Hay un justo momento en la Vida, que se cruzan los caminos, de dos personas destinadas a estar juntas, cual es la fuerza que los atrae, quién los une? se han preguntado porque solo con una mirada, se revoluciona todo, nuestro ser sin pensar objetivamente. Estará dispuesto Fernando Cáceres permitirse vivir esto que está sintiendo o seguir con su vida. como si nada hubiese pasado.
Fernando tendrá que Permitir el nuevo amor de su Madre Emma.
Emma, dejara atrás los prejuicios, y se entregara al amor. A que edad se deja de sentir.
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Capítulo 6 La mudanza
Emma: Estoy en el jardín, es un día hermoso, estoy tan feliz con la llegada de Sofía; me ha hecho reflexionar.
Que debo realizar actividades que me gusten…
Hemos ido hasta al cine; se me había olvidado cómo era.
Conocí Netflix, pasé horas viendo las series, y comenzamos a hacer caminatas diarias en la mañana.
Me siento muy bien física y emocionalmente; esta chica es un regalo de Dios.
Sofía, ayúdame, aquí con estas plantas.
Estamos entretenidas arreglando jardín. De repente escuchamos como un sonido fuerte.
Me dirijo a la entrada principal, y para mi asombro veo a mi hijo Fernando, ordenándole a unos hombres que baje unas cajas de un camión.
Emma: Fernando, qué es todo esto.
Fernando: Nada, mamá; solo vine a pasar un tiempo contigo.
Emma: ¿cómo y eso por qué?
Hijo, tú adoras tu independencia, y yo también la mía.
Tenías que haber preguntado. No podías tomar una decisión que afecte mi vida sin decírmelo.
Fernando: No puedo creer lo que me dices, madre; siempre me decía que no te prestaba atención; ahora que quiero acompañarte, te molestas.
Además, no creo que tenga que pedir permiso para volver a la casa de mis padres. Madre, en dos semanas has cambiado tanto, por eso estoy aquí, tengo que ver de cerca qué está pasando.
Emma: Jovencito, me había tardado mucho en darme cuenta de que todavía estoy viva, y hasta que por fin entendí que tienes una vida y yo necesito recuperar la mía, vienes otra vez a la casa. No tengo problema que me visites, pero vivir aquí no.
Tienes que consultarme; en tu empresa mandas tú, pero aquí mando yo.
Fernando: Madre, desconozco qué ha pasado contigo. Ahora estoy más preocupado que antes. Parece que tuviesen lavado el cerebro. No puedo creer que me hables así.
Fernando: No me llamas. A veces no me atiendes las llamadas.
Emma: porque estoy ocupada, solo te estoy dando el mismo trato que me dabas a mí, y ahora entiendo que te agobiaba. Discúlpame, se me olvidó que tengo una vida todavía.
Quiero viajar, quiero sentirme viva, no es cuestión de buscar una pareja, ni nada de eso. Es encontrarme otra vez a mí.
Fernando: Será que vamos al psicólogo.
Emma: Qué psicólogo, nada, por favor, Fernando, lo que tengo que darte unas buenas nalgadas. Creo que te hicieron falta. No entiendo por qué te molesta que me sienta mejor física y emocionalmente.
Fernando: Bueno, madre, permite por lo menos quedarme un tiempo; no voy a interferir en tu vida, por favor, solo es para estar tranquilo.
Permíteme eso solamente.
Emma: si lo hubieses sabido antes, te reaccionarías así; por un poco de indiferencia, no hubiese pasado tanto tiempo sola.
Bueno, haz lo que quieras. Lo único que te digo es que no nos molestes a ninguna de las dos, ni a Sofía ni a mí.
Emma: Porque sé que esto es por Sofía, no entiendo qué tienes con esa pobre muchacha, que lo único que ha hecho desde que llegó es ayudarme.
Fernando: las palabras de mi madre me sorprendieron; estoy preocupado cómo ha cambiado en tan poco tiempo.
Parece que le molestará tenerme cerca, pero me salí con la mía y me quedé.
Mi madre, furiosa, salió al jardín. No veo por ninguna parte a Sofía, mejor así.
Subimos toda la habitación, llamó a una de las chicas, para que limpie y ordene todas mis cosas.
Me retiro, voy a la oficina, luego volveré.
Sofía: La señora Emma llega, echa una furia, ¿qué le pasa? ¿Por qué está así?, tan alterada qué ha pasado.
Emma: Es mi hijo, se vino a vivir acá, pero no te preocupes, ya le dejé bien claro que no nos moleste.
Sofía: Casi me muero cuando la señora Emma me dijo que su hijo se vino a vivir para acá. Esto no puede ser, porque Dios mío, si todo estaba marchando excelente. Esto se complica cada día más; no entiendo qué le pasa a ese hombre, porque ahora se viene para acá. Cuando tengo entendido que ni siquiera venía a la casa.
¿Será por mí?
Ay Sofía, No seas tonta, es lo que quieres vigilar te. Tiene una idea loca con la que quieres embaucar a su madre.
Bueno, trataré de evitar lo más que pueda; menos mal, es un hombre muy ocupado y creo que va a llegar muy tarde y se irá temprano; casi no nos veremos.
NARRADOR
Sofía y Fernando no se imaginan lo que viene, una lucha. Que ya comenzó, veremos cómo se desarrolla, y quién será más fuerte.