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MI JEFE INVIDENTE

MI JEFE INVIDENTE

Status: En proceso
Genre:Romance / Yaoi / Mafia / Reencuentro / Romance entre patrón y sirvienta / Jefe en problemas
Popularitas:4.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Irwin Saudade

Bruno se niega a una vida impuesta por su padre y acaba cuidando a Nicolás, el hijo ciego de un mafioso. Lo que comienza como un castigo pronto se convierte en una encrucijada entre lealtad, deseo y un amor tan intenso como imposible, destinado a arder en secreto… y a consumirse en la tragedia.

NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

A UN HOMBRE

Salí de su habitación y cerré la puerta, apoyándome un instante contra ella. Todo estaba sucediendo demasiado rápido. En realidad, nadie es dueño de su futuro, y yo apenas comenzaba a darme cuenta. Por la mañana había estado cortando elotes en casa de mi abuela, luego discutí con mi padre y terminé enojándome al máximo; y ahora, de repente, estaba lejos de casa, ayudando a un hombre que no podía ver, convertido en su cuidador. ¡Qué rayos estaba pasando en mi vida!

Solté un suspiro, enderecé mi espalda y bajé las escaleras. Iker estaba en la cocina, amasando bolas de masa mientras varios recipientes con ingredientes daban la sensación de un pequeño caos organizado. Parecía concentrado, meticuloso y sorprendentemente ágil.

—¡Hola! Ya estoy aquí —lo saludé.

—Sí, ¿ya conociste a Nicolás? —preguntó, sin levantar la mirada de la masa.

—Parece un buen tipo. Al principio un poco gruñón y loco, pero después resulta agradable —respondí, mientras observaba sus movimientos firmes y coordinados.

Asintió con satisfacción.

—¿Desayunó?

—Sí, por partes, pero sí.

—¿Qué hace ahora?

—Me pidió que le pusiera música y me dijo que volviera en una hora.

—Genial. Le acabo de comprar una Alexa para que ya no tengas que poner la música manualmente. Luego la instalaré en su habitación.

—¿Una Alexa?

—Una bocina inteligente.

—¡Ah! —me sorprendí un poco—. No sabía que existían cosas así.

—¿Ya conociste tu habitación?

—No, aún no.

—Bueno, en un momento podrás conocerla e instalarte.

Iker amasaba con sorprendente rapidez, y la forma en que sus manos se movían sobre la masa me causaba una mezcla de admiración y curiosidad.

—Te compré unas cosas: ropa nueva, zapatos y un celular.

Mi sorpresa fue inmediata. Nunca imaginé que alguien se preocuparía por mí de esta manera.

—¿De verdad?

—Las bolsas están en la sala. Pruébate la ropa y, si algo no te queda, puedo ir a cambiarlo a la tienda.

Iker parecía un buen tipo, atento y cuidadoso.

—¡Gracias! Yo… —no encontraba palabras para expresar lo increíble que me parecía.

—Es parte de tu trabajo. No me agradezcas, el amo me pidió que hiciera esto por ti —dijo con una sonrisa leve.

Todo lo que me habían dado era nuevo, brillante, moderno. Lo que yo solía vestir estaba desgastado y viejo; ver estas bolsas me hizo sentir una especie de emoción burbujeante que no esperaba.

—¡Qué padre!

—Tu nuevo celular está dentro de las bolsas. Ya lo configuré; puedes usarlo con confianza. No es tan difícil. ¿Has usado celular antes?

—Sí, me gané uno en una rifa de la escuela, pero mi papá me lo quitó y lo vendió —comenté con cierta nostalgia.

Se sorprendió mucho.

—Bueno, si necesitas ayuda, también puedes pedírmela con confianza —dijo mientras volvía a concentrarse en la masa.

¡Me estaba yendo bien este verano! Nunca imaginé que algo así pudiera pasarme en la vida.

—Sí, está bien. ¡Muchas gracias!

—Una última cosa.

—¿Qué es?

—Saldré dentro de tres días. Me acaban de notificar hace unos minutos. El amo me envió al norte por un encargo. Te quedarás a solas con Nicolás.

—¡¿En serio?! —mi sorpresa fue total.

—Sí. ¿Tienes problema con eso?

La pregunta me hizo pensar. ¿Estaría listo para quedarme a solas con un hombre discapacitado visualmente?

—Creo que no.

—¡Excelente! No sé con exactitud hasta qué fecha estaré fuera, pero te mantendré informado. También hay varias cosas que debo explicarte sobre la casa; inspecciónala en tus ratos libres.

—Perfecto.

Asintió con una sonrisa, revelando un tatuaje grande de una serpiente en su brazo derecho que se movía con naturalidad mientras amasaba.

—Ya puedes irte. Te enviaré un mensaje cuando la comida esté lista.

—De acuerdo. ¡Gracias!

Las bolsas contenían ropa y zapatos de marcas que jamás imaginé usar. Subí las escaleras mientras la música de Nicolás sonaba, futurista y vibrante. Me detuve frente a su puerta y sentí un escalofrío al poner la mano sobre la perilla fría. ¿Y si no hubiera aceptado venir? ¿Tenía otra opción? No, al menos ya estaba lejos de mi padre, y eso contaba.

Tragué saliva y abrí la puerta. El aroma de la casa se mezclaba con la música y me envolvía. La habitación era espaciosa, con una cama matrimonial bien tendida, un escritorio ordenado y un televisor. Tenía su propio baño. Comparado con la habitación de Nicolás, era pequeña, pero aún así más grande que la que dejé en casa.

Dejé las bolsas en el suelo y vacié mi mochila. Busqué mi nuevo celular y sonreí al ver la pantalla brillante y nítida. Tres cámaras, de la manzanita mordida. ¡Chido! Abrí la app de música y busqué una playlist de ambiente; Gibran Alcocer empezó a tocar el piano y la habitación se llenó de notas suaves y envolventes.

Me encerré en el baño; necesitaba bañarme después de cortar elotes y sudar. Me desnudé a toda prisa, abrí la llave del agua y sentí cómo la regadera caía caliente sobre mi piel. Champú, jabón, el aroma fresco y herbal que me recordaba a la abuelita. La sensación de agua caliente sobre mi espalda, mis brazos y piernas me hizo cerrar los ojos. Disfruté cada instante.

Y entonces lo sentí. Esa sensación que Nicolás provocó al tocarme horas antes: electricidad en la piel, un hormigueo que subía por el pecho y me dejaba ligeramente inquieto. ¿Por qué sentía esto? Su tacto había dejado una marca en mi mente, un recuerdo que encendía mis sentidos con sólo recordarlo.

Salí del baño y me probé la ropa que Iker había comprado: pantalones, playeras, ropa interior, tenis y hasta unos shorts. Me quedé con un pantalón de mezclilla desgastado, una playera negra con un estampado masculino en líneas blancas y unos Converse rojos que brillaban con la luz. El reflejo en el espejo me devolvió una versión de mí que me hacía sentir seguro y diferente.

Mi celular vibró con un mensaje:

...**Iker: **Ya está lista la comida. Pregúntale a Nicolás si desea que le subas la comida....

Apagué la música, me miré de nuevo y acaricié inconscientemente la mejilla donde papá me había dado las bofetadas. Me dio coraje, pero también me recordó que estaba empezando un nuevo capítulo lejos de él.

Salí de mi habitación y me detuve frente a la de Nicolás. La música futurista seguía sonando y él estaba tendido en el suelo. ¡Inconsistente! ¿Qué le había pasado? ¿Se había desmayado?

—¡¿Estás bien?! —me exalté.

Corrí hacia él, me agaché y apoyé el oído en su pecho. Su corazón latía con firmeza, pero lo sentí cercano, intenso, y me invadió una extraña mezcla de alivio y cosquilleo. Sus manos sujetaron suavemente mi nuca; el calor de su cuerpo y la presión contenida me hizo estremecerme.

—¿Estoy bien? —su voz sonaba más grave, profunda y ronca por la cercanía.

—¡Lo estás! Pensé que te habías desmayado o que algo te había sucedido. ¡Me espanté!

Dejó escapar una risita suave y continuó tocando mi rostro, recorriendo lentamente mi mejilla y bajando hasta el cuello. Yo apoyé mi mano sobre la suya, sintiendo la calidez, la presión sutil y la suavidad de su piel. Su tacto despertaba algo nuevo en mí, una mezcla de nervios y curiosidad que no sabía cómo manejar.

—¿Te espantaste?

—¡Pues sí! Mi trabajo es cuidarte. ¿Por qué crees que necesitaba confirmar que tu corazón sí estaba latiendo?

Su proximidad era abrumadora. Pude sentir la respiración cálida rozando mi oído mientras sus dedos exploraban con delicadeza mi rostro y cuello. Cada roce, cada pausa, parecía calculado, y mi pulso se disparó. Una electricidad silenciosa se apoderó de mi cuerpo, y el contacto con su piel me hacía temblar sin que pudiera explicarlo.

Él inclinó ligeramente su cabeza, y un escalofrío recorrió mi espalda al notar cómo sus labios rozaron apenas la piel de mi cuello mientras murmuraba:

—Tan cerca… y sin verte.

Un escalofrío más intenso recorrió mi cuerpo. Mis manos se tensaron sobre las suyas, incapaces de apartarlas, mientras la sensación de proximidad y la música envolvente hacían que el tiempo pareciera detenerse.

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☆Nanu☆
Holaaaaa, volviste Irwin y me gusta lo que leo ... 😏👌💪
Debo confesar que me gustaba más la otra portada.... sólo porque los m7chachos con barba me encantan 🫦😏😜
☆Nanu☆
me encanta Irwin!!! aguardo actualización pronto!!!
☆Nanu☆
que secreto?? que pasó??? no me dejes así Irwin!!!🙏🙏🙏🙏
☆Nanu☆
espero ese chófer no sea un problema...
Nico me gusta... quiero saber más!!!
☆Nanu☆
me pregunto a que se dedicaba Nico antes de operarse?? 🤔🤔🤔
unos capítulos más, porfaaaaa
☆Nanu☆
siiii, que le de mucho sexo y amor!!! jajajaja(🙏🙏🙏 perdón Irwin, se me salió un patito de la fila/perdí por un momento la razón)
☆Nanu☆
sentir ver y poder ver son cosas tan distintas!!!
☆Nanu☆
me encanta!!! más capítulos, quiero saber!!!🙏🙏🙏🙏🙏
☆Nanu☆
me encanta!!! estoy pegada a la app a ver cuando actualizás!!! 😅🫶
Irwin Saudade: Gracias por el apoyo y por estar al pendiente ✨ ¡pronto habrá nuevas actualizaciones!
total 1 replies
☆Nanu☆
Hola Irwin!!!
Estoy encantada de leerte nuevamente 🤗
Voy leyendo todas tus novelas de a poco...
Dejo unas flores y pronto algún voto!!! por favor no dejes de actualizar, me gusta mucho como viene esta historia 💪♥️
Belladira Perez Morillo
Irvin te vuelvo a encontrar,me encantan tus novelas
Irwin Saudade: ¡Hola! Gracias por leer ✨ Deseo que estés muy bien. ¡Saludos!
total 1 replies
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