El está enamorado de su mejor amiga. Ella está a punto de casarse. El día de su boda tiene un accidente y "muere" un año después el se encuentra con una chica que es idéntica a ella.
¿Será la misma mujer o una prima lejada muy parecida.?
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¿Sientes algo por el.?
...Cristina....
Cierto. ¿Cómo es posible que haya pensado en casarme y no sabía el nombre del loco.? Ya hasta me besó y se tomó libertades conmigo. Nada más faltaba que me acostará con el sin conocerlo.
— Nicolás y Cristina no suena bien. Yo me sonaba casada con un Cristian. — Dije bromeando. Sería raro conocer a un Cristian y enamorarme de el.
— ¿De verdad te quites casar con alguien qué tenga tu mismo nombre.?
No le respondí.
— Quizas nuestros nombres nos e vean bien juntos. Pero nosostros si. Eres hermosa y yo guapo. — Qué presumido me salió. Tiene motivos, es muy guapo.
La puerta se abrió y supe que era mi padre así que lo alejé cómo pude. Aunque me sentía muy cómoda dónde estaba. ¿Qué tonterías pienso.?
— Buenas noches. — Saludó mi papá, Nicolás le devolvió el saludó y yo me fui a la cocina porque no me gustaba cómo se estaba poniendo el ambiente entre ellos. Parecía que no se caían bien.
— ¿Qué opinas.? ¿Te gusta.? — Preguntó mi madre.
— Es muy guapo. — Ella tenía toda la razón. Nunca más dudaré de su buen gusto.
— Si no quieres casarte no te obligare.
— Obligarme madre. — Dije en tono suplicante.
— ¿Qué.? — Preguntó ella sorprendida.
— Digo. El parece un buen tipo. Sí está algo chiflado pero no se ve mala persona. — Qué me crea por favor Dios mío.
— ¿Eso quiere decir que ...? — Ella me miró con una incógnita en su cabeza.
— Todavía no se. Es que me da miedo que su familia no me acepté. — Dice que su madre me querrá y que su padre no se mete en sus decisiones. Pero yo no le puedo creer.
— Te vas a casar con el, no con su familia. — La familia siempre es una parte importante.
— Tal vez, pero si la familia es metiche. ¿Cómo le hago.? — Creó que leí demasiado sobre familias que desprecian a la protagonista si es pobre. Ahora estoy traumada con eso.
— No tengas miedo. No creó que sea esa clase de gente. — Fuimos a la mesa. Mi padre no veían con buenos ojos a Nicolás. Si no le agrada ¿porqué quiere que me casé con el.? Mi familia también es un lío.
— Creó que todos sabemos a qué vine. — Dijo Nicolás.
— Sí mi hija no quiere casarse no la obligaremos. Tenga eso bien claro. — Dijo mi padre con voz firme.
— Es tu decisión. — Dijo Nicolás y me miró de una forma que no sabía que significaba. ¿Es amor o alguna otra cosa.?
— Todavía no lo he pensado lo suficiente. — Mi madre apenas me lo dijo hoy cuándo regresé del trabajo. De eso no han pasado muchas horas. Pero el ya quiere que le dé una respuesta cómo si llevará años esperando por mi.
— No tienes mucho tiempo para hacerlo. — Se levantó de la mesa y se fue. Ni siquiera cenó. Tanto que se esforzó mi madre para hacer la cena y el se va.
— Qué chico tan mal educado. — Dijo mi padre don desagradó.
— ¿No les agrada Nicolas.? — En mis libros los padres nunca quieren a los novios de sus hijas. Nunca había tenido esté problema ya que no he tenido. Y creó que nunca voy a tener. Pasaré directo al esposo.
— Si por mi fuera el no pasaría por la puerta de mi casa. — Dijo mi padre y se levantó también. ¿Será normal que los padre odien al yerno.? En mis libros lo es. Pero ésto es la vida real.
Una hora más tarde.
— Hija, ¿Qué opinas.? Estás muy callada. — Preguntó mi madre mientras recogíamos la mesa.
— Es que el me gusta. Tal vez te parezca que estoy loca pero siento cómo si lo conociera de toda la vida. — Y eso no se siente con cualquier persona según se.
— ¿Qué.?
— Así me siento. Es extraño, ¿verdad.?
— ¿Sientes algo por el.?
— Si pero no sé que es. La primera vez que lo ví mi corazón palpito muy fuerte. Y ahora que me tuvo es sus brazos sentí una necesidad extraña de seguir ahí.
— ¿Te tuvo dónde.? — Mi madre pareció enfurecer con mi confesión.
— Yo dije algo de tener. — Intenté escapar. — Tengo que ir a...
— ¿Dónde te tuvo.? ¿Dime.?
— No tiene nada de malo que me abracé. Es mi prometido. — ¿Prometido.? Ni siquiera me ha dado un anillo.
— ¿Te vas a casar.? — Ella todavía estaba sorprendida.
Asentí con la cabeza.
— Me casaré. Si no funciona puedo pedir el divorcio. — Pero ojalá funcione. El me gusta mucho.
— ¿Piensas que el matrimonio es un juego.?
— No. De verdad no pienso así.
— ¿Y porqué hablas tan a la ligera.?
— Porqué en los libros siempre que le arreglan un matrimonio a la protagonista ella es feliz. Al principio lo odia o no lo quiere pero después se enamora. — Y en mi caso no voy a pasar por la etapa de odiar, así que toda será más sencillo para los dos.
— Hija ésto no es un libro.
— Lo sé. Pero yo quiero pensar que mi matrimonio si va funcionar. El me gusta y yo le gustó, el me ama y yo siento que también lo hago
— Ya no dejaré que leas libros.
— Lo haré a escondidas.
— Cristina.
— Me querías más cuándo estaba enferma. — Me quejé. Tal vez no me dejaba ir a citas pero me dejaba leer, me daba un libro cada vez que terminaba otro.
— Aún te quiero. Pero a veces dices cosas que no me gustan.
— Bien. Ya me calló.
— Mejor has eso.
Al día siguiente fui al trabajo de buen humor.
— ¿Porqué tan feliz.? — Preguntó dos José.
— Me casaré. — Y con un hombre que parece sacado de un cuento de hadas.
— ¿Qué.?, ¿tienes novio.? — ¿Novio.? Nunca sabré lo que es tener un novio.
— No. Pero tengo un prometido muy lindo.
— ¿Cómo es eso.?
— ¿Recuerda al chico guapo del otro día.?
— ¿El que te besó.?
— Ese. El está chiflado y quiere casarse conmigo.
— Ja ja ja ja ja.
— Estoy hablando enserio Don José.
— ¿Cuándo te casarás.?
— Mm. Todavía no sé. El aún no me da un anillo. — Qué anti romántico me salió.
— ¿Y enserio quieres casarte.?
— Si. Si quiero. Siempre quise casarme y pensé que nunca iba a poder, creó que debo aprovechar está oportunidad.
— No te apresures a vivir la vida. Ahora no tienes los días contados.
— Lo se, pero igual quiero hacerlo. Tal vez ya no estoy enferma pero cualquier cosa puede pasar. Y yo de verdad me quiero casar.
— Si es lo que de verdad quieres no te daré sermones sobre no hacerlo.
— Gracias. — El sonrió y yo seguí con mi trabajo.