Una Nueva Oportunidad

Había pasado una de las mejores noches de mi vida, la entrega de Alexa fue sublime, ella es una obra de arte impresionante, de esas que no puedes dejar de mirar y mucho menos de tocar.

Me quede dormido abrazándola con fuerzas a mi cuerpo, no quería que se escapara de mi lado. Creo que era media noche cuando la sentí ponerse tensa. Desperté sintiendo que algo no andaba bien y pude sentir su cuerpo frío como si no hubiera vida en él.

Empece a llamarla para que reaccionara, pero había caído en un sueño profundo, no importaba cuanto la llamara ella simplemente no reaccionaba. Estaba a punto de llamar a la recepción para que pidieran un helicóptero, tenía que llevar a mi esposa al hospital de urgencia, pero de repente ella abrió los ojos mostrando en ellos un miedo terrible.

"¡Alexa, mi amor estás bien!" Pregunté con un nudo en la garganta.

"¿Estoy de vuelta?", pregunto con la voz entrecortada.

"Me tenías preocupado, pensé lo peor", dije un con angustia.

Ella se aferró a mi cuello abrazándome fuertemente. "Gracias por llamarme de vuelta, estaba asustada y no podía despertar". Sus palabras no tenían sentido, me estaba preocupando mucho su actitud.

"¿Qué está pasando, Alexa?, últimamente te estás comportando de manera muy extraña y no entiendo nada", quería una explicación antes de que me volviera loco.

Ella me miró como si quisiera contarme algo, pero al mismo tiempo no se atrevía y eso me dolía aún más, pues me daba a entender que no confiara en mí.

"Si te lo digo no me creerás y pensaras que estoy loca y lo que menos quiero es perderte", dijo entre sollozos.

"Confía en mí ábreme tu corazón y dime que te está pasando", prácticamente le rogué que dijera eso que tanto le estaba doliendo.

"Está bien, confiaré en ti. Pero quiero que tengas la mente abierta para lo que vas a escuchar y si después de esto ya no quieres estar conmigo yo lo entenderé", esas últimas palabras las dijo con mucho pesar y dolor, sea lo que sea que estaba pasando por su cabeza la tenía asustada, pero era mejor que confiara en mi criterio y dejara salir eso que tanto la atormentaba. "Te voy a contar la historia de una mujer que toda su vida lo único que hizo fue sufrir y que fue llevada a la muerte a mano de su propio padre quien la empezó a despreciar cuando ella tenía apenas quince años".

Alexa estaba actuando muy extraño a medida que avanzaba la historia, misma que era igual a su vida desee que la conocí. "Pero esa historia es la tuya", la interrumpí.

"Así es, esa joven soy yo, pero déjame terminar mi relato y después tomas una decisión", dijo con dolor. "Mi vida termino cuando tenía veintisiete años cuando el odio de mi hermana llevo a mi padre a ordenar que me quitaran la vida de la manera más aterradora que existe, mando a unos hombres que abusaron de mí y me torturaran hasta la muerte, aunque pensé que era el fin no fue así, pues desperté nuevamente cuando tenía quince años y desde entonces he tratado de mantenerse viva. Aunque mi destino está encaminado a que las cosas se den así: como en mis otras vidas". Realmente Alexa está mal, ella cree que reencarno y que está a punto de perder su vida a manos de su propio padre. En definitiva ella necesitaba ayuda médica.

Debía pensar bien las palabras que utilizaría para dirigirme a ella, no la quería hacer sentir mal y mucho menos que pensara que no confiaba en ella, pero como iba a creer semejante cosa.

"Sé que no me crees, realmente no me importa. Yo solo quería sacar esto que me estaba matando por dentro. Además, no tengo como demostrarte que lo que estoy diciendo es cierto". Alexa se levantó de la cama y entró al baño, me sentía como un desgraciado al no creer en sus palabras y aunque algo dentro de mí me decía que ella decía la verdad, mi parte razonable me hacía dudar.

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Fui una tonta al pensar que Sergio creería en mis palabras y no lo culpo por no hacerlo, pues no es fácil aceptar una verdad como la que yo le dije; sin embargo, no puedo negar que me dolió que no me creyera, se supone que él es quien me ayudara a sobrevivir en esta vida, pero si él no cree no es mucho lo que pueda hacer por mí.

También hay algo que ronda mi cabeza y debo descubrir: la reacción de Carolina ante mis palabras no era normal, más bien parecía que ella sabía de que le estaba hablando; era como si supiera que yo había vuelto a la vida.

Estuve en el baño por una hora más o menos pensando en mi próximo paso, no sé por qué, pero tenía el presentimiento de que los hechos que me llevaron a la muerte se iban a adelantar y que podía morir antes de cumplir los veintisiete años.

Salí del baño y me encontré a Sergio aun sentado en la cama. "Ve a dormir yo iré a caminar un rato por la playa", dijo Sergio pensativo.

"No tengo sueño, prefiero quedarme leyendo un libro", dije inexpresiva.

"Como quieras", Sergio salui de la habitación algo confundido, ahora sabia que había sido un error abrirle mi corazón, ya que ahora el pensaba que estaba mal de la cabeza.