El esposo de un famoso ingeniero de robótica se suicida un día de repente y él al no soportarlo decide revivirlo con partes de robot, pero no todo será de color rosa como él lo pensó.
NovelToon tiene autorización de Fujoshiwrl para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 6: Charco de lágrimas.
Estábamos ambos sentados en la mesa comiendo en un total silencio, yo no diría nada porque no estaba interesado en hablar con él y estoy seguro de que él tampoco hablará de algo. Pensaba en seguir así hasta terminar la cena, pero mí boca se movió por si sola y dije:
—Quiero visitar a mis padres. —Todo movimiento que provenía de Edwy cesó y se limitó a mirarme nervioso—, ¿qué sucede?
—¿Acaso no te lo dije?
—¿Decirme qué? —pregunté sorprendido por su respuesta.
Él se quedó en silencio y limpió sus labios con una servilleta, haciendo que la curiosidad en mí aumente hecho en una bola de fuego en mí garganta.
—¿Qué mierda olvidaste decirme? ¡Habla, por una maldita vez! —grité golpeando la mesa y levantándome de la silla con las cejas hundidas y mis ojos cristalizados por el ardor que sentía en mí frente—. ¡Carajo!
—Hans, tranquilízate. Respira, por favor. —Suspiró y continúo diciendo—: Tus padres fallecieron 4 meses después de tu muerte. No soportaron tanto dolor.
—¿Qué? —Dejé caer mi cuerpo en el asiento, sintiendo como algo dentro de mí se destruía. Tan fuerte era esa sensación que mi estómago me devolvió lo que había ingerido.
Edwy se levantó y me pasó una servilleta intentando relajarme, pero actué por impulso y lo agarré del cuello de su ropa.
—No es verdad, ¡estás mintiendo! ¡Mientes! —Lloraba gritando mientras lo sacudía en busca de que lo que acaba de decir fue solo una mala broma, una muy fea, pero él se quedaba en silencio y soportaba mis malos tratos hacia él.
—Lo siento, amor-
No dejé que sus palabras pudieran completarse y golpeé su rostro en una bofetada, él se quedó atónito mirando hacia el suelo.
—No me llames así, tú no sientes nada. Eres asqueroso, —dije golpeando su rostro cada vez que decía otra palabra, al final de mí oración él tenía sus mejillas rojas y azules. Mi corazón latía con fuerza, mis dientes por si solos se apretaban y mi mente estaba totalmente en blanco.
Me detuve y miré esos ojos verdes que aguantaban con fuerzas no llorar. No pude soportar más y estallé en un llanto, un grito salió de lo profundo de mi ser desgarrando mí garganta. Edwy me abrazó con fuerzas mientras acariciaba mi nuca diciendo:
—Todo estará bien, estoy aquí.
Entonces me di cuenta de que estaba siendo un monstruo, yo creía que él lo era, pero mis actos indicaban que yo no era muy diferente.
Me dejé abrazar y apreté su camisa, está vez para mantenerlo cerca. Escuchaba su corazón latir, él también estaba asustado. ¿De mí?
—¿Cómo murieron? —pregunté sin moverme.
—Tu mamá tuvo un paro cardíaco y tu papá... Se ahorcó.
Empecé a llorar en silencio aún más, el suelo se volvió un charco de lágrimas, pero no fue culpa de Edwy. Fue la mía, yo no estaba para cuidarlos.
—No fue tu culpa, —dijo él apretándome más fuerte—, no te culpes. Por favor.
Después de un buen rato Edwy esperó a que lo soltara entonces me cargó y me llevó a la cama, me recostó en ella y envío a unas empleadas a traerme un plato para alimentarme.
—Lo siento, —dije con la voz ronca.
—No te preocupes, ¿Cómo te sientes?
—Adolorido. —Levanté mi mano hacia él y acaricié sus mejillas heridas—, te pondré una pomada.
Él movió su cabeza, cerró sus ojos y dejó un beso en mí mano mientras sonreía.