Liana, una joven que descubre que es la última descendiente de una antigua línea de guardianes de ángeles. Su vida cambia drásticamente cuando una serie de misteriosos eventos la lleva a ser reclutada por una organización secreta encargada de mantener el equilibrio entre los mundos humanos y celestiales.
A medida que Liana profundiza en su nuevo rol, comienza a desentrañar secretos oscuros sobre su familia y la verdadera naturaleza de su poder. Un ángel caído, caudillo de una rebelión celestial, amenaza con desatar el caos en ambos mundos, y Liana debe enfrentarse a él antes de que sea demasiado tarde.
Mientras navega por traiciones, alianzas inesperadas y su propio conflicto interno, Liana descubre que nada es lo que parece. Cada revelación acerca de su pasado revela un nuevo giro en la trama, desafiando sus creencias y forzándola a confrontar la verdad sobre su identidad y el destino que le espera.b
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Capitulo 6: Los Secretos Del Pasado
El aire en la caverna era pesado, cargado de humedad y misterio. Las paredes de roca, frías al tacto, parecían murmurar viejas historias que solo los elegidos podían escuchar. Liana avanzaba lentamente, cada paso resonando en el vacío, mientras sus pensamientos giraban en torno a lo que acababa de descubrir. El poder que había desatado en el bosque no solo despertó algo en ella, sino que también abrió puertas hacia un pasado que siempre había estado velado.
La caverna estaba oscura, pero el colgante de Liana emitía un leve resplandor, guiándola hacia lo que sentía era su próximo destino. Este lugar, escondido en lo profundo de las montañas, había sido mencionado solo en susurros por los más ancianos de la Orden. Un lugar donde los secretos de los Guardianes eran guardados, lejos de los ojos del mundo.
Cada paso que daba parecía acercarla más a la verdad, pero también a un abismo de incertidumbre. Los ecos del pasado la rodeaban, como sombras invisibles que le susurraban advertencias. Liana sabía que lo que encontraría aquí podría cambiarlo todo, pero la necesidad de respuestas era más fuerte que el miedo.
Finalmente, el pasillo se abrió en una cámara más amplia. El suelo estaba cubierto de símbolos antiguos, tallados en la piedra con una precisión que parecía imposible. En el centro de la sala, un altar de roca se alzaba, y sobre él, un libro antiguo, cubierto de polvo y atado con cadenas doradas.
Liana sintió un escalofrío recorrer su columna al acercarse. Sabía que este libro contenía las respuestas que buscaba, pero también sabía que esas respuestas podrían ser más de lo que estaba preparada para manejar.
—Este es el Libro de los Orígenes —una voz resonó detrás de ella, haciendo que Liana se girara bruscamente.
Eryon estaba allí, sus ojos brillando con una mezcla de preocupación y determinación. No había mencionado nada sobre seguirla, pero su presencia aquí solo confirmaba la importancia de lo que Liana estaba a punto de descubrir.
—No deberías estar aquí, Liana —dijo Eryon, su voz cargada de gravedad—. Este lugar... estos secretos... fueron sellados por una razón. Algunos conocimientos están destinados a permanecer ocultos.
—Pero yo necesito saber —respondió Liana, su voz firme, aunque el temor latía en su pecho—. No puedo seguir adelante sin entender lo que soy y de dónde vengo.
Eryon la miró en silencio durante un largo momento, antes de suspirar y asentir levemente. Se acercó al altar y con un gesto de su mano, las cadenas que ataban el libro se soltaron, cayendo al suelo con un sonido metálico.
—Este libro contiene la historia de los primeros Guardianes —explicó Eryon mientras abría el volumen con cuidado—. Y también el origen de tu linaje, Liana. Lo que está escrito aquí no solo es historia; es tu herencia.
Las páginas, amarillentas por el tiempo, se desplegaron ante ellos, revelando un texto escrito en un idioma antiguo. Liana no podía leer las palabras, pero las imágenes que acompañaban el texto hablaban por sí solas. Eran escenas de guerras, de alianzas rotas, y de un poder tan vasto que parecía incontenible.
—Hace siglos —continuó Eryon, sus ojos fijos en una de las ilustraciones—, hubo un Guardian que decidió desafiar las reglas. No quería que el conocimiento de los cielos estuviera limitado a unos pocos. Creía que la humanidad debía compartir el poder de los ángeles. Pero su ambición lo llevó por un camino oscuro. Fue corrompido por las sombras y traicionó a su propia orden.
Liana sintió un nudo en el estómago. Algo en la historia resonaba dentro de ella, como si las palabras de Eryon estuvieran desenterrando memorias olvidadas.
—Ese Guardian era un antepasado tuyo —dijo Eryon finalmente, levantando la mirada para encontrar la de Liana—. Y tú llevas su poder dentro de ti. El mismo poder que casi destruyó todo lo que los Guardianes habían construido.
Liana retrocedió un paso, el peso de la revelación aplastándola. Había sentido algo oscuro dentro de ella, algo que siempre había tratado de ignorar, pero ahora sabía que era parte de su herencia. Una herencia que la vinculaba con la traición y la oscuridad.
—Pero no todo está perdido —dijo Eryon, su voz suavizándose—. Tienes la oportunidad de redimir ese legado. De usar ese poder para el bien. Pero primero, debes aceptar quién eres realmente.
Liana cerró los ojos, dejando que las palabras de Eryon la envolvieran. Su mente volvía a los recuerdos de su infancia, a los momentos en los que había sentido que era diferente, a la sensación de que algo en ella estaba fuera de lugar. Ahora sabía por qué. Era descendiente de un Guardian caído, de alguien que había desafiado las reglas y pagado el precio.
Abrió los ojos, con una nueva determinación brillando en ellos.
—Acepto mi legado —dijo, su voz firme—. No puedo cambiar lo que soy, pero puedo elegir cómo usar mi poder.
Eryon asintió, un atisbo de orgullo en su mirada.
—Entonces, prepárate, Liana. Porque el pasado que acabas de desenterrar es solo el comienzo. Los secretos de tu linaje son vastos, y no todos estarán dispuestos a dejar que los descubras sin luchar.
Liana asintió, sintiendo el peso de sus palabras. Sabía que el camino por delante sería peligroso, lleno de obstáculos y enemigos. Pero también sabía que no estaba sola. Con Eryon a su lado, y el poder de sus antepasados en sus venas, estaba lista para enfrentar cualquier cosa que viniera.
Juntos, abandonaron la caverna, dejando atrás los secretos del pasado, pero llevando consigo la promesa de un futuro incierto y la esperanza de que, a pesar de todo, podría forjar un nuevo destino para su linaje.