La obligan a casarse con un joven que no conoce para salvar su familia de la bancarrota.
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NACE EL AMOR
Unas horas más tarde estaban en el aeropuerto, Erica se encontraba pensativa, que hermoso era Paris, no podía creer como todo terminó, era su viaje soñado y concluyó en una pesadilla.
De regreso a casa, ellos no se hablaron trataron de no mirarse, a él le dolía el alma que ella fuera tan indiferente con él, Erica siempre fue amable cariñosa y ahora está tan distante.
Al llegar al país un coche de la familia Lizarrieta los esperaban, ella mira a Máximo, -¿me puede llevar a mí casa Benicio, quiero estar con mí madre?
El la mira muy enfadado
- regresaremos a la mansión, aclararemos las cosas aquí no habrá divorcio por el momento tendrás que quedarte conmigo hasta que se decida que hacer, ella lo mira con rabia, y lágrimas en sus ojos.
-A que quieres que regrese a tu casa, allí esta máximo y tú abuelo quieres seguir humillándome aún más.
-Máximo está de viaje solo seremos tú, el abuelo y yo así aclaramos nuestra situación.
Al llegar a la mansión varias personas del servicio salen a recoger las maletas de los esposos, en eso el abuelo baja rápidamente de las escaleras.
-¿que ha sucedido que han regresado tan rápidamente?
- abuelo tenemos que hablar en el despacho dice Máximo, El anciano saluda cariñosamente a Erica, los empleados del servicio querían llevará las maletas de Erica a la habilitación principal, pero ella no se los permitió.
- una vez que los señores conversen regresaré a mí casa, muchas gracias.
En el despacho
-¿que ha sucedido? se ha enterado de que no eres Benicio?
- no abuelo es algo peor ella quiere que nos divorciemos, y yo creo que sería lo mejor, no somos compatibles, somos muy distintos y además creo que ella siente algo por Benicio y yo inteferi en esa relación.
-El abuelo totalmente digustado, mira seriamente a Máximo, ella es tu esposa, desde el día que te casaste, tomaste esa responsabilidad , y sabes perfectamente que no se puede romper el contrato con Correa, tu mismo lo redactaste, y no voy a dejar que honor de la familia quedé manchado por una pelea entre esposos, sino está enamorada busca la forma de enamorarla es tu esposa y si realmente está enamorada de Benicio deberás vivir con eso. Máximo apretó sus puños con furia al escuchar las palabras de su abuelo ¿Erica podría estar enamorada de Benicio? esas palabras lo desarmaron por completo.
-No habrá divorcio y es mí última palabra. Sale del despacho y encuentran a Erica muy nerviosa, mira a los sirvientes -lleven las valijas de la señora a la habitación principal.
- abuelo Benicio no habló con usted?
-si hablamos pero aquí hoy y nunca abra divorcio, te quedarás en la mansión como esposa de Benicio, no te olvides que eres de nuestra propiedad tu padre te vendió a nosotros, así que empieza a cumplir tu parte del trato, Sube a tu habitación y ponte cómoda en tu nueva casa.
Erica no sabía que decir, sube rápidamente a la habitación y comienza a llorar.
Maximo también sube a la habitación continua, él no se iba a quedar en la misma habitación que su esposa sino en otra cercana, cuando escucha que ella está llorando, no podía hacer nada para consolarla y le dolía terriblemente el corazón.
En la hora de la cena Máximo y su abuelo estaban esperandola a Erica que bajara a cenar, ella no asistió a la cena, fingió un malestar para no encontrarse. Con Máximo.
-Luego de la cena sube a ver a tu esposa. Ordenó el abuelo.
Máximo siempre discutía las ordenes de su abuelo pero en esta ocasión no se sentía capaz de discutir con nadie.
De regreso a la habitación de Erica, tocó la puerta y nadie contestaba, entra y la ve dormida profundamente, se acerca, ella era un ángel, miro sus labios su cuerpo, recordó los momentos que vivieron felices en París, se contuvo de no abrazarla y besarla, regresó a su habitación maldiciendo, esa noche no pudo conciliar el sueño, tomó su teléfono y llamo a Sarita.
-¿Donde está?
- En un departamento céntrico en Londres, hablé con el traté de convecerlo pero no va a volver ya sabe que te casaste con Erica, y con menos razón va a regresar. Tal vez si hablas con él lo harías entrara en razón.
-si hablo con él lo voy a extragular.
- está bien, como va tu luna de miel primito?
-se terminó la luna de Miel, estamos en la mansión, no se que hacer no sé cómo continuar ella me odia, unas semana de casados y ya se quiere divorciar mejor no nos Puede ir.
- primo tenías que ser Benicio y no Máximo, deberías contarle toda la verdad a Erica no puedes seguir viviendo así en la mentira, estaré de vuelta pronto Y trataremos de solucionar todo.
Máximo sabía que si en ese momento le contaba a Erica la verdad la perdería para siempre, ella lo odiaría más aún.
Los dias pasaron ella no veía a a su esposo en la mansión, él no fue a verla ni a preguntar por ella, aunque sentía que lo odiaba también lo estrañaba.
Máximo trataba de no estar en la casa, salía temprano y regresaba por las noches.
Esa mañana tocaban a su puerta ella se levanta de la cama.
- Sarita has regresado que alegría. Dice Erica.
Sarita la abraza.
-si he regresado cuéntame lo que te ha pasado no te veo nada bien y a mí primo tampoco es una alma en pena lo he visto y no me ha querido contar nada.
A Erica se le llenaron los ojos de lágrimas, le dolía que Máximo sufriera pero no entendía porque no quería verla, si él la había ofendido.
- Bueno luego me cuentas vamos al jardín a desayunar estamos las dos solas así que levántate, cambia esa carita y charlamos te espero en el jardín en unos minutos.
Erica asiste.
Se dirige al cuarto de baño, se mira al espejo y Sarita tenía razón no se veía bien pálida y ojerosa, trato de arreglarse, pero no podía dejar de pensar en su esposo, era era fuerte pero cada vez que pensaba en él le faltaba la respiración y temblaba.
- ¿que me has echo Benicio? tocó sus labios recordando el momento en el que ellos se besaron por primera vez, ese fue su primer beso y fue tan hermoso.
Bajaba al jardín y Sarita ya tenía todo preparado para el desayuno.
- bueno prima cuéntame qué ha sucedido, Erica comenzó a contarle.
-¿Te besó, hicieron el amor? pregunta Sarita.
Erica sonrojada dice que no, que él la respeto en todo momento.
- Dijo que me esperaría hasta estuviera segura, si nos besamos y fue perfecto, pero luego lo escuché humillarme frente a todo París y lo peor fue que lo vi entrar al cuarto con una mujerzuela. Ya no quería recordar le dolía el alma.
Sarita no sabía que decirle estaba totalmente enfadada con Máximo.
- ¿necesitas que haga al por ti Erica?
-si Sarita quiero ver a mi madre, Benicio no me lo permite. Dijo muy triste.
Sarita marca un número de teléfono
-Soy Sarita voy a llevar a Erica a ver a su mamá regresaremos antes del almuerzo.
Máximo acepto.
- ves no es tan ogro mi primo solo está destrozado por la situación, es un tonto que no sabe pedir perdón.
Al llegar a la casa de los Correa la madre de Erica la recibe con un fuerte abrazo.
- querida que bueno que estés de vuelta te extrañé tanto, en ese momento el padre de Erica enfadado le reclama.
- ven al despacho tenemos que hablar después puedes hablar con tu madre.
Erica asiste y sigue a su padre.
- Estás totalmente loca que quieres divorciarte de tu esposo, que tienes en la cabeza.
Le una bofetada, ella tambalea y siente que su cara se explota del dolor.
- No quiero escuchar hablar del divorcio, me escuchas bien ya le dije hoy a tu marido que aquí no te quiero de vuelta, él se casó contigo y tendrá que hacerse cargo de ti quiera o no, lo mismo es para ti, ahora retírate me enfado con solo verte.
Al escuchar tal escándalo Sarita quería entrar la despacho pero la madre de Erica no lo permitió
- vas a empeorar las cosas para Erica por favor no intervengas.
Erica sale con la cara hinchada y los ojos rojos saluda a su madre con un beso.
- En otro momento hablamos mamá no me siento bien.
Ambas chicas se dirijen al coche, Sarita arranca y la mira a Erica.
- ¿Estás bien?
Erica rompe en llanto Sarita detiene el coche y la abraza para consolarla.
Al llegar a la mansión Erica sube a su cuarto, mientras Sarita va como un tornado al despacho de Máximo.
- si no haces algo por tu esposa hoy mismo yo misma la rapto y me la llevo del país.
Máximo levanta la mirada.
-¿qué sucedió?
Sarita cuenta lo sucedido.
Máximo se encuentra enfurecido con el padre de Erica
- Cobarde se atrevió a golpear a mi esposa, ya arreglaré cuentas con él.
Sale corriendo del despacho hacia las escaleras y entra al cuarto de Erica ella estaba parada en el ventanal mirando al jardín, él la mira ella tenía la cara roja hinchada y sus ojos rojos llenos de lágrimas.
- Esto fue mi culpa perdóname no debí ir a hablar con tu padre, pensé que sería lo mejor para ti y así te librarás de mí.
- No es tu culpa que sea una bestia, ya entendí Benicio que soy un objeto que tengo un valor y que mi padre me vendió y no tengo derecho a decir nada más que callar y seguir con esta vida.
-No es así tú eres lo más importante que yo tengo en este momento.
Erica lo mira, no creía lo que él terminaba de decir.
- no creía en ti y quiero que me perdones por favor, soy un cobarde, comencé a sentir sentimientos nuevos para mí y me asusté y quise que esté matrimonio se terminará por eso hice los que hice.
-¿te acostaste con ella también por qué sentías algo por mí?
Él se dio cuenta de que ella había visto entrar esa mujer a su cuarto.
- No pasó nada te lo juro tomé unos tragos estaba ebrio dolido por los que te había hecho, ella me acompaño hasta la habitación, te juro que no quería hacer nada con ella créeme, a la única mujer que quiero llevar a la cama es a ti.
Ella lo mira y se pierde en sus ojos verdes, se sonroja por los que Benicio le acaba de confesar.
- Soy un tonto, un imbécil, que no supo valorarte esos días en París fueron lo mejor que me pasó en la vida.
Ella lo mira con sus ojos llenos de ternura, terminaría creyendo cada palabra que él le dijera, estaba totalmente loca por ese hombre, esta vez él no dio el primer paso sino que ella se animó a besarlo, él la sujeto por la cintura y ella por el cuello, se besaron tiernamente, Máximo quería saborearla, no soltarla, ella acompañaba sus besos sentía su cuerpo tan cerca de él estaba totalmente extasiada.
Máximo la mira, acomoda su cabello.
Prométeme algo Erica, pase lo que pase nunca me dejarás, que Siempre estarás a lado mío.
Ella lo mira con tanto amor.
- si tú quieres que me quedé a tu lado para toda la vida así lo haré.
El vuelve a besarla para sellar su pacto de amor.
-Tú júrame que todo lo que has dicho es verdad que no querías herirme y que no paso nada con esa mujer.
-Te lo juro, la única mujer que quiero tener y me he dado cuenta de que te amo es a ti.
-Te amo Benicio.
Escuchar el nombre de su hermano y no el de él dolió en el alma, pero no podía decirle ahora la verdad tenía tanto miedo de perderla.