Estefanía es una chica de 21 años la cual pierde la memoria, será el culpable de su perdida de memoria el chico que no sale de su cabeza.
Estefanía está cansada de soñar con escenas eróticas y al final descubre que eran ciertas así como también eran ciertos los sueños donde sus padres la maltrataban.
¿seran ciertos los sueños de Estefanía o solo está viviendo una realidad alterna?
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Marcos me da un beso
Llegando a mi nueva empresa le dejé las llaves al portero y me subo al elevador, cuando llegó al piso superior escuchó gritos de hombre todo grosero hacia sus empleados.
Marcos: ¿A quién le vendió las acciones ese maldito? ¿Quien puede ser más estúpido que el para meterse conmigo? ¿Quién fue el que compró el 70% de las acciones de mi empresa? Ese imbécil Ni siquiera se molestaba en aparecer por aquí y nunca quiso devolverme las acciones por eso nunca puse pretexto alguno, Pero ahora el nuevo dueño desconocido porque el muy imbécil ni siquiera fue capaz de dar la cara exige estar presente en cada paso que de mi empresa por qué les repito es mi empresa.
Yo me acerque al tipo que no paraba de gritar con una sonrisa de lado y conteste.
Estefanía: Fui yo, ¿Hay algún problema con eso?
Marcos: ¿Estefanía?
Estefanía: No veo la necesidad de gritarle a tus trabajadores, ellos no tienen la culpa de tus problemas.
Marcos: ¿Qué haces aquí?
Estefanía: Yo puedo estar donde a mi se me apetezca señor…
Marcos: Marcos, esto no puede ser cierto.
Estefanía: Un gusto.
Marcos: Necesito que tengamos una conversación, puedes verlo como una reunión entre dos jefes, te espero en mi despacho.
Yo me dirigí a su despacho y sin haber cerrado muy bien la puerta ciento que ese hombre se está acercando mucho hacia mi y lo esquivo dejándolo atrás con un comportamiento irritante mientras tomo asiento.
Marcos: ¿Qué te sucede Estefanía?
Estefanía: Aquí quien debe responder es usted señor Marcos que le hizo creer que tenía el derecho de besarme.
El señor Marcos dijo con mucho orgullo y altitud que tenía todo el derecho ya que yo era su esposa.
Estefanía: Está usted equivocado.
Marcos: (Sacando unos papeles de su escritorio) Esto dice todo lo contrario.
Yo leí parte del acta de matrimonio que me había acercado y no supe qué decir.
Marcos: Tu eres mía y yo puedo besarte si así lo deseo.
Estefanía: ¿Puedo hablarle de tú?
Marcos: no tienes que preguntarlo
Estefanía: Mira Marcos, a mí me da igual lo que digan estos papeles, solo te pido que mantengas lo profesional exactamente bajo la línea que te corresponde, tu no eres nadie para mí y nunca lo serás, así que no confundas las cosas, ahora con permiso, tengo algunos asuntos que atender.
Cuando estuve por abrir la puerta Marcos me agarró por la cintura y me robó un beso apasionado el cual correspondi por los primeros tres segundos y luego le respondí con una fuerte cachetada .
Estefanía: No se confunda, si en un pasado cometí el gran error de meterme con un hombre tan machista como lo es usted no lo volveré a cometer en el presente, usted no sabría cuánto le agradezco a Dios haberme borrado la memoria.
Marcos: parece que la pérdida de memoria también te hizo olvidar que ya estoy acostumbrado a tus cachetadas, ¿Te acuerdas cuando fingimos las peleas delante de tus padres y yo te pedía que no me pagarás tan duro, pero tú aprovechabas la oportunidad?
Estefanía: Eres un idiota.
Yo salí de su despacho totalmente roja de ira, o ¿era de vergüenza?