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MI DESTINO ERES TU

MI DESTINO ERES TU

Status: Terminada
Genre:CEO / Mafia / Pareja destinada / Completas
Popularitas:31.2k
Nilai: 4.9
nombre de autor: CINTHIA VANESSA BARROS

Tras una traición que marcó su vida, Aurora Madrigal, una joven empresaria y madre soltera, lucha por sacar adelante la empresa que su padre le dejó antes de morir. Su mundo parece desmoronarse hasta que aparece Félix Palacios, un misterioso inversionista con un pasado que nadie conoce y un poder que pocos se atreven a enfrentar.

Lo que comienza como una alianza de negocios, pronto se transforma en un vínculo profundo, intenso e inevitable. Pero el amor entre ellos se ve amenazado por una red criminal liderada por Fabiola Montero, una mujer que arrastra un oscuro pasado con Aurora y está dispuesta a destruirla a cualquier costo.

Mientras las traiciones salen a la luz, los enemigos se acercan y las pasiones se desbordan, Aurora y Félix deberán luchar no solo por el éxito de su empresa… sino por su propia vida y por el amor que jamás pensaron encontrar.

Una historia de romance, venganza, secretos, traición y redención.
¿Hasta dónde llegarías por proteger a quien amas?

NovelToon tiene autorización de CINTHIA VANESSA BARROS para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPITULO 06.

CAPITULO 06.

NARRADOR.

El cielo todavía presentaba matices rosados cuando Félix y don Eduardo llegaron al banco. La mañana se sentía fresca, y el canto de las aves rompía el silencio de las calles casi desiertas. Ambos llevaban ropa de trabajo limpia, pero sus botas aún tenían tierra. Ese día era significativo, y ellos lo comprendían. El banco abrió sus puertas justo cuando ellos arribaron. No pasó mucho tiempo antes de que el gerente, un hombre amable de mediana edad, los recibiera y los invitara a su oficina con una sonrisa.

Lo que sucedió dentro superó todas sus expectativas.

—Don Eduardo, Félix… después de revisar su historial y considerar el efecto de la sequía en su producción, he gestionado personalmente la extensión de la hipoteca —inició el gerente—. Además, el gobierno ha aprobado subsidios especiales para los productores rurales más afectados. Aquí tienen los documentos de aprobación.

Don Eduardo se sorprendió mucho. Félix lo miró incrédulo, como si le costara aceptar la noticia.

—Y eso no es todo —continuó el gerente con una sonrisa aún más grande—. Como muestra de la confianza que esta institución tiene en ustedes, hemos aprobado un préstamo de bajo interés para la siembra. Pueden usarlo de inmediato para comprar suministros y contratar personal. Estoy seguro de que, con esta ayuda, podrán recuperarse.

Las manos de don Eduardo temblaron ligeramente al recibir los papeles. Su rostro, marcado por el tiempo y el sol, brilló con una luz que Félix no había visto en varias semanas.

—Lo ves, hijo… —dijo con una amplia sonrisa mientras salían del banco—. Dios aprieta, pero no ahoga. Pronto podremos pagar las deudas y sembrar el maíz justo a tiempo para la cosecha.

—Sí, papá —respondió Félix con un suspiro de alivio—. Esto fue mejor de lo que imaginaba.

—No hablemos tanto. Ve tú a pagar a los trabajadores y contrata a quienes hagan falta para la siembra. Yo iré por los suministros y algunas cosas que pidió tu madre.

—Claro, papá. Nos vemos en casa para cenar.

Esa noche, la casa principal del rancho tenía un ambiente diferente. Las ventanas estaban abiertas, permitiendo la entrada de la brisa nocturna, y en el comedor se sentía un silencio cálido, casi ceremonial. Doña Victoria de Palacios había preparado una cena especial, tal como su esposo lo había solicitado. Había notado durante días la tensión en sus hombros, la sombra en su mirada. Verlo regresar esa tarde con una sonrisa le devolvió la tranquilidad que tanto anhelaba.

Sobre la mesa, el plato de carne en salsa de ciruelas, junto con arroz al vapor, ensalada de verduras frescas y pan de maíz caliente, daba la bienvenida a todos. La familia comenzaba a reunirse cuando, como un torbellino, entró Isaura.

Llevaba un nuevo estilo de cabello, con ondas voluminosas, y su rostro estaba demasiado maquillado, con colores intensos en los labios y un delineado marcado que endurecía su expresión.

—¿Y esto? ¿Qué estamos celebrando? —preguntó con desparpajo, mirando la mesa con las cejas levantadas.

Victoria, que servía la comida con cuidado, la miró de arriba abajo y suspiró con visible desagrado.

—Nada… tu padre pidió una cena especial y eso hice. Pero, ¿cómo podrías saberlo, si como siempre no te apareces para ayudar?

—No empieces, mamá. Pasé la tarde en el salón con mis amigas. ¿No ves que mi corte de pelo se ve genial?

—No. Y ve a lavarte la cara —respondió su madre, directa—. Ya te lo he dicho un montón de veces: pareces una adolescente descontrolada, no una madre de cuarenta años.

Isaura resopló y cruzó los brazos.

—Papá, dile algo —exigió con un tono de víctima.

Don Eduardo la miró con calma, pero su voz fue firme.

—En esto coincido con tu madre. Ese maquillaje no te queda bien, hija.

Isaura refunfuñó entre dientes y salió del comedor con pasos firmes como una niña consentida.

Félix observó todo en silencio, sin hacer juicios. Pensaba que su hermana se aferraba con todas sus fuerzas a una juventud que ya no poseía, negándose a crecer mientras el resto de la familia enfrentaba la vida con dignidad.

Sergio, como siempre, entró en silencio. Se sentó, tomó la servilleta sin ganas y esperó a que lo sirvieran. No le importaba el malestar de su esposa. A esas alturas, ya estaba acostumbrado. Aguantaba sus arranques porque la casa le brindaba lo que realmente le importaba: comodidad y estabilidad financiera. No sentía nada por Isaura, y su hijo era solo un peso más que llevar.

La cena transcurrió con cierta tranquilidad, hasta que don Eduardo levantó su vaso de agua con una sonrisa tranquila.

—Quiero que esta cena sea una celebración. Esta mañana conseguimos un nuevo crédito, y en pocos días comenzaremos a sembrar maíz. Vamos a levantarnos. La crisis ha terminado.

Victoria sonrió emocionada. Sabía cuánto habían sufrido, y esas palabras eran el alivio que necesitaban.

—Felicidades, amor. Me alegra tanto verte de esta manera —dijo, tocando su mano sobre la mesa.

Pero la paz no duró mucho.

—Suegro, ¿ha considerado el proyecto que le mencioné? —interrumpió Sergio—. Creo que es el momento ideal. Los criaderos de salmón generan buenas ganancias. Tenemos tierra y podemos empezar con poco.

La expresión de don Eduardo se volvió seria.

—Aún no tenemos los recursos. Si la cosecha sale bien, le pediré a Félix que revise los números contigo.

—Te aseguro que esta es una inversión confiable…

—Ya te mencioné que primero terminemos con la cosecha —interrumpió Eduardo, con determinación.

Sergio bajó la mirada y no volvió a decir nada. Durante el resto de la comida, se dedicó a empujar el pan sin ganas, masticando cada bocado como si le costara tragar. No podía soportarlo. Nunca lo escuchaban. Jamás formaba parte de las decisiones importantes. Detestaba depender de ellos.

En su mente, una idea comenzaba a crecer como una semilla que no requiere agua para desarrollarse: el día en que tuviera la oportunidad, se iría sin volver la vista atrás. No sentía nada por Isaura. No amaba a su hijo. Y mucho menos sentía lealtad por esa familia que nunca lo vio como algo más que un agregado innecesario.

La noche cayó sobre el rancho, cubriendo la tierra con su manto oscuro y estrellado. Mientras en el comedor aún se escuchaban risas apagadas y brindis discretos, pero en algunos rincones de la casa ya empezaban a tejerse las sombras del conflicto.

Pero por ahora, el aire olía a esperanza. Y la tierra, seca pero viva, esperaba paciente el regreso de la lluvia.

1
Martha Cardenas
cada historia es genial gracias
Rosy Sanchez
🥲
Martha Ruiz
muy linda historia felicitaciones y bendiciones 🙏
Martha Ruiz
muy linda historia felicitaciones y bendiciones 🙏
Margarita Acuña Cerda
/Kiss//Kiss//Kiss//Kiss//Kiss/
Margarita Acuña Cerda
Hay que maravillosa novela, son buenísimas me wncantan
Margarita Acuña Cerda
Elisa mi heroina
Margarita Acuña Cerda
Hayyy otra vez ni la mataron, no se porque Elena no le pide ayuda a su papá
Margarita Acuña Cerda
Félix tiene que unirse al papá de ella
Margarita Acuña Cerda
Oye aytoa que buenas novelas escribes
Yudith Acosta
Mari. estoy de acuerdo
mariela
Hermosísima novela con una trama interesante de como hay personas a tu alrededor que por ambición pierden hasta la vida y otras por venganza también la pierden Aurora Madrigal una mujer luchadora y madre soltera Félix Palacios un caballero, protector y guerrero definitivamente hay que leerla.
Te felicito Autora por tan bella novela gracias por compartir ese talento con todas tus lectoras Dios te bendiga siempre 🫂😘🙏🇻🇪💐
Angel
el que engaña una vez lo hará siempre
Angel
no confíes
Angel
berrinchuda y envidioso celoso
Angel
muy berrinchuda
Angel
infiel 😡
Angel
que 💔
Angel
espero que no pierdan el rancho
Angel
buena autora
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