Hecha A Mi Medida

No quería quedarme pensando para siempre en que hubiera pasado si la buscaba, estaba decidido a hacerlo, pero quería darle un poco de espacio para ver si me extrañaba.

Realmente eso no era importante, me había planteado conquistar a esa mujer a cualquier costo. Y tenía un as bajo la manga. El contacto de Mateo resultaba ser como oro molido para mi plan.

Deje pasar un par de semanas enfocando toda mi energía en el trabajo, pero ya no aguantaba así que sin más, le mande un mensaje saludando de lo más casual, y cuando me contestó en el mismo tono, me alegré, mi plan comenzaba bien.

Lo invite a tomar algo y aceptó, me imagino que por curiosidad. Quedamos de vernos en un bar y llegado el momento fui con altas expectativas a encontrarlo. Conversamos como dos conocidos al principio y de repente me preguntó muy directo cual era el motivo de la reunión. Le conté sin mucho detalle lo que ocurrió con su amiga y confese qué no podía dejar de pensar en ella. Le pedí que me contara más o menos que sucedió para que ella estuviera tan cerrada a tener una relación y me contó brevemente qué recientemente le habían rotó el corazón. Me dio mucha pena, pero también alegría y le dije que necesitaba una oportunidad de acercarme. El se comprometió a ayudarme siempre y cuando nadie se enterara y yo no la hiciera sufrir de nuevo, cosa a la que inmediatamente me comprometí, así que me platico que pronto habría una reunión para festejar el compromiso del hermano de Ximena, la morena del grupo y que cuando tuviera los detalles del lugar y fecha me los informará para que yo me apareciera por casualidad.

Agradecí su colaboración y nos despedimos.

Narra Perla.

Han pasado unas semanas de la noche loca qué tuve con Gael, no dejo de pensar en él, pero si no se vuelve a cruzar en mi camino es que no estaba en mi destino. Aunque me gusta la idea de volverlo a vernos estoy segura, necesito una señal del universo. Si ya se que estoy loca, pero no se nada de él y tengo miedo de salir herida.

Él hermano de Ximena, Daniel, se comprometió con su novia Minerva y quieren salir a celebrarlo, a mi realmente no me agrada mucho Minerva, se me hace una interesada, pero toda la familia la acepta y la quiere así que quien soy yo para hablar mal de ella, además de que no la conozco mucho, solo hemos compartido en un par de reuniones a las que he estado invitada. En fin que en cuanto se de la fecha tendremos una celebración por todo lo alto, ya que a Daniel le va muy bien en el trabajo, tampoco me gusta la idea de celebrar el amor estando como estoy, sola y media rita, pero es lo que hay y no puedo negarme, mi amiga me mata si no voy.

Tania me avisa que reservaron en un club muy lindo y que está de moda para la semana que viene, tengo que pensar en que me voy a poner, o más bien Ximena tiene que pensarlo, ya que de seguro ella va a elegir lo que me pondré, le pediré consejo para que haga su magia, ella es buenísima en eso, recibo una llamada muy incomoda de mi mamá, me regaña por no ir a verla, pero tenemos una relación muy complicada, desde que mi hermano se juntó con una mujer que no me gusta nada y se fueron a vivir con ella. Prácticamente vive para ellos, no parece darse cuenta de que la utilizan como sirvienta en su propia casa, cuando la visitó, mi cuñada Sandra, solo se queja y se incomoda con mi presencia, mi hermano es muy débil de carácter, así que le da el lado a ella y mi mamá lo apoya a él, así que me siento como una intrusa en su casa. Le doy excusas para no haberla visitado y le prometo ir pronto, ellos aún no saben que terminé con Martín y debo decirles en persona. Ni modo, el siguiente sábado voy a ir antes de la celebración, así que si me ponen de mal humor ya se me pasará con mis amigos.

Recuerdo la última vez que salimos, que termine en un hotel con el sexy Gael. No quiero pensar en él pero de una manera o de otra termina saliendo su recuerdo por todos lados. Lo bueno es que cuando estaba con Martín me puse un implante anticonceptivo, porque nos dejamos llevar sin protección, pero mujer prevenida vale por dos.

Gael no es tan confiable después de todo, porque ni siquiera me pregunto si me cuidaba, o tal vez me pediría tomar la pastilla de emergencia, pero lo dejé tan súbitamente en el restaurante que ni siquiera lo pudo decir.