Emperatriz Tirana

Por ahora tiene muchas que hacer, como sus deberes de emperatriz, lo cual gracias a la memoria de la antigua Alise supo que hacer además, por lo tanto, que había estudiado siendo Lilian para prepararse para ser la emperatriz.

Estaba tan. Emocionada en ese entonces que se esforzó en lo máximo para ayudar al príncipe cuando ambos se convirtieran en reyes.

Ahora se da cuenta lo realmente estúpida que fue, al esforzarse tanto por alguien que ni siquiera le valoraba.

Alise suspira mirando los papeleos; sin embargo, Frunce el ceño, al haberlos revisado, porque la mitad de esos papeleos es trabajo del emperador.

— Que Carajos. — Mira los papeleos y justo en ese momento un recuerdo viene a su mente.

La antigua Alise siempre trataba de llamar la atención del emperador y para conseguirlo pidió ayudar a este en su labor, pensado que este valoraría su trabajo, y podrían acercarse como lo que eran esposos; sin embargo, al igual como Lilian, ella también se había equivocado. Porque el emperador jamás no le dio unas gracias, ni siquiera.

— Qué bastardo. — Suspira y mira hacia la puerta tocando la campanilla para llamar a Anet, quien ingreso en la habitación de inmediato.

— Señorita.

Anet mira como su ama divide los papeleos.

— Esos son labores del emperador.

— Pero usted.

— Cambie de opinión regresaros. — La doncella confundida toma los papeleos sin entender por qué su ama ha cambiado tanto en esos dos días.

— Como ordene señorita — Alise observa como su doncella sale de la oficina, sabe que el emperador estará furioso, pero en ese momento no le podría valer menos.

— No pienso ayudar alguien que no lo merece. — Apoya su codo en la mesa para continuar hacer lo suyo.

Y tal como esperaba Alise, el emperador estaba furioso al ver que todos los papeleos estaban de vuelta. Con la ayuda de Alise no tenía mucha carga, y siempre terminaba su trabajo temprano, y pensaba usarla hasta el momento, pero no esperaba que esta hoy devolviera todo.

— ¿Qué quiere decir con que cambio de opinión? — Pregunta furioso mirando Anet.

— Eso mismo dijo su majestad.

— esa mujer. — Aprieta los puños desde que Alise salió de esa celda que él se había encargado de ponerla, la chica ha cambiado demasiado y ese cambio no le está gustando para nada.

«Solo quiere llamar mi atención»

El emperador, como todo el engreído que es, pensó que Alise solo quería su atención y por eso estaba actuando tan extraño desde que logro salirse con la suya en la sala del trono. 

«No he olvidado la vergüenza que me hizo pasar con los ministros» Por supuesto que todavía no lo ha olvidado.

Jamás pensó que Alise fuera tan inteligente para contraatacarlo de esa manera.

«Si esa noticia llega a mi madre está en problemas» Frustrando, ordena su secretario tomar los papeleos que se han traído de vuelta.

Se da vuelta para irse no sin antes de decir.

— Avísale a la emperatriz que mañana iré a visitarla.

Mientras tanto en el pequeño palacio de Alise, está se encontraba explorando la pequeña mansión, ha estado tan ocupada que no ha tenido tiempo de observarlo completamente y es más horrible de lo que pensaba.

El lugar tiene una pésima mala limpieza.

— Definitivamente, tengo que conseguir otro lugar. — Y sabe exactamente como lo hará. Ahora entiende por qué el emperador le había hecho reunirse con su familia en el jardín del palacio más adelante. — El muy bastardo no quería que mis padres supieran que vivo en esa pocilga. — Sonríe. Por supuesto que no vivirá en esa pocilga.

Ese emperador se arrepentirá por haberla asignado en ese lugar.

¿Por qué tendría que vivir aquí cuando puede conseguir un mejor lugar?

Y tal como había planeado al día siguiente, Alise invito a la emperatriz a su palacio, supuestamente para conversar.

Y como esperaba la reacción de la emperatriz al ver la pocilga del palacio.

— ¿por qué estás viviendo en ese lugar querido? — Alesna mira el lugar y puede notar como este todo con telarañas y polvoriento. — Una emperatriz no debería estar viviendo en ese estado.

— Lo sé. — Baja la cabeza con tristeza y Alesna no puede evitar sentir pena por la chica. — Pero no tengo otra opción, madre — Alise limpia sus lágrimas solloza mientras qué la emperatriz la mira confundida.

— ¿cómo que no tienes otra opción? El palacio principal es para la emperatriz no entiendo querida.

—E-el emperador — Alise solloza una y una vez — Me quito el palacio principal para dársela a su concubina y me ha puesto en ese lugar.

La antigua Emperatriz no podría creer lo que estaba escuchando.

— Como es posible esto. Jacob no tiene ese derecho, ese palacio fue hecho principalmente por mis órdenes para la mujer que fuera la Emperatriz, no por sus amantes. — Aprieta los puños furiosa jamás pensó que su hijo le fuera faltar el respeto de esa manera.

— ¡Alise Maldita mujer dónde estás!

Ambas mujer voltean a ver en la dirección donde proviene la voz, y es el emperador que ha ingresado en el jardín furioso, por la cuenta que no a arreglando todavía; Sin embargo, este queda congelado al ver a su madre en el lugar.

— M-madre — Murmuro sorprendido no esperaba ver a su madre aquí hoy.

— Aquí estás. — Alesna se pone de pie acercándose a su hijo.

— B-buenas tardes m-madr- — las palabras de Jacob fueron interrumpidas por una fuerte bofetada impactada en su rostro, quedando congelado en el lugar, mientras qué Alise se cubre la boca sacando una pequeña sonrisa.

«No pensé que mi plan se marcharía tan bien»

Por supuesto, Anet le había dado el mensaje del emperador y ella bien sabía que ese Emperador no se quedaría con los brazos cruzados después de lo que pasó hace días en la sala del trono y por papeleos que devolvió.

Sabía que este ingresaría furioso, como siempre lo ha hecho cuando venía a ver la antigua Alise, para castigarla tras haber creído las palabras de sus concubinas.

«Ahora veamos cómo te sales de este Bastardo»

Sonríe de lado al ver cómo Alesna vuelve a darle una segunda bofetada a su hijo.