disculparse con quien le había robado la comida. El hombre aceptó y fue con Aka a buscar la casa de su víctima.

Markel y Meily observaron cómo se iba Aka, pegados lado a lado.

—Aka es realmente infantil de cierto modo, pero cuando piensa y se esfuerza es alguien que se hace respetar —mencionó Markel.

—Sí, es tu hermano después de todo —mencionó Meily. Sin que nadie se diera cuenta, ambos tenían sus manos entrelazadas detrás de ellos. Un amor florecía con cautela entre ellos. La moral de todos había subido y estaban motivados a mejorar. En tres días se realizaría el evento en la capital de León, cuya arena de combate era perfecta para la Selección Royale. Meily informó a Iris de lo ocurrido, quien se sintió conmovida pero preocupada. Todos necesitaban que la capital de Fénix prosperara, y Aka parecía ser la clave para lograr ese futuro, lo que le daba miedo, pero decidió confiar. Finalmente, a las afueras del palacio, en una casa que tuvo suerte de no ser destruida, estaban Aka, Ane, Alex, Daniela, el ladrón y sus hijas buscando al joven víctima del hurto. Todos quedaron horrorizados al encontrar a la víctima colgado sin vida por una cuerda alrededor de su cuello. Ane sacó a las niñas antes de que pudieran ver la escena. El hombre fue encarcelado por voluntad propia al considerarse culpable. Sus hijas fueron cuidadas por Yeico mientras él cumplía su condena.

Finalmente, llegó el día y todos listos se dirigieron a la carroza que los recogería. Un tercio de la población los animaba a ganar y darlo todo.

—Las personas son tan amables, de verdad no quiero defraudarlos. ¡Qué nervios! —exclamó Daniela, apenada.

—Es cierto, aunque algunos aún no confían en nosotros, ni nos miran con buena cara —dijo Alex, viendo cómo varias personas no salían de sus hogares y desde sus ventanas observaban disimuladamente a sus Guardians a punto de partir.

—¿Dónde está Aka? Se nos va a hacer tarde —preguntó Ane.

—Él ya viene, se está despidiendo de lo más importantes antes de venir —mencionó Markel. Debajo del palacio, en una puerta, se encuentra el calabozo de la capital. Allí residen las personas que infringen las normas y atentan contra la vida de otra persona. Desde hace un siglo, no ha habido ninguna persona que haya sido encerrada hasta el reciente incidente.

—Bien, ya me voy. Daré mi mayor esfuerzo -mencionó Aka contento.

—¿Seguro que no estás nervioso? —le preguntó Nick, El hombre con una mirada amable.

—Bueno, a decir verdad, un poco... Tengo tantas ganas de conocer la capital de León. Dicen que es muy grande. Espero que la capital de Fénix sea igual de grande en el futuro —dijo Aka, visiblemente emocionado.

—Rezo para que todo salga bien. Gracias por cuidar de mis hijas —mencionó Nick, a lo que Aka asintió con una sonrisa.

—Me despido. Cuídate, Nick —dijo Aka, marchándose deprisa. Nick se quedó sentado viendo el techo, deseando que todo saliera bien, y se encontraba a la espera de un mes para poder salir.

Afuera, Aka se encontraba corriendo directo hacia donde se encontraba la carroza y vio cómo sus amigos y Meily lo esperaban, visiblemente molestos.

—¡Ay, Aka, date prisa, ¡vamos tarde! —mencionó Meily. Finalmente se fueron, dejando la barrera activa por dos días seguidos.

—Ahora que lo pienso, ¿la barrera exactamente por qué se produce? —preguntó Daniela.

—A ver, te explico. exclama Meily poniéndose cómoda.

—Desde principios de la creación existieron dos hermanas, Solaría y Andrómeda. Solaría creó a la raza humana y Andrómeda a los animales, el resto de los dioses se encargó de crear el planeta tierra tal y como la conocemos. Todo estaba en equilibrio hasta que una de sus creaciones se rebeló, destruyendo a casi todos los dioses. Solo Solaría y Andrómeda lograron combatirla, pero ambas murieron en la batalla. Antes de fallecer, Solaría dispersó su esencia en varios humanos para ocultar su poder y protegerlos de la criatura rebelde. —

Meily continuó, capturando la atención de todos:

—Cuando la guerra comenzó tras la desaparición de Solaría, una era de hielo arrasó con la vida en la tierra. Los pocos humanos que sobrevivieron se refugiaron en cuevas, y aquellos que portaban la esencia de Solaría pudieron emitir calor y mantener a otros con vida. Esta esencia también permitió crear campos de invencibilidad, protegiendo a las personas de las amenazas externas.

—¿Así que tú eres una portadora de esa esencia? —preguntó Daniela.

—Exactamente. Como portadora del alma de Solaría, puedo crear el campo de invencibilidad. Pero usarlo consume mucha energía. Solo puedo activarlo una vez al día, y si lo intento dos veces, podría morir. Por eso debo ser muy cuidadosa sobre cuándo lo uso. —

Markel asintió, comprendiendo la gravedad:

—Entonces, ese campo es nuestra mayor defensa, pero también nuestra mayor responsabilidad. —Dijo Daniela

Meily asintió, con una expresión seria dijo lo siguiente...

—Sí, y debemos usarlo sabiamente para protegernos y asegurarnos de que la capital Fénix sobreviva y prospere.

—Aunque yo tengo una pregunta: ¿De dónde venimos nosotros? —preguntó Aka, curioso. Meily se quedó en silencio, sin saber qué decir.

—Yo... sé que fueron creados también, pero no sé exactamente quién. La cuestión es que su existencia está ligada a protegernos sin importar qué. Eso me recuerda que la nueva era de jóvenes Guardians Deluxe va a comenzar. Ya se terminó su enseñanza de combate y sus habilidades. Tal vez podamos solicitar algunos Guardians Deluxe. Sería increíble. —Esta noticia emocionó a Ane, Alex y Markel. No obstante, Aka y Daniela se encontraban pensativos acerca de su existencia, Meily se dispuso a dormir encima del regazo de Markel por lo cansada que se sentía.

Horas después, finalmente llegaron a la capital León ubicada en el interior de la espesa selva. Dicha capital era más enorme que la de Cuervo, una civilización más grande, siendo una de las capitales top sin duda. La gente parecía feliz, tenían buena ropa y comida además de mercados, no dependiendo únicamente de los incentivos. Mientras se dirigían a pie hacia el coliseo, Markel notó cómo una persona obesa tiraba a la basura una tortilla de maíz, quejándose de que no le gustaba. Markel sintió tristeza al pensar que su capital valoraría este reino. Finalmente, llegaron a la entrada de la capital. Meily se despidió de ellos y les deseó éxitos, le dio a cada uno un fuerte abrazo y se dirigió a su lugar. Al entrar a la sala de espera, los chicos lo primero que vieron fue a cuatro equipos de Guardianes Deluxe dentro de la sala. Varios charlaban, otros permanecían sentados, pero la situación se puso incómoda al llegar. Todos empezaron a analizar al equipo de la capital Fénix.

—¡Alex! —mencionó un Guardián Deluxe acercándose, un conocido compañero de Alex de su anterior capital.

—Qué gusto verte —respondió Alex. Ambos comenzaron a hablar, poniéndose al día de todo lo vivido. Daniela se encontraba charlando con otros velocistas y Ane se alejó para convivir con otros Guardianes Deluxe, quedando Aka y Markel solos.

—Bueno, quedamos los dos —mencionó Markel. Aka asintió con la cabeza, pero dos personas se acercaron a ellos: una chica con un pañuelo negro con rayas blancas sobre su pelo negro y unos pantalones distintivos con un diseño de camuflaje militar gris, y un chico con un flequillo hacia atrás y una bandana que cubría su ojo izquierdo.

—¿Tú eres el líder de los Guardian Deluxe Fénix Aka? —preguntó la chica. Aka se presentó, confirmando su sospecha.

—Ya veo. Soy Emily, la líder de la capital Águilas.

—Yo soy David, líder de la capital León —mencionó el chico.

—Encantado de conocerlos —dijo Aka con respeto.

—Vaya... cuando no están en modo obediente y actúan normal, los demás son muy agradables —pensó Markel, alegremente.

—¿Qué le pasó a tu ojo? —preguntó Markel, curioso.

—Eso es un secreto, pero más adelante sabrás su significado —mencionó David.

—Entiendo. Aunque... ¿Por qué varios nos miran con un poco de miedo? Me siento algo incómodo —explicó Markel, dándose cuenta de que Aka, Emily, David y él estaban alejados del resto, como si evitaran acercarse a ellos.

—Es natural que no lo sepan, pero nosotros dos somos los objetivos principales del resto al ser muy fuertes —mencionó Emily.

—¿No sienten el ambiente pesado aquí mismo? —preguntó David, intrigado. Aka y Markel se miraron un momento, confundidos, para luego negar con la cabeza. Emily y David se observaron y, simultáneamente, asintieron con la cabeza para ambos al mismo tiempo decir:

—Shadow, manifiéstate.

Ante la mirada de Aka y Markel, dos siluetas idénticas a las de Emily y David aparecieron detrás de ellos. Ambas tenían un rasgo distintivo: el cabello alborotado. El Shadow de David tenía su ojo derecho de color violeta oscuro.

—Sentía el ambiente pesado, sí... pero pensaba que era por estar cerca de Aka y su sombra. Nunca imaginé que ellos dos tuvieran uno. Eso explica por qué nadie se arrimaba —dijo Markel.

—Entendemos que estén asustados, pero por favor no vayan a acobardarse al luchar contra nosotros —mencionó Emily, pensando que les había bajado la moral a los chicos. Pero, ante su sorpresa, la mirada de ellos reflejaba sorpresa genuina en vez de miedo.

—¡Ustedes también tienen uno, increíble! —exclamó Aka, dejando confundidos a ambos portadores. Para a continuación, sorprenderlos con las palabras— Shadow, manifiéstate.

En eso, Shadow apareció detrás de Aka, visiblemente incómodo, dejando sumamente sorprendidos no solo a Emily y David sinó a todos los Guardians Deluxe alrededor. Se tiene conocimiento de que Emily y David eran portadores de un Shadow, siendo capaces de usar la fuerza y cooperación de ellos en combate. Cualquier otro Guardián Deluxe que había tenido contacto con ellos había fallecido, y no había información o registro de otro portador exitoso de un Shadow.

—¿¡Cuándo tuviste uno!? —gritó Emily de emoción, agarrándole la camisa fuertemente del lado izquierdo.

—¿¡Qué tipo de Shadow tienes!? —exclamó David, sujetándole la camisa del lado derecho.

—Vaya... —pensó Markel, con un poco de gracia al contemplar la situación.

—Yo... bueno, Ronan me lo arrojó y... —trató de explicar Aka con dificultad, pero en ese momento, alguien fue arrojado hacia ellos. Los cuatro reaccionaron rápidamente y lo atraparon. Se dieron cuenta de que el Guardián Deluxe que lo arrojó tenía el cabello rubio y crespo, además de encontrarse visiblemente molesto.

—Oye, pudiste haberlo lastimado —exclamó Emily, enfadada, para luego ser interrumpida bruscamente por el chico.

—Cierra la boca. Me enferma que sean poderosos solo porque tienen unas sombras de mierda. Son unos farsantes y hoy todos lo verán —dijo el chico con palabras duras pero tranquilas, manejando una calma y prepotencia enorme que molestó a los demás—. Qué bien que hayan sobrevivido con una sombra, pero yo les haré saber lo que realmente es el verdadero esfuerzo. —Tras estas palabras, el joven se dio la vuelta y caminó en línea recta. Los demás Guardians Deluxe se apartaron con miedo de que les hiciera algo.

—¿Quién era él? —preguntó Markel.

—Él es Ángel, un Guardián Deluxe de la capital Cobra. Es alguien que ha tratado de ganarnos, pero no ha podido por más que se esfuerza. El desprecio hacia el resto y las ansias de ser el mejor son tan grandes que lo hacen agresivo con todos. La última vez yo me enfrenté a él —exclamó David—. Fue hace un año la última vez. Ahora mismo no sé cuánto habrá mejorado, pero me gustaría saberlo.

—Increíble... —mencionó Aka. Finalmente, las bocinas empezaron a funcionar, y la voz de Meily les indicó a todos que el evento estaba a punto de comenzar. Los chicos se reunieron y avanzaron juntos sin temor.

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Foquita Retrasada
¡Tu personaje principal es tan inspirador! Definitivamente recomendaré esta novela a mis amigos.
Shong: Te lo agradezco mucho 😊
total 1 replies
Erika Solis
Tu capacidad de crear un mundo tan fascinante y detallado es impresionante, ¡realmente tienes talento!
Shong: Muchas gracias 😊
total 1 replies
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