Cuando el amor se presenta, debes aceptarlo, pues llega una vez y para siempre... Adaluz, quien cree encontrar el amor, en alguien en quien creía y confiaba, pero al verse traicionada y expuesta ante una sociedad que la juzga, es donde su amor verdadero, le hace conocer eso, EL AMOR, entre alegrías, tristezas y obstáculos:
¿Triunfará el amor?
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ERES TÚ, MI AMOR
*NARRATIVA DE DAVID*
Sé que mi expresión la dejó pensando, pero yo no aguantaba más, como pude la tiré con cuidado hacia atrás, ella quedó acostada debajo de mí, con sus ojos abiertos, podía sentir lo nerviosa que estaba, me acerqué con cuidado pero con todo el deseo del mundo, y por fin, le besé...
Primero solo toqué sus labios, recorriendolos con los míos con poca presión, después hice un poco más de presión, mientras tomaba uno de sus labios y lo chupaba, ella solo se dejaba, proseguí a chuparle los labios, uno y después el otro, haciendo cada vez más y más presión y haciendo que abriera más su boca, cuando la abrió, introduje mi lengua despacio... Sentí temblar mi cuerpo así que me detuve, me despegué de ella y ella me miraba con una mirada que me llenó, una mirada llena de ternura, deseo, y podría decir que amor, no quería pensar algo que no era, pero fue una mirada tan pura la que me brindó, que me hizo volver en sí, me estaba costando tanto contenerme, mi cuerpo la pedía a gritos, quería reclamarla como mía; volví a concentrarme en su mirada, y al observarla nuevamente, me dirigí hacía su oído, y le susurré:
- Yo fui quien nunca te olvidó...
Dicho esto, este momento que estábamos teniendo fue arruinado cuando sentí su rodilla en mi parte, al escuchar esto, no sé si se asustó, si se sorprendió o simplemente me estaba quitando de encima
ADA: (Quien ya estaba de pie) Qué, Que… Que dijiste, me pregunta tartamudeando, al instante que se da cuenta de que me estoy quejando del dolor, se agacha hacia mí para ayudarme, y entonces:
Toma mi parte y comienza a sobarla como quien se ha dado un golpe en cualquier otra parte del cuerpo y trata de masajearlo para calmar el dolor; yo pasé del dolor a excitación en un minuto, me estaba tocando, cuántas veces lo había deseado y solo estaba sucediendo, ella seguía en lo suyo mientras yo la miré y entonces se percata de lo que hace y vuelve a levantarse de un salto….
ADA: ¡Lo siento, lo siento, lo siento!, dice esto al momento que deja caer su toalla para cubrirse el rostro, dejándome ver su cuerpo semi desnudo, solo con ropa interior
Allí sí que el dolor desapareció, me quedé embelesado mirándola, mientras ella no entendía mi mirada, baja su cabeza para mirarse así misma y vuelve a percatarse, entonces se voltea y me da la espalda... Como si no hubiese una parte de su cuerpo que no quisiese ver, estaba viendo a mi chica, sus perfectas curvas, su trasero bien proporcionado, el tamaño perfecto para mí, su pequeña cintura y su largo cabello que se extendía por su espalda.
Me tomé un momento para observarla, podría decir que mi hombría estaba en su punto máximo, mi cuerpo la deseaba a gritos; no dudé en acercarme y la abracé, ella medio se movió al sentir mi cuerpo tocándole, pero yo la contuve...
DAVID: Quédate así conmigo por un momento
ADA: Eres tú, tú fuiste, eres ese chico de hace 10 años, recuerdas lo que te dije, espera, sabes lo que hice...
DAVID: Ja, ja, ja, Sí, pequeña traviesa, como besas a alguien mayor que tú, a un desconocido
Vi como sus mejillas se sonrojaron, desde atrás apreté mi abrazo un poco más, y le besé el cuello; Le di la vuelta y le dije:
DAVID: Ya escampó, no sé hace cuánto ya. Miré mi reloj y ya iban siendo las 8... Estábamos aún algo lejos del pueblo, y su papá le esperaba, no le habíamos avisado nada, me quedé mirándola un momento más, y entonces le dije:
- Debemos irnos, voy al carro a buscar algo de ropa extra que traje, espérame acá.
Ella asintió...
Salí, saqué una muda de ropa y la llevé a la habitación, cuando iba llegando, le escuché hablar por teléfono, así que le di un espacio más, solo le pasé la ropa; busqué al anciano para agradecerle, estaba dormido ya en el sillón, pero tuve que despertarlo. Nos despedimos, dejé algo de dinero en forma de agradecimiento y emprendimos nuestro viaje.
Ambos estuvimos en silencio la mayor parte del tiempo, supongo que cada uno pensando en lo sucedido, de vez en cuando nos miramos y sonreímos. Antes de dejarla en su casa, me acerqué a ella:
DAVID: Si me devuelves esa ropa nunca la lavaré, es más, quédate con ella que a ti te luce mejor
ADA: Ja, ja, ja, Te la devolveré, lavada
DAVID: Así no la quiero... Sé que tenemos mucho de que hablar, pero ya tendremos tiempo, debes descansar y tu padre te espera
ADA: Sí, le llamé y estaba preocupado, nos vemos
Tomé su rostro con una de mis manos y la besé, un beso profundamente deseado, lleno de tanto... Unimos nuestras frentes por un momento y luego ella bajó.
La vi entrar en casa, no me bajé a acompañarla, esperaría que hable con su padre primero, hasta que se cerró la puerta, me fui.
