Hazen es el prototipo de chico malo. Falta a clases, se la pasa fumando y muestra poco interés por las cosas, todo lo contrario a Lee, un chico tímido y reservado, pero habrá algo que los unirá.
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Dos almas se unieron para estar juntas, pero el destino tendrá otros planes.
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Capítulo 05.
Me encontraba en la cafetería junto con mi grupo de amigos en la hora del almuerzo.
Después de la conversación que tuve con ellos en la mañana ya no hablamos sobre el tema de la cita. Algo de lo que estaba seguro es que Jack no me gusta, soy consiente de que es muy apuesto y que a muchos estudiantes si les llama la atención pero a mi no. Y sé que si salía con él solo se ilusionaria creyendo que luego podíamos llegar a tener algo.
—Lee...—Empezo a hablar Jack llamando mi atención. Se encontraba sentado a mi lado izquierdo.—Estaba pensando sobre nuestra cita y... ¿qué te parece si vamos a comer después de que terminen las clases?—Pregunto con ese tono de voz que tanto lo caracterizaba.
—Yo...—Mire a las demás personas que se encontraban sentados en la misma mesa que nosotros viendo como Nash nos miraba sin ninguna pisca de discreción. Cuando nuestras miradas conectaron me hizo un gesto dando a entender que se lo debía a Jack por lo que había hecho por mi el día anterior.—Está bien.—Acepte. Tal vez Nash tenía razón y se lo debo.
Si lo pienso puede que salir con él no sea tan malo, es mi amigo y tal vez en nuestra salida se dé cuenta de que no siente nada por mi, aparte de que podía tomar esta salida como un simple encuentro de amigos para conocernos mejor.
Llevaba conociéndolo desde poco más de dos años y nunca había tenido problemas con él, de hecho éramos muy cercanos pero todo cambió cuando me di cuenta de que estaba sintiendo algo por mi, fue cuando decidí alejarme un poco de él, aunque fue inútil ya que compartíamos casi el mismo grupo de amigos, y cuando digo casi es porque Jack convive con más personas.
Cuando creí que podíamos tener una que otra cita fue cuando apareció Hazen llamando toda mi atención y caí en cuenta de que lo que estaba sintiendo por Jack era solo atracción, tal vez esto se debía a la forma en la que me trataba, siendo más atento conmigo y preocupándose más por mi. Pero quitando los sentimientos que tengo por Jack como mi amigo no se podía comparar a lo que sentía por Hazen.
Aunque han sido pocas las veces que he hablado con Hazen tengo claro mis sentimientos hacia él. Al igual que por Jack. Al principio creí que solo era atracción lo que sentía por Hazen, tal vez por su forma tan diferente de ser comparándola con otros estudiantes, y esa presencia tan misteriosa que poseía al entrar a un lugar, pero siempre que lo pensaba había algo más, incluso en todas esas veces que le mandaba mensajes, pero nunca tenía idea de lo que era.
—Bien. Ya sé a que lugar te llevare.—Dejo un pequeño beso en mi mejilla rápidamente.
—Ay... la pareja de tortolitos.—Dijo Mary en forma de burla.
Siguió así junto con Carlos que poco después le siguió el juego hasta que terminó la hora del almuerzo.
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Es la hora de salida y me encontraba escondido en el baño. Cuando terminaron las clases rápidamente agarre mis cosas y lo primero que se me ocurrió fue venir aquí. Sabia que lo que estaba haciendo estaba mal, que debía de ir con Jack y salir con él ya que había aceptado. Tenía que aclararle las cosas, decirle lo que pienso acerca de lo nuestro.
Estaba caminando de un lado a otro cuando escucho como alguien entra al baño asustandome. Rápidamente detuve mis pasos girandome hacia la puerta encontrandome a Hazen. Lo cual se me hizo extraño.
—Al parecer siempre tenemos que encontrarnos en lugares vacíos.—Dijo despreocupadamente.
Se acercó a los mingitorios y sin darle importancia se desabrocho los pantalones y empezó a hacer sus necesidades. Rápidamente me voltee hacia el lado contrario de donde estaba Hazen. Podía escuchar como el líquido salía sin ninguna molestia.
—¿Qué? ¿Acaso nunca has escuchado a otra persona orinar?—Pregunto burlón sin detenerse en lo que estaba haciendo.
—No es eso.—Camine hacia el lavamanos recargándome en el.
Una vez que termino de hacer sus necesidades se volvió a abrochar sus pantalones y camino hacia donde me encontraba. Me di cuenta de que esta vez no olía a tabaco pero si a alguna droga, aunque no podía estar seguro ya que sus ojos se veían normales.
—Estoy seguro de que si es eso.—Se lavo las manos despreocupadamente.—Quita esa cara de asco.—Hizo un puño con su mano izquierda y lo abrió rápidamente haciéndo que me cayeran gotas de agua a la cara. Repitió lo mismo una vez más con una sonrisa en sus labios.
—No seas asqueroso.—Me pase una mano por mi rostro quitándome los restos de agua.—Aparte ni siquiera te limpiaste ahí abajo.—Le dije asqueado por lo que hizo.
—Estoy seguro de que mi pene esta más limpio que el tuyo muñequita de porcelana.—Cerró la llave del agua y se recargo en el lavamanos dándole la espalda al espejo y cruzándose de brazos.
—No estaría tan seguro de eso después de que no te limpiaste.
Algo que no entendía era el hecho de porque muchos hombres no se limpiaban al ir al baño, no es como si después de hacer tus necesidades mágicamente estabas limpio. Era asqueroso.
—Porque no te agachas y lo compruebas.—Me miro con una sonrisa de superioridad.
—Eres asqueroso.—Me aleje del lavamanos caminando hacia la puerta.
Cuando pase por enfrente de él sentí como me agarro del brazo deteniendome.
—¿Estas seguro que no quieres aprovechar ahorita que no hay nadie?—Susurro en mi oído.
El aliento caliente de su boca junto con su voz ronca hizo que sintiera un ligero escalofrío que recorrió mi espalda e hice todo lo posible por no hacerlo notar.
—Sueltame.—Le dije sin mirarlo y sintiéndome nervioso.
Escuche como se río haciendo lo que le pedí. Él sabía cómo ponerme nervioso sin darse cuenta y no iba a caer en su juego. Por lo menos no ahorita. Sin molestarse a decir algo más salió del baño dejándome solo. Inhale profundamente hasta que sentí que ya no cabía más aire en mis pulmones y después lo solté sintiéndome un poco más relajado después de sentirme tenso por su cercanía.
Salí del baño dirigiéndome a la salida del colegio encontrándome con Jack.
—Hey ¿dónde estabas?—Pregunto en cuanto me vio.
—Tenía cosas que hacer.—Dije lo primero que se me ocurrió sin mirarlo a los ojos.—Lamento haberte hecho esperar.—Le dije sincero.
—No te preocupes, mientras no te hubieras ido sin avisarme todo esta bien.—Dijo con una sonrisa.
—¿Nos vamos?—Quería terminar con esto lo más rápido posible.
Asintió y caminamos hacia su auto. Me subí en el asiento del copiloto y en todo el camino nos la pasamos hablando sobre como nos fue en las clases. No deje de ver la vista que me daba la ventana. Cuando detuvo el auto me di cuenta de que habíamos llegado a uno de los restaurantes más lujosos de toda la ciudad. Lo sabía porque venía de vez en cuando con mis padres los fines de semanas.
Nos bajamos del auto y entramos al lugar, era día de escuela y generalmente estos lugares se llenaban los fines de semana, todo el día y toda la noche, así que no se me hizo raro que casi no hubiera clientes. Pero aunque casi no se llenará en las mañanas y en las tardes entre semana era complicado hacer una reservacion para el mismo día, siempre tenias que hacer aunque sea una noche antes. Pero veo que esta vez es diferente.
Nos sentamos en una mesa cerca de las ventanas que daban vista a la calle pero estas tenían cortinas en las que solo las personas de adentro podían ver para afuera.
—Realmente me alegra que hayas aceptado tener una cita conmigo.—Dijo Jack colocando su mano derecha arriba de mi mano izquierda agarrándome desprevenido.
Nos habíamos sentado en una mesa de dos, él enfrente de mi, lo que hacía que fuera fácil ver lo que hacía el otro por encima de la mesa.
—No hay de que.—Le dije con una pequeña sonrisa.—Es en forma de agradecimiento por lo que hiciste por mi ayer.—Termine de decir quitando mi mano de la suya disimuladamente.
Hasta ahorita todo estaba yendo bien, tal vez solo tenia que hacer que no invadiera mi espacio personal y realmente no tendría problema con quedarme a comer con él. De hecho ahorita que me pongo a pensarlo puede que si encontramos un tema de conversación en el que coincidamos en algo puede que sea entretenido y realmente ambos la pasemos bien.