4 jóvenes mexicanos emprenden un viaje a un municipio de Alemania en busca de nuevas aventuras, paisajes nuevos para capturar y experiencias para contar, lo que no imaginaban era vivir una una aventura que jamás olvidarían, para su mala suerte será en un mundo completamente desconocido lleno de criaturas gigantes y plantas inimaginables que los acecharán,en este nuevo mundo tendrán que luchar por mantenerse a salvo entre tantos peligros y encontrar la manera de volver a casa.
¿Lograrán Sobrevivir?
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Capitulo 4
Miedo y desesperación, dos emociones que sentían todos en ese momento, no sabían que hacer en esa situación, sus mentes estaban en un momento de shock, de incredulidad, como era posible eso, ahora venían los reclamos.
—¡Ahora que vamos a hacer!, ¿moriremos aquí?— reclamo Alicia, llorando sentada sobre una roca.
—Cálmate beby, encontraremos como salir— trataba de tranquilizarla Gabriel, aunque no tenía nada de esperanza en salir de ese lugar.
—Iré a ver si ya la bestia se fue— hablo Winder, seguido por Renata.
—Espera aquí con Alicia, bebé. Yo iré con Gabriel.— hablo Winder, en busca de una solución
—Beby, si muero, quiero decirte que... ¡Te amo!— Confesó Gabriel bien dramático, aunque eso emociono a Alicia.
—No seas estúpido, Gabriel, saldremos con vida de aquí— reclamo Renata, abrazando a Alicia, que seguía llorando como Magdalena, pero con el corazón acelerado.
A pasos lentos se acercaron a la salida de la cueva, buscando al gran animal que no los dejo salir, sus pasos estaban acompañados al ritmo que latían sus corazones, Gabriel se detuvo al escuchar el sonido de la bestia y en enseguida salieron corriendo a donde estaban las chicas, quienes ya estaban asustadas al verlos correr como locos.
—¡Viene para adentro, busquemos donde escondernos!— exclamó Winder, ayudando a Renata. Gabriel hacia lo mismo con Alicia.
Winder fue inteligente y busco hacia la salida, confiando que la vestía iría a dormir en lo más profundo de la cueva. Haciendo el esfuerzo de no hacer ruido, hasta ver pasar ese gigante animal, que se daba su tiempo.
Gabriel tapaba la boca de Alicia, para que no hiciera ruido, así evitar ser la comida de él. Un par de minutos pasaron, y el corazón de todos aún seguía latiendo a mil. Sentía la respiración de esa vestía cerca de ellos, su lentitud los tenía muy nervioso, su respiración dificultosa y aterradora.
—Cuando cuente tres, salimos corriendo— susurró Winder muy bajito.
Todos asintieron asustados. No pasó mucho tiempo cuando ya Winder dio el conteo, todos salieron corriendo como si el mundo se los fuera a tragar, jamas en aua vidas habían sentido tantas ganas de correr.
Al salir de esa cueva, quedaron sorprendidos del paisaje que se podía apreciar, animales extremadamente inmensos, aterradores. Pasaban, por un lado, de ellos, clara evidencia de que no los podían ver de lo grande que eran, ellos solo trataban de estar lo mas ocultos posible.
El espíritu aventurero que tenía Renata desapareció, ahora estaba uno de miedo y deseo de volver a casa, ese lugar no era lo que ella buscaba.
—Quiero ir a casa, amor— susurró Renata a Winder, asustada.
—¡Yo les dije que regresáramos, ahora estamos en un lugar totalmente extraño, moriremos aquí!— Exclamó Alicia molesta y asustada.
—Ahora, si moriré, no hay esperanza de salir de aquí— comentó Gabriel, derrotado.
—¡Pueden Callarse, déjenme pensar!— reclamo Winder, tratando de buscar la salida.
Los minutos pasaban y ellos seguían escondidos en unas plantas, pensando en cómo entrar nuevamente a la cueva y buscar el portal que los llevo a ese mundo, pero no era tan facil, no lograban ver una solución.
La mirada de winder se posó en la pirámide que se aprecia cerca, pero estaba a varios kilómetros de distancia, recordó esas películas donde la salida estaba en otro lugar, muy diferente al inicio.
—¿Y si el portal está en otro lugar?— Hablo Winder señalando con la mirada la pirámide, los tres compañeros giraron sus cabezas y quedaron asombrados.
—¿Crees que ese portal está en esa especie de pirámide?, ¿Sabes lo lejos que puede estar?— Recalcó Alicia, por muy cerca que se apreciaba, no era así.
—Se ve cerca— Dijo Renata con un gesto de no estar tan segura.
—Y no lo está, para llegar allá, tal vez haya ríos, animales salvajes, Podemos morir antes de llegar— explicó muy claro, Alicia, en un tono molesto y desesperado.
—No tenemos opción, debemos buscar la salida— Dejo claro Winder, no estaba dispuesto a morir ahi, solo viendo a los lados.
Gabriel se sentó con las manos en la cabeza. Renata abrazó a su novio con los ojos aguados, mientras Alicia se quedó viéndo por unos segundos.
—Si salimos, juro no volver a caer en sus locuras— Aseguro Alicia, sentándose junto a Gabriel. Ninguno fue capaz de decir algo, ni ellos estaban preparados para tanta adrenalina junta, no sabían que los sorprendería más adelante.