NovelToon NovelToon
Alpha White, El Origen De La Mestiza

Alpha White, El Origen De La Mestiza

Status: Terminada
Genre:Hombre lobo / Esclava / Sirvienta / Pareja destinada / Brujas / Reencarnación / Maldición / Completas
Popularitas:546.7k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Romaj Autor

Después de la muerte de su padre, Naomi es llevada por su padrino a la Villa Lupinville, un misterioso lugar habitado por hombres lobos, que, hasta ahora, ella creía que solo existían en los cuentos. Pero pronto, Naomi descubrirá que su conexión con este lugar siempre estuvo ligado con ella, atrapándola en una antigua profecía, que parece señalarla como la clave de una batalla y la disputa de dos lobos por ganarse su corazón.

NovelToon tiene autorización de Romaj Autor para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO VEINTE: DISCULPA Y BENDICIÓN.

≈NAOMI≈

José no había regresado y Mariel llevaba más de tres horas sin hablarme.

Lesly intentó hablar con ella, para explicarle porque no le había dicho nada, pero parece que fue inútil. Yo lo sabía, lo sentía. Las palabras no siempre arreglan las cosas, y en este caso, ni siquiera habían servido para empezar.

Decidí alejarme un rato.

Fui a la terraza, el lugar menos frecuentado de la casa. Me senté en un rincón mirando el cielo, buscando perderme en algo que no fueran mis pensamientos.

Fue inútil.

Las lágrimas empezaron a caer sobre mis mejillas casi sin darme cuenta. La imagen de papá vino a mi cabeza. Él siempre me recordaba que no importaba qué tan caótica fuera la vida, siempre podía contar con él.

No esta vez. Ahora... ahora estaba sola.

“Le prometí cuidarte, Naomi. No dejar que te matarán.” la voz de mi padrino volvió a mi mente. Quizás tenía razón. Tal vez estaba siendo egoísta esperando que me acogiera, cuando lo único que hice, fue causarle problemas.

“Él no tiene ninguna obligación”. Murmuré “No voy a convertirme en una carga” me dije a mi misma, poniéndome de pie.

—¿A dónde vas? — dijo Mariel, con un tono de voz acusador.

Me quede quieta en mi lugar, ella estaba parada en la puerta de acceso, con brazos cruzados, bloqueando cualquier posibilidad de que saliera. Mi mandíbula se tensó automáticamente, quise responderle, pero sentía que si lo hacía iba a llorar.

—Ni lo intentes. —me amenazó con el dedo —¡¿Qué?! ¿Tengo cara de pañuelo descartable? —se quejó.

No sé por qué, pero eso me hizo sonreír un poco. Estaba siendo sarcástica, no estaba enojada.

Supongo que esa era su forma, de hacerme saber que estaba todo bien entre nosotras. Así que, sin decir una palabra me acerqué para abrazarla. Ella, me abrió los brazos en el camino y me estrujó en ellos con unas cuantas palmaditas en la espalda.

—Ya, ya… si sigues así, me vas a hacer llorar. Y odio llorar, yo no lloro… ¿Es eso lo que quieres? — se volvió a quejar, arrancándome una risa, ahora entre lágrimas.

—Lo siento. —me disculpe.

—Te perdono. Pero que sea la última vez que me ocultes algo así ¿eh? —Dijo pasándome las manos por la cara —Si lo haces, no voy a perdonarte. —Me amenazo guiñándome un ojo — En fin… para dar por terminado todo esto, ahora es tu turno de contarme… ¿quién es ese lobo que te reclamó? Porque, chica, esa piedra, es asombrosa.

—No tengo ni puta idea —dije honestamente y me tapé la boca. Ella se rio.

—Vamos Nao, no tienes que comportarte como una dama conmigo. Suelta las cosas como te venga la gana, no te límites.

—Está bien, — reí —“No tengo ni puta idea”—repetí, encogiéndome de hombros.

—Pensé que me estabas jodiendo—dijo arqueando una ceja.

—No, te digo la verdad. La dejaron en mi cuarto la misma noche que recibiste la tuya.

—¡Ah, carajo!—se lamentó.

—¿Qué pasa?

—¡¿No te das cuenta de que nuestros compañeros están cortados por la misma tijera?! ¿Qué mal te hemos hecho diosa?! A falta de uno, ¡¡¿tenía que castigarnos con DOS?!!

—Mari, cálmate. —Intente tranquilizarla, pero Mariel es Mariel y no había cristo que impidiera que siguiera despotricando…

—No, no me calmo nada Nao. ¡ Pase toda mi vida escuchando que encontrar a mi compañero era una bendición! —se quejó, gesticulando con la mano —. "Bendición por aquí, bendición por allá", ¡a la mierda con tanta bendiciones! —¡Diosa luna! —gritó, alzando la mirada al cielo —. ¡¿Es esta tu idea de bendición?! Porque si lo es, ¡te aviso que nos has estafado a las dos! Ella no sé lo que busca, pero yo ¡Quiero el maldito pack premium del mejor lobo que tengas, no el MALDITO lobo de descuento que me tocó!

—¿Sabes qué? tienes razón ¡Qué bendición ni qué ocho cuartos! —Me sume gritando a la nada misma, provocando que ella sonriera —¡¿Quién de los dos decidió que este sistema de emparejamiento es ideal para mí?! Si, les hablo a ustedes ¡Diosa luna! ¡Dios! —añadí, mirando a ambos lados como si la mismísima luna o el espíritu santo, fueran a responderme. —. ¡¿Qué clase de trato es este?! ¡Si me van a emparejar con un lobo, lo mínimo que espero es que venga con instrucciones claras! Porque por si no lo saben ¡yo de hombres lobos, no entiendo una mierda! — Mariel se tentó tanto que soltó una risotada y yo, no pude más que echarme a reír con ella. —Si hubiera sabido que gritar era tan terapéutico, lo habría hecho hace tiempo —le dije carcajeándome, mirándola de reojo.

—¿Ahora entiendes porque yo vivo gritando? Últimamente es lo único que me mantiene… cuerda. — soltó de repente seria, inspirando una gran bocanada de aire y dándose la vuelta.

Seguí su mirada y entendí cuál era su problema; “Geral”.

—¡Sera posible que no haya ningún lugar donde tengamos un poco de privacidad! Ahora me va a escuchar…— dijo precipitándose hacia él.

—¡Mari, espera! ¡Déjame explicarte! —dije, al revendo cuete. A excepción de Lesly, no es el fuerte de familia White escuchar…

—¡Ni se te ocurra dar un paso más! —le advirtió Mariel, poniéndose delante de mí, sin dejarlo hablar —Si te acercas otro centímetro, te juro que yo misma terminaré lo que mi hermano no hizo. —Geral levanto las manos en son de paz, aproximándose despacio.

—Vamos, Mari… tú me conoces. Sabes que no…

—¡Mari, mis bolainas! —Lo interrumpió—. ¿De verdad crees que voy a dejarte solo con ella? después de que la hiciste volar cinco metros como si fuera un maldito cohete de la NASA? ¡Por favor!

—Solo quiero disculparme —insistió visiblemente frustrado. —Necesito hablar con ella.

Mariel fingió cara de comprensión, como si lo estuviera considerando.

—Oh, claro, claro, ¡que desconsiderada que soy! ¡El señor solo quiere pedir disculpas! ¿puedes creerlo? —me preguntó.

—Mari, cálmate —le pedí suavemente, poniendo una mano sobre su hombro—. Fue un accidente.

—¿Accidente? —dijo incrédula —accidente va a ser cuando casualmente mis pies terminen entre sus pelotas! —Mari, por favor.

—¡Tu cállate la boca! —le espetó dándole la espalda, y girándose hacia mí —. ¿quieres hablar con este espécimen o lo mando a volar?

Me encogí de hombros en respuesta, quería escucharlo. Mariel puso los ojos en blanco como si la simple idea de que pudiera querer hablar con él le diera asco.

—¡Ay, por favor! —refunfuñó, con una mirada de aborrecimiento total, girándose hacia Geral. —Bien, habla. Pero te aviso, yo me quedo aquí.

—No es una buena idea, Mariel —le respondió Geral, como si tratara de razonar.

—Es eso o, nada. —le retrucó, cruzándose de brazos.

Geral suspiró, resignado, y asintió. Se acercó a mí con cuidado, mientras Mariel se hizo a un lado, abrazándose a sí misma como si estuviera conteniéndose de no romperle la cara.

—Lo siento tanto, Naomi —dijo Geral, mirándome a los ojos. —Te juro que jamás fue mi intención…

—Lo sé. —Lo interrumpí, echándome para atrás cuando atino a tomar mi mano. —Lo siento, yo…

—Entiendo — respondió con un suspiro. —Me comporté como un idiota... —admitió, bajando la mirada—. Honestamente, no sé qué me pasó. Perdí la cabeza cuando te vi lastimada y lo único que pensé fue...

—Que Demian me había hecho daño —terminé la frase por él.

—Sí... —murmuró—. Me dejé llevar. Cuando lo vi ahí, cerca de ti... no pensé. Solo actué.

Lo observé por un momento, y fue mi turno de bajar la mirada. Sabía que estaba siendo honesto conmigo, pero había algo más que me inquietaba.

—¿Celos? —pregunté, necesitaba saber.

—No me enorgullece siquiera considerarlo, pero sí, es muy posible. —Dijo sonriéndose de lado, dejándolo bastante claro. Una mueca se formó en mis labios.

—¿Y pensaste que golpearlo solucionaría algo? —solté.

—No reaccione bien, lo admito. Pero... —me miró de nuevo— te doy mi palabra, que te lo compensaré. Todo esto, lo prometo. —solo llegue a asentir con la cabeza.

Antes de que pudiera responder, Mariel, que había estado escuchando en silencio, soltó:

—Ay, por favor, ya es suficiente. — expuso, dándose la vuelta y tomando mi brazo sin previo aviso —.Vámonos, Naomi. Esto ya es demasiado para mi estómago.

Solo alcancé a mirarlo por encima del hombro hasta que lo perdí de vista. Ni siquiera tuve tiempo de decirle algo más, cuando quise darme cuenta, Mariel ya estaba arrastrándome lejos bajando por las escaleras.

—¿De verdad vas a conformarte con eso? —Me reclamó tan pronto accedimos a la sala.

—No estuvo tan mal —admití, encogiéndome de hombros.—No. No estuvo mal, ¡fue patético! —refunfuño —Si de verdad quisiera pedirte perdón, mínimamente deberías obligarlo a hacerlo de rodillas... ¡que se arrastre hasta tu ventana, que le sangren las rotulas y que se humille ante todos gritándote perdón debajo del balcón! —dijo enfatizándolo tanto que me hizo reír.

—Pero tenemos un problema. —añadí, siguiéndole el juego.

—¿Cuál?

—Ya no tengo balcón.

—Oh, eso solo es un detalle. Podemos arreglarlo.

—Lo voy a tener en… cuentaaaa!!!—exclamé trastrabillando cuando Mariel se detuvo de golpe. Internamente agradecí estar aferrada de su brazo, de lo contrario me habría caído de boca al suelo —¿Qué pasa ahora? —le pregunté, recomponiéndome.

Mariel no respondió. Simplemente hizo un leve gesto con la cabeza, indicándome que mirara.

Eso hice, y entonces lo vi.

Vi a Demian abrazando a Úrsula.

No es que fuera gran cosa, pero no era una abrazo normal. Él la rodeaba de forma protectora, apoyando una mano en su espalda baja mientras la otra acariciaba su cabello. Su rostro estaba serio y enfocado en ella, como si tratara de transmitirle calma sin mostrar demasiada emoción. Úrsula, en cambio, parecía afligida, tenía el rostro hundido en su pecho, las manos aferradas desesperadamente a su cintura, y de vez en cuando, su cuerpo temblaba de manera involuntaria, dejando entrever que estaba llorando.

No entendí por qué, pero ese simple gesto, esa proximidad entre ellos, me dolió.

¿Por qué?  ¿Por qué una parte de mí parecía romperse con solo verlo?

1
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Maravillosa novela en verdad
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Que novela tan fascinante en verdad, Bravo que gran estratega, que mente tan fantástica en verdad
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
wow Mariel regreso bravo Circe se fue y le dejo su lugar
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Ay nooooooo Deamón noooo😭😭😭😭😭😭😭😭
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Desgraciado mato a Mariel
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Ay Dios la batalla comenzo
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Eso es todo
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Lyco ya no va a poder tenerla para él
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Ay Dios que tristeza en verdad
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Que triste es ver qué no pueden amarse libremente y que se deben mantener alejados
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Pues si que es un estratega la o el escritor
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Wow si que en toda la historia he estado enredada pero que historia en verdad
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Ay que espanto
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
oooooooh esto si que está raro ¿y si en lugar de Geral es Demon el mate de Mariel y por eso no se revela?
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Que ser tan maligno
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Ah caray Alexander y Mari la están tratando de salvar
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Así es Likaon
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Es DEMIAN EL. OTRO HIJO DEL MALVADO
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
Howl fue a rescatarla
Ariadna Adelina Jiménez Pardo
cuánto dolor tuvo que pasar Naomi
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play