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Sr. Y Sra. Claus

Sr. Y Sra. Claus

Status: En proceso
Genre:Romance / Magia / Diferencia de edad
Popularitas:5.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Fer.

Dios le ha encomendado una misión especial a Nikolas Claus, más conocido por todos como Santa Claus: formar una familia.

En otra parte del mundo, Aila, una arquitecta con un talento impresionante, siente que algo le falta en su vida. Durante años, se ha dedicado por completo a su trabajo.

Dos mundos completamente distintos están a punto de colisionar. La misión de Nikolas lo lleva a cruzarse con Aila.Para ambos, el camino no será fácil. Nikolas deberá aprender a conectarse con su lado más humano y a mostrar vulnerabilidad, mientras que Aila enfrentará sus propios miedos y encontrará en Nikolas una oportunidad para redescubrir la magia, no solo de la Navidad, sino de la vida misma.

Este encuentro entre la magia y la realidad promete transformar no solo sus vidas, sino también la esencia misma de lo que significa el amor y la familia.

NovelToon tiene autorización de Fer. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Parte 5

Nikolas

La vi, su rostro estaba marcado por el miedo, pero algo en sus ojos brillaba. No era solo temor, había una chispa de algo más, algo que no podía identificar con claridad, pero que me hacía pensar que, a pesar de todo, todavía quedaba algo de esperanza en ella.

—¿Santa tiene nombre? —preguntó, con la voz temblorosa, buscando algo, cualquier cosa que pudiera darle sentido a este caos.

—Todos tenemos un nombre, Aila —le respondí, mirándola fijamente, como si fuera lo más lógico del mundo. Ella dudó por un instante, como si la idea le costara entenderla, pero luego asintió, algo en su expresión cambiando.

—¿Dónde estamos? —Me preguntó, su mirada perdida en el vasto paisaje blanco que nos rodeaba.

—Polo Norte —respondí, con un tono tan sereno que parecía fuera de lugar con la magnitud de lo que estábamos viviendo.

—¿Por qué estoy aquí? —Su pregunta salió como un susurro, una mezcla de confusión y desesperación, mientras me miraba buscando respuestas que no podía darle con facilidad.

Le acomodé el abrigo, lo ajusté alrededor de sus hombros, asegurándome de que estuviera bien. Hice un pequeño gesto con mis manos, cubriéndola con un poco de magia, algo que le diera el calor suficiente, mientras yo sentía el frío cortar como cuchillas a través de mi piel, algo que hacía siglos no experimentaba. De alguna manera, la calidez de mi gesto hacía que su presencia fuera más palpable, más real.

—Quiero mostrarte la magia —sonreí suavemente, mientras la levantaba con suavidad en mis brazos, sintiendo el peso de su cuerpo contra el mío. Si intentaba caminar, era probable que se hundiera en la nieve, y no quería arriesgarme a que se lastimara. Caminé un poco más hasta encontrar la barrera invisible, esa línea invisible que separa el mundo humano del mío. Cuando la cruzamos, un ruido ensordecedor nos envolvió. Los elfos habían trabajado sin descanso, como siempre, preparándose para la Navidad que estaba por llegar.

Observé cómo sus ojos se llenaban de asombro, cómo miraba todo a su alrededor, como si su mente no pudiera procesar toda la magia que la rodeaba. Fue entonces cuando me dio unas pequeñas palmaditas, como pidiéndome que la dejara ver más. Algunos de los elfos nos miraron de reojo, pero no se detuvieron, seguían con sus labores. Sabían lo que estaba en juego, sabían que un minuto tarde podría significar el fin de todo.

—¿Esto es real? —Su voz temblaba ligeramente mientras señalaba la aldea, una aldea que solo unos pocos afortunados podían ver, llena de luces y colores, árboles decorados, la esencia misma de la magia navideña. Pero había algo más, algo que no podía dejar de ver.

—¿Qué es ese lugar? —preguntó, su dedo apuntando hacia una mansión a lo lejos, un edificio imponente que, por lo general, era casi invisible para los humanos. Pero ella podía verlo. Podía ver lo que otros no podían.

—Es mi casa —respondí, con una pequeña sonrisa que se asomaba a mis labios, aunque sabía que la verdad detrás de esas palabras era más compleja. —Es donde vivo, y donde se hacen algunos de los preparativos para lo que está por venir. Aunque, honestamente, hace mucho que no voy. Hay cosas que requieren mi presencia aquí, y no me puedo permitir el lujo de alejarme.

De repente, una de las elfas de logística se acercó a mí, con una tablet en sus manos, y me miró con esa expresión que solo los elfos pueden tener: mezcla de eficiencia y urgencia.

—Señor Claus, debe decir a quiénes va a visitar en diciembre y cuánto tiempo se quedará —me dijo, sin levantar la vista de la pantalla.

—Claro, ¿te paso la lista hoy en la noche? —respondí, sabiendo que la lista era extensa y, sin duda, abarcaría mucho más de lo que ella quería saber. Ella suspiró, asintió y, antes de irse, echó un vistazo a Aila, que la observaba con curiosidad. En un parpadeo, ya había vuelto a sus tareas.

—¿De verdad existe la lista? —Aila me miró, como si no pudiera entender del todo cómo algo tan grande y maravilloso podía ser tan... simple.

—Claro que existe —respondí, asintiendo. —Hay buenos y malos, aunque no creas, a los malos no siempre les llega lo que esperan. Los buenos ganan, pero no siempre como piensan.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, frunciendo el ceño, su curiosidad más fuerte que su miedo.

Sonreí y le ofrecí una silla junto a una mesa, colocando frente a ella una taza de chocolate caliente.

—Todos tienen sueños, Aila. Sueños muy profundos. Algunos no los notan porque parecen pequeños, insignificantes. Tal vez tener un perrito porque hace años no pudiste tener uno. Si fuiste una buena persona, nos aseguramos de que en su momento tengas lo que deseas, aunque a veces llega más rápido de lo que esperas, o llega justo a tiempo para Navidad.

—¿Entonces los adultos también? —Su tono era casi incrédulo, como si no pudiera imaginar que algo tan simple como un sueño se pudiera cumplir de una manera tan mágica.

—Sí, más para los adultos. Para los niños, siempre llega el regalo. Pero para los adultos... las cosas son un poco diferentes.

—¿Y eso qué significa? —Insistió, buscando comprender todo lo que estaba pasando.

—Los humanos, por naturaleza, son egoístas. No puedo juzgar algo que ya está en ustedes, pero cuando vemos que no son tan malos, reflexionamos. Entonces, decidimos si les damos lo que buscan.

—Ser adulto es muy duro —dijo, con un suspiro, mientras tomaba un sorbo de su chocolate.

—Lo es —respondí con un tono serio, pero luego la miré con una leve sonrisa—. Aunque, he visto a algunos ser realmente crueles, y eso sí duele.

—Nikolas, ¿hace cuánto existes? —Su pregunta era simple, pero el peso detrás de esas palabras era inmenso. No sabía cómo responder a eso, cómo explicarle lo que era mi existencia.

—Años. Demasiados para recordarlo —dije, con una leve sombra de tristeza. —Era humano, pero ya no sé ni cómo ni cuándo, ni siquiera recuerdo si tuve una familia o hermanos. Lo que sé es que tengo poderes, y mi misión es ayudar a los demás.

—¿No es solitario? —preguntó, y su voz tenía algo de compasión, como si realmente pudiera comprender, aunque nunca hubiese vivido algo como lo que yo sentía.

—Sí, es agotador y doloroso.

—¿No puedes poner a otro Santa? —Su pregunta me hizo sonreír, aunque sabía que la respuesta no sería fácil de entender.

—Lo intenté, hace dos siglos. Pero no se puede. A menos que... bueno, a menos que Dios quiera.

—¿Dios? —Su expresión cambió por completo, sorprendida, como si no pudiera procesar la idea de que lo que estaba sucediendo fuera más grande que todo lo que conocía. No pude evitar reírme ante su reacción.

—Todo lo que los humanos creen que no existe, lo que llaman mito o leyenda, es porque es real. Y si me estás viendo a mí... entonces deberías empezar a creer. Todo es posible.

—¿Existen los extraterrestres? —preguntó, con un brillo curioso en sus ojos.

—Secreto —respondí, sonriendo al ver su expresión de desconfianza.

—No puedes hacerme esa cara, Aila —le dije—. ¿Vas a dejar que todo esto te sorprenda? La magia está en todos lados, solo tienes que aprender a verla.

Vi cómo ella asentía lentamente, procesando todo lo que le acababa de contar. Sabía que, aunque las respuestas no eran claras, algo dentro de ella comenzaba a creer. Y eso, para mí, era suficiente.

—¿Por qué me trajiste aquí, Nik? —Su voz rompe el silencio que se había instalado entre nosotros. Hay un tono de incertidumbre, como si su alma no pudiera comprender lo que acaba de ocurrir.

Miro al horizonte, no sé cómo explicarlo con palabras. No tengo la menor idea de cómo empezar, pero sé que no hay vuelta atrás. La magia que rodea todo esto, el momento en que la tomé en mis brazos y la llevé a este lugar, ha sido la culminación de algo que venía construyendo en mi corazón desde hacía mucho tiempo. Ella no lo sabe, pero yo sí. Yo lo sentía desde el momento en que sus ojos se encontraron con los míos.

—Te necesito —respondo con una voz suave pero firme, como si mis palabras fueran una promesa que no pudiera retractarme. Mi mirada se encuentra con la suya, y veo cómo un destello de duda se enciende en sus ojos, como si no creyera en la verdad que acabo de decir. La siento distante, aún atrapada en su propia realidad, en su mundo mortal, y yo... yo aquí, en este lugar que ha estado marcado por la eternidad, deseando que entienda.

Ella no dice nada por un momento, solo me observa, como si buscara en mi rostro alguna pista que le ayudara a comprender lo que está ocurriendo.

—Yo no tengo poderes, Nik —dice, finalmente, su voz temblorosa, con la incomodidad de una persona que se siente pequeña ante lo que le está sucediendo—. Yo soy una simple mortal.

Esas palabras me atraviesan como un aguijón. Ella no sabe lo que significa ser mortal, no en el sentido que yo lo he vivido. No sabe lo que es arrastrarse por el paso de los siglos, viendo cómo la vida de otros se desvanecía ante mis ojos mientras yo permanecía en la misma, atrapado en el flujo del tiempo. No tiene idea de lo que significa la soledad interminable, el vacío de la eternidad.

—Sí, lo sé —respondo, mi voz ahora más suave, cargada de ternura—. Pero eres una mortal con algo que no tiene precio. Eres una mortal que tiene la capacidad de convertirse en mi esposa y en la madre de mis hijos.

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Verónica ❤️❤️🇲🇽
Aquí esperando con muchas ansias la boda del siglo... 🤵👰🎅🤶
Batichica🖤 TG
Insertando aquí un grito de loca emocionada 🤣 Jaajajjaja perdón es que quisiera asistir kajjajajja
Ana Gonzalez
exelente novela
Ana Gonzalez
exelente novela
Ana Gonzalez
más capitulos 🙏 exelente novela
Petra Melo
me encanta la novela gracias
Batichica🖤 TG
Nikolas me recordó a los padres de épocas antiguas, ya que si tenías relaciones con sus hijas, te obligaban a casarte jajajajajjajaja
Petra Melo
me encanta la novela, estoy enganchada
Fer: Me alegra mucho preciosaaa
total 1 replies
Lopez
Feliz año nuevo queridicima autora que Dios te bendiga y te guarde en este nuevo año y en los que vienen!!!
Fer: Muchas gracias e igualmente! ❤️
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Verónica ❤️❤️🇲🇽
Feliz año nuevo para usted también autora!!! Deseando de todo corazón que el que está por comenzar en unas horas, sea mucho más próspero y bendecido que este, que hoy termina. De todo corazón, le mando un fuerte abrazo.
Petra Melo: muchas gracias e igualmente querida autora, desde Venezuela 🇻🇪 con cariño
Fer: Muchas gracias e igualmente 🥰🥰
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Lopez
Esta novela es superrr me enamore de la novela lastima que no esta terminada/Sob//Sob//Cry/
Fer: Holis, tenme paciencia y antes del 19 de enero finalizo la novela!
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Lopez
Gracias por tomarte el tiempo de dejar tu vida real un momento por nuestra novela mereces mucho apoyo, (Nueva fan) tus novelas me entretienen
Fer: Muchas gracias preciosa!
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Verónica ❤️❤️🇲🇽
Excelentes capítulos. 👍 Espero pronto tener más capítulos 🙈
Petra Melo: excelente novela gracias 🇻🇪🇻🇪
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Batichica🖤 TG
Eso desconocido es atracción, admiración y un creciente sentimiento de amor
Petra Melo: exactamente
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Idalma Maribel Herrero Gamez
encanta la historia cuando es que la vulve a actualizar.
Fer: Mañana subo capítulo y en estos días voy a tratar de terminarla del todo 🥰
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Mar
/Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob/ se me acabaron los capitulitos de reserva /Sob//Sob//Sob/
Fer: Nena, tenme paciencia 😔
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Maria Elena Martinez Lazaro
excelente
Cinzia Cantú
Algo cambió más de lo que supones y va a ser un gran cambio
Cinzia Cantú
Ahí está el reto para Santa ...... hacer que Aila crea
Cinzia Cantú
Qué hermosa introducción !!
Petra Melo: así es, me encanta 😘
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