es una historia conmovedora y apasionada que explora temas como el amor, la identidad y la aceptación. La novela sigue la vida de Orange y Geovanni, dos amigos de la infancia que se reencuentran años después y reavivan una conexión profunda que evoluciona hacia un romance intenso.
La trama gira en torno al descubrimiento de la sexualidad y la lucha por la aceptación en una sociedad conservadora. Orange, un joven introvertido, se siente atraído por Geovanni, un hombre seguro de sí mismo y físicamente atractivo.
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El Amo De La Manipulación
Geovanni y Orange disfrutaban de una hermosa tarde de Diciembre jugando fútbol con sus amigos. Después del juego, Geovanni ofreció llevar a Orange a su casa, ya que estaba muy oscuro para ir solo. Orange aceptó y se tomaron de las manos, caminando y platicando sobre su día.
Al llegar a la casa de Orange, Geovanni le dio un pequeño beso en la frente y se despidieron. Sin embargo, al regresar a la cancha, Geovanni se encontró con Fredy, quien comenzó a manipularlo de nuevo. Fredy le dijo a Geovanni que lo acompañara a la barranca, y Geovanni, sin oponerse, lo siguió.
En la barranca, Fredy comenzó a hablar sobre su pasado y cómo había manipulado a Geovanni. Geovanni se sintió atrapado y confundido, sin saber qué hacer. Pero entonces, recordó a Orange y su amor por él. Sabía que debía tomar una decisión y dejar atrás la manipulación de Fredy.
La noche envolvía la barranca en un manto de misterio. Fredy, con una sonrisa siniestra, observaba a Geovanni, quien se encontraba sumido en sus pensamientos. El viento susurraba entre los árboles, como si quisiera advertirle del peligro que se cernía sobre él.
"Tienes miedo, ¿verdad?", dijo Fredy, acercándose peligrosamente. "Miedo de lo que podría pasar si no haces lo que te digo". Geovanni tragó saliva. La voz de Fredy era como una serpiente que se deslizaba por su oído, insinuando cosas terribles.
"Pero no te preocupes, yo te protegeré", continuó Fredy, poniendo una mano en el hombro de Geovanni. "Seremos inseparables. Imagina todo lo que podríamos lograr juntos".
Geovanni sentía una mezcla de repulsión y fascinación. Fredy pintaba un cuadro tentador, un mundo donde él sería poderoso y respetado. Pero algo en el fondo de su corazón le decía que estaba equivocado.
De repente, recordó una conversación que había tenido con su abuela cuando era niño. Le había hablado sobre la importancia de la honestidad y la lealtad. "Nunca confíes en alguien que te hace sentir mal", le había dicho.
En ese momento, Geovanni se dio cuenta de que Fredy no era más que un manipulador, alguien que se aprovechaba de los demás para conseguir sus propios fines. La ira lo invadió, y se levantó de un salto.
"¡Basta!", gritó Geovanni, su voz resonando en la noche. "Ya no te creo".
Fredy se sorprendió. No esperaba esa reacción. "¡Qué estás diciendo!", exclamó, fingiendo indignación. "Solo quiero ayudarte".
"Ayudarme a convertirme en alguien que no soy", respondió Geovanni con firmeza. "Ya no jugaré más a tus juegos".
Fredy se enfureció. "Crees que puedes escapar de mí?", dijo, acercándose amenazadoramente. "Nadie se burla de mí y se sale con la suya".
Geovanni retrocedió, sintiendo el miedo paralizar sus piernas. Pero en ese momento, recordó a Orange y el amor que sentía por él. Sabía que tenía que ser fuerte.
"No tengo miedo de ti, Fredy", dijo con voz temblorosa. "Y no permitiré que me manipules más".
Fredy se abalanzó sobre él, pero Geovanni logró esquivarlo. Comenzaron a forcejear, rodando por el suelo. La lucha era intensa, y ambos estaban cubiertos de tierra y arañazos.
De repente, Geovanni sintió un dolor agudo en el brazo. Fredy lo había mordido. La adrenalina lo impulsó a seguir luchando, y finalmente logró liberarse del agarre de Fredy.
Cojeando, Geovanni se levantó y se alejó corriendo de la barranca. Fredy lo siguió, gritando insultos y amenazas. Pero Geovanni no se detuvo. Corrió hasta que estuvo seguro de que Fredy no lo seguía.
Al llegar a su casa, Geovanni se encerró en su habitación y se derrumbó en la cama. Estaba agotado, tanto física como emocionalmente. Pero también se sentía aliviado. Había enfrentado sus miedos y había salido victorioso.
Sin embargo, sabía que la batalla aún no había terminado. Fredy no se rendiría fácilmente. Y aunque había logrado escapar de sus garras, las consecuencias de sus acciones aún estaban por verse.
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