Tu indiferencia me hizo fuerte. Siempre te dije la verdad y no me creíste. Ahora que lo sabes es tarde, no vengas a pedir una oportunidad porque no la habrá. Los papeles se han invertido, ahora yo soy la indiferente, la poderosa. Ya no soy más LA HIJA DEL JARDINERO
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CAPÍTULO SEXTO
Todavía recuerdo como si fuera ayer, dos episodios donde empecé a ver mi fuerza interior sobresalir. Uno sucedió cuando un grupo de los nuevos universitarios organizó una fiesta en una discoteca recién inaugurada.
Kevin, Lukas y yo decidimos asistir. Hacía tanto tiempo que no nos divertiamos de esa manera. Lukas llevó una chica que le gustaba y Kevin y yo permanecimos la mayor parte del tiempo juntos.
LUKAS
Luego de unos tragos y de haber bailado tanto, buscamos una silla cómoda para descansar. Kevin me tomó de las manos y me dijo. - qué lástima que no hayas puesto tus ojos en mi Sabrina. Siempre he estado enamorado de ti, pero estoy más que convencido que no soy yo el amor de tu vida. Por eso no voy un paso más adelante.
-Mi hermoso Kevin, y tú no sabes cuánto me hubiera gustado que fueses tú el elegido por mi corazón. Pero en esas cosas no se manda. También te he querido siempre cariño, pero como se quiere a un hermano muy querido.
Lastimosamente no soy correspondida por el hombre que mi corazón eligió y que tú conoces muy bien, pero estoy segura Kevin, que algún día encontrarás la persona indicada y te va a adorar porque eres maravilloso.
Cuando estoy abrazando a Kevin sentí la chillona voz de Alice a mi lado diciendo que yo no había perdido el tiempo. Que yo tanto coqueteaba con uno como con el otro hermano, que no era tonta, que si no había caído David, parece que había caído Kevin.
Me paré de la silla para responder, pero fue Kevin quien le dijo:
—Y si es así cuál es el problema? Ojalá Alice, escúchame bien, ojalá ella me amara como la amo yo. Movería cielo y tierra para que ella fuera feliz, daría hasta lo que no tengo para verla sonreír siempre. Y tú BASTA DE ESTARLA MOLESTANDO, anda a buscar al cretino de David que es el único ciego que no ve la clase de persona que realmente eres.
Algún día, cuando él se de cuenta de su error te odiará y espero que cuando eso suceda, no sea demasiado tarde para él. Vamos a casa Sabrina, ya no me gusta esta fiesta. Dejaron entrar gente indeseable.
Kevin me abrazó por la cintura y salimos de aquella discoteca felices y riendo como un par de hermanos que acaban de hacer una travesura. La cara de Alice se había transformado en una máscara de amargura e impotencia.
El segundo episodio sucedió en el club más importante de Londres. Lukas me había invitado a un partido de tenis. Su padre, el Sr George, me había ofrecido la oportunidad de ser una de las socias mayoritarias del club, pero como casi no tengo tiempo para estas actividades, lo había rechazado.
Estábamos por terminar el juego cuando sentí la chillona voz de la dra Margot, madre de David. Estaba junto a la otra desocupada su hija Susan.
Le preguntaron con indignación a Lukas cómo era posible que él estuviera con una arribista como yo en ese club. Él con mucho respeto les indicó que debido a que su padre era un socio mayoritario podía invitar a quien él quisiera.
No suficiente con eso, llamaron a uno de los administradores para que me invitara a salir del club. Mientras ellas vociferaban toda clase de insultos, Lukas llamó a su padre quien estaba bastante cerca.
Yo no presté más atención a las dos mujeres y seguí jugando con Lukas. Cuando llegó el sr George y le explicaron lo sucedido y él entendiendo perfectamente la situación, me llamó aparte. Ellas se frotaron las manos en señal de Victoria. El me dijo:
—Tú las quieres echar de acá y no permitirles más nunca la entrada?
—Me encantaría..
—Sabrina recuerda que si te haces ahorita mismo socia mayoritaria de este club, poseerias un paquete de acciones lo suficientemente representativo como para influir con tu voto en las decisiones sociales y, en base a ello, puedes ejercer el control sobre a quienes se les puede negar o aprobar el derecho de admisión. Qué me dices?
—Soy tu socia mayoritaria sr George. Hablaremos de cifras cuando termine mi juego con tu hijo.
—Jajajajajajaja Bienvenida. Ve y ejerce tu derecho de admisión. Feliz tarde a todos!
Me acerqué a ellas con mucha firmeza y les dije:
—Respetada dra Margot, señorita Susana, amablemente las invito a dejar las instalaciones de este club inmediatamente y les informo que nunca más serán bienvenidas. No tienen derecho a volver a gozar de estas hermosas y elegantes instalaciones.
Ellas se me lanzaron encima para agredirme, pero de inmediato el personal de seguridad las detuvo. Con la misma, las arrastraron hacia la salida. El administrador se acercó y les explicó que yo también era una socia mayoritaria del club y que tenía todo el derecho de expulsarlas de por vida. El personal de la portería tomó fotos y grabó videos para dejar un precedente.
Luego de un par de horas regresé a mi casita. Mi padre muy asustado y sin entender la situación, me dijo que debía ir a la mansión a explicar algo muy grave que yo había hecho.
—No te preocupes padre. Lo tomé de la mano y fuimos a la mansión. Cuando abrieron la puerta vi el temor en los ojos de la servidumbre, la risa irónica del Dr Peter y de Kevin. La mirada fulminante de David y la rabia en los ojos de las dos mujeres.
Ellas gritaban y no se les entendía nada. El Dr Peter impuso el orden. —Sabrina por favor, quieres explicarnos qué fue lo que pasó hoy en el club?
Dr Peter, disculpe, si ellas ya lo dijeron, por qué yo debo dar más explicaciones? No tengo nada que agregar. Y sinceramente me siento muy cansada.
Kevin de inmediato me apoyó, pero las mujeres seguían gritando exigiendome disculpas. Yo debía interferir para que ellas pudieran volver al club. Les dije que yo no era nadie, solo la hija del jardinero, por lo tanto nada se podía hacer.
Luego de más gritos si sentido, el Dr Peter nos permitió ir a descansar. Mi padre me dijo que a él si le debía explicar qué fue lo que realmente pasó. Si padre, le dije, mañana con mucho gusto, por hoy solo quiero darme una ducha e irme a dormir.
Cuando salí de la ducha mi padre dormía profundamente, busqué mi short cachetero y mi top y cuando me disponía a lanzarme sobre la cama, sonó el timbre. Abrí la puerta y vi a David.
Sin darme tiempo a reaccionar, me agarró de un brazo y me llevó a una parte oscura del jardín. Allí me acorraló contra una pared y muy cerca de mi cara me preguntó con furia qué era lo que me proponía.
—No te entiendo David
—Dime Sabrina, te estás acostando con Lukas y con Kevin al mismo tiempo, también con el sr George? Cómo es que consigues que un tipo como él expulse del estúpido club a una dra tan distinguida como mi madre? Habla Sabrina, quiero escucharte...
—No te debo ninguna explicación...
David me agarró la cara y puso la suya muy cerca. Sentía su cálida respiración hasta en mi cuello.
—Cómo le haces para que Kevin a quien no le importa su familia, viva y respire solo por ti. Y el Nerd Lukas viva detrás de tu falda todo el tiempo. Has mejorado notablemente tu manera de vestir, ahora eres muy elegante, casi no estás en la casa. Dónde te la pasas metida ah? DIME.... Qué escondes Sabrina, habla, habla...
—Lo que yo haga con mi vida, dónde me la paso, no es tu problema David. Suéltame...
—No te suelto hasta que hables..
David me apretaba cada vez más con su cuerpo contra la pared. Empecé a forcejear para liberarme, pero de un momento a otro empezó a besarme con desesperación. Yo lo empujaba y quería quitármelo de encima, pero me era imposible.
—Te vistes así desde aquella vez para provocarme Sabrina?
—No, suéltame estúpido..
—Kevin te hace el amor como yo te lo hice Sabrina?
—Suéltame, suéltame..
—Trataste así a mi madre porque nunca volví para hacerte el amor otra vez, responde... Yo sé que te gustó, acaso no crees que no me di cuenta como te estremeciste en mis brazos Sabrina. Cuando lo quieras volver a repetir solo me lo haces saber y yo vengo. Lo único que te pido es que me esperes así vestida como estas hoy, como lo estabas aquella vez. No quieres ah?
David subió mi top y empezó a besarme los senos..
—Cretino, suéltame. Voy a gritar si no me sueltas y entonces les diré a todos que me violaste cuando solo tenía 17 años, suéltame...
—No quieres que te vuelva a hacer mía Sabrina, anda di que si. Yo estoy disponible, mira cómo estoy..
Con toda mi fuerza lo abofetie y lo lance al piso y salí corriendo. Al entrar en mi casita cerré con llave la puerta y me alegre mucho que mi padre no se haya despertado.
Idiota David, desgraciado eres un idiota, idiota, idiota.