Gabriela

Entrar a trabajar al Estudio Jurídico de Abraham fue mi golpe de suerte. Llevaba diecisiete años trabajando para ellos. Yo un abogado de poca monta que obtuvo el examen de grado, gracias a una extorsión. Cuando me dí cuenta que no lo lograría. Comencé a pensar como conseguirlo, y mi suerte estaba conmigo. Una noche cuando iba fotocopiar unas pruebas ví a mi Decano subir a un auto con un muchacho, noté que el tomaba su brazo suavemente. Y me decidí a seguirlo en mi bicicleta. Anduvieron unas pocas cuadras y yo me felicité de llevar mi cámara fotográfica. Era mi hobby y siempre la traía. Se estacionó en un parque cubierto de árboles. Se bajaron y escondieron entre los arbustos, los seguí y conseguí las mejores fotos que mi vida. Tomé muchas y ellos en su calentura ni cuenta se dieron. Decano, ya eres mío.

Me faltaban tres días para mí examen de grado. Así que revelé las fotos y me fui con las mejores a dialogar con él. Era un hombre pequeño, de lentes y ya bastante calvo de alrededor de cincuenta años.

Tenía la superioridad de un hombre poderoso acostumbrado a tratar a todos desde su cima.

De primera y mal talante me preguntó que quería. Le expliqué que era un estudiante pobre, que había estudiado con becas, que me había esforzado por conseguir mi carrera, que sabía que no conseguiría mi examen de grado y necesitaba su ayuda. Que el podía hacer una buena obra de caridad conmigo.

Se rió mucho, tenía una gran risa a pesar de su tamaño. No paraba de reír...

-- Pobre infeliz, lárgate de aquí y no me hagas perder mi tiempo, a caso no sabes que ésto es expulsión inmediata tu proceder. Fuera!!!!

Coloqué sobre su escritorio varias fotos de su aventura amorosa. y le dije:

--Yo no consigo mi examen de grado y usted se va a la mierda con su carrera.

Se sentó y no podía respirar, se soltó la corbata y aún así no podía respirar. Estaba rojo. Yo solo lo observaba.

--Hijo de puta....

--Realmente, mi madre era una de ellas, nunca supo quién fue mi padre de tantos clientes. No me ofende.

--Tome su decisión Decano, tiene hasta hoy a las seis, si no mandaré algunas de estas fotos a sus colegas. Solo tiene que pasarme las preguntas. Usted no sale dañado y yo consigo por lo que he luchado todos estos años.

Me fui nervioso, pero esperando que mi plan resultara.

Dos horas después un correo de la universidad me trajo un sobre sellado. Lo abrí y había una nota.

Quiero todas las fotos y copias .....

Mañana hacemos el cambio..

Bailé de felicidad por mi cuarto, Ya soy un abogado cantaba....

Hicimos el cambio y di mi examen de grado con nota máxima. Así fue como me convertí en abogado.

Pero llevaba unos años trabajando de forma particular y la suerte no me sonreía como yo quería... Creía que con mi título se me abrirían las puertas, pero no fue así. Defendía a gente pobre que creía en la justicia y así estuve por un tiempo. Hasta que la fortuna me llegó.

Un día apareció en mi puerta un hombre muy humilde, contándome la historia que su hija había sido abusada por tres muchachos. Que había asesinado a uno y a otro lo había desfigurado. Me dió varios certificados médicos que comprobaban que ella era virgen y que había sufrido un grave ataque sexual y mucha violencia física. Acepté su caso, porqué necesitaba dinero sin saber que éste caso me haría cambiar mi vida.

Le pedí mucho dinero, pero muy pronto se le terminó, le exigí más diciendo que necesitaba mas para "ayudar" en el caso. Vendió su casa y me entregó todo el dinero. Pobre viejo estúpido, creía todo lo que le decía. Me entrevisté una sola vez con la muchacha desde que tomé el caso y era muy inocente. Tenía el caso ganado. todo el jurado creería en ella. Aún tenía el rostro desfigurado por los golpes. Solo era cosa de verla.

Poco antes de empezar el juicio, se me acercó un hombre con un papel. La nota decía que me esperaba en un restaurant muy caro que había en la otra parte de la ciudad. Parte que yo conocía desde lejos. El chófer me trasladaría.

Era todo lujoso, jamás habría podido entrar ahí.

En la mesa me esperaba un hombre de edad madura, grande, brotaba por todos los poros de su piel el poder.

Y supe inmediatamente que no se iría a vueltas

-- Soy Jarred Vanderbick. Dueño del Banco V y V. y usted está llevando un caso que me toca muy de cerca. Mi hijo es uno de los muchachos acusados por la mujerzuela que usted está defendiendo. Y por lo que mi abogado me informa, ella está a punto de ganar el caso. Cómo usted imaginará yo no voy a permitir que mi muchacho se desgracie la vida por un error.

--Necesito de su ayuda, pierda todos los papeles y traté de hundirla por su parte. Y mi abogado tratará de darle la mayor cantidad de años, de los cuales usted no se opondra

--Que le ofrezco yo?: Un contrato con una Poderosa Firma Jurídica de la que también soy dueño. También un cheque de seis ceros y un departamento en la mejor zona de la ciudad.

--Ahora sí usted no me ayuda, lo hundo.

La suerte me seguía sonriendo. No tenía que amenazarme. Le dí la mano y la vida de esa niña quedó sellado. Soy rico gracias a una tonta muchachita.

Ahora años después estoy aquí. Relajado vivo mi vida. Viajo, me relaciono con gente de mi clase. He cumplido todos mis sueños. He pretendido a varias mujeres, pero no siento pasión. Parece que el amor no es para mí.

Ahora estoy llevando el caso de una mujer que testo en favor de su marido. Y aunque dejó a sus hijos bien puestos. La torta mayor la había recibido el viudo. Me sobo las manos ya averigüe que es un pobre diablo que estuvo preso y no tiene familia. Ese dinero me llama. Tengo varios planes para engatusar al viejo.

Cuando lo veo sentado, a su lado lo acompaña una mujer hermosa, de un color de tez como un té suave. Con un pelo largo y oscuro. Unos ojos grandes y verdes, era realmente sexy. Era hipnótica, no podía dejar de mirarla. Era como que la conociera, pero no creía. Se notaba que era una mujer sencilla, no estábamos en los mismos circulos.

Cuando terminara todo, me acercaría a ellos . Según entendí es una sobrina lejana del viejo. Capaz que me haga de un tesoro de partida doble. Me apropio del dinero y me divierto unos días con la sobrina. La vida te sonríe José Luis...