Novela de fantasía que relata las discriminaciones, el renacer. Las intrigas por la supremacía del poder. El triunfo del bien sobre el mal. Pero, sobre todo, la aceptación de uno mismo. ¿Encontrará Irina, la felicidad en su segunda oportunidad de vida, con un Dragón? ¿La Diosa podrá salvar a la humanidad de los demoníacos Morlos?
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Capitulo 13
Liberan de las cadenas a Irina, dejándola dormir en la piedra de maná, hasta que despierte por su propia cuenta, no pueden acelerar el proceso, tiene que estabilizar el mana de su brazo derecho, pasan dos días, y es cuando finalmente, despierta.
A su lado está el Sacerdote Andrei:
-Princesa, ya pudo despertar, avisaré al Sumo Sacerdote- está emocionado.
-¡No, por favor espere! ¿Fue exitoso el ritual de liberación?- pregunta, sintiendo calor en su brazo derecho, ya no siente dolor, cree ver más delgado un brazo, que el otro, aunque la diferencia es muy sutil, eso solo lo nota ella, su aspecto para los demás, solo cambiará, cuando se liberen en su totalidad los 7 sellos.
-Sí, fue exitoso, la Diosa escuchó los ruegos de los 7 Sacerdotes, ahora tendrás que aprender a controlar ese brazo- lo señala.
- ¿Cuánto tiempo debe pasar para qué liberen el otro sello el de mi brazo izquierdo?- pregunta ella.
-Eso va a depender, del tiempo que ocupes en aprender a manejar ese poder, poco a poco, cuando lo domines, liberaran el otro sello, pero eso no será tan rápido, pueden pasar meses- responde el Sacerdote Andrei.
-Entonces, si eso depende de mí, trabajaré día y noche para conseguirlo lo más pronto posible - responde Irina, como una promesa para ella misma.
Luego de ese día, Irina es llevada a su dormitorio, consideran que debe pasar al menos una semana, para que ella intente usar ese brazo.
Era de noche, había perdido dos dias de clases teóricas, se dirige a la azotea del extremo Sur de la torre, para leer su libro de magia para el fuegocontrol. Alguien había comentado que es el sitio donde siempre está Gareth, y que nadie puede ir allí. Como era de noche, quería practicar y sobre todo ver si puede encontrarse a solas con Gareth. Así que solo se limitó a leer, esperando la llegada de él, no tuvo que esperar mucho tiempo.
Gareth la mira desconcertado, cuando ve que ella está sentada allí, en su lugar personal, además lo está ignorando, como si él no se encontrara cerca de ella. Él le habla contrariado:
- ¿Sabes qué este es mi sitio de lectura y que nadie tiene derecho a venir aquí? ¿Verdad?- pregunta, estudiando su actitud.
-¿Perdón? ¿Dónde dice eso? ¿Está escrito en alguna parte?- se levanta y burlonamente mira cada muro, como buscando algo.
-Ya veo que no aparece tu nombre escrito por ninguna parte. Lo siento, es de uso público, y también quiero leer a solas, así que no molestes, que yo no te estaré molestando a ti- se vuelve a sentar en el piso, recostada del muro, ignorándolo a propósito.
- ¡Eres muy insolente! ¿Sabías?- enciende una esfera de flama azul con su mano, amenazadora.
- ¡No más que tú!- responde Irina
Ella se levanta, de suerte por orden de los sacerdotes, permanece con su traje protector, debajo de la túnica. Sus ojos verdes se hacen rojos como los de él. Estira su brazo y enciende toda su mano, luego se extiende al resto del brazo.
-¡No hagas eso, vas a agotar tu maná!- le grita Gareth, ella cambia totalmente y sus ojos vuelven a hacerse verdes, pero va cayendo sin fuerzas en el piso, Gareth, duda pero por instinto, la sostiene antes de que caiga. Y la carga entre sus brazos, siente una extraña sensación, ella no le provoca dolor, ni adversión, como las demas chicas. Siente una inmensa alegría, su pecho se calienta de la emoción, la mujer que veía en sus sueños si era ella, la mujer que no le provocaba dolor al tocarla.
-¡Torpe, todavía no conoces las consecuencias de desbordar el maná!- susurra con una media sonrisa de satisfacción, encontró a su mujer predestinada.
Era de noche, así que la lleva hasta su habitación, la acuesta en la cama, busca agua, y la medio incorpora, para ofrecerle, el vital liquido. Él tenía una maldición infligida por orden del Emperador Pavel, para evitar que se acercara a las mujeres y tuviera descendencia. Pero, no sentía ese rechazo hacia Irina, ella le provocaba calidez...
-Vamos bebe, debes equilibrar tu temperatura interior - ella poco a poco toma el agua.
-¿Te sientes mejor?- le pregunta
Con voz suave. Ella asiente, lo mira y le pregunta:
-¿Cómo llegué hasta aquí?-
-Torpona, te traje yo. Usaste demasiado maná y te desmayaste, eso nunca más lo vuelvas a hacer- la reprende, mirándola con especial afecto.
-Gracias, por traerme, pensé que me atacarías, por eso lo hice sin pensarlo-
-Fue mi culpa, es verdad, solo quería asustarte, no te iba a atacar, disculpame, puedes usar el espacio para leer ciando gustes- responde Gareth, fingiendo su frialdad habitual.
-¿Y mi libro? ¿Se quedó allá? ¡Debo buscarlo! - dice nerviosa, tratando de levantarse, con dificultad.
-Espera, aún no te levantes. Yo te lo traigo, se acerca a la ventana y en el barandal se transforma en un dragón negro - ella lo mira con incredulidad <¿Ese majestuoso animal es Gareth?>
Gareth regresa con su libro y luego se transforma en hombre:
-¡Enséñame! ¡Quiero aprender a transformarme!- exclama Irina emocionada.
- Realmente, eres torpe, Torpona, eso lo harás tú sola cuando alcances el fuegocontrol - responde condecendiente Gareth.
-¿Cómo lo sabes? Y no me llames así, me llamo Irina. Oye Gareth, no se si sea el momento adecuado, pero me gustaría proponerte una alianza - Irina no quiere desaprovechar la oportunidad, de hablar a solas con Gareth, sobre el futuro.
-No entiendo. ¿Qué tipo de alianza?- pregunta desconsertado Gareth.
- Por lo que se, el actual Emperador Pável, tu padre, es un corrupto, y tiene favoritismo por Egor, porque se le parece mucho. El futuro del Imperio se presenta muy sombrío, si Egor se llegáse a convertir en Emperador- expresa con cautela Irina.
- No me interesa el trono de Emperador! y no debes decir esas cosas tan libremente, si no quieres que te juzguen como rebelde o traidora- contesta indifetente, Gareth.
- ¿Estás seguro? ¿Y si te dijera que tu madre no murió cuando tú naciste? ¿Qué todos callaron la verdad y fueron cómplices de un cruel y despiadado asesinato?- Irina en su vida pasada, se había encontrado con un diario de una partera de Palacio, que había sido asesinada, la hija de esa mujer, la contactó cuando hizo una visita a una aldea por unos derrumbes tras unas lluvias torrenciales, le entregó el diario de su madre para que hiciera justicia. Sin embargo, al llegar al Palacio ese diario, Larisa se lo había robado, por orden de Egor. Irina tenía una doncella espiándola, que filtraba toda su información.
-¿Cómo puedes saber eso?- Gareth abre los ojos sorprendido.
-Tengo ciertos dones de predicciones y adivinanza. Si aceptas ser mi aliado, te prometo, no solo buscar las pruebas del asesinato de tu madre y entregártelas, sino también entregarte el trono de Emperador, para que puedas vengar su muerte- descaradamente, se aprovecha para aliarse con Gareth. Él se queda un rato en silencio, pensando, finalmente acepta:
- Está bien, seamos aliados, espero no me estés mintiendo-
-Te juro, que no te estoy mintiendo, por favor confía en mi- Irina, toma sus manos entre las suyas, Gareth está encantado de poder tocar sus suaves y cálidas manos, sin sentir dolor ni repulsión. Irina está muy emocionada, nunca pensó que él aceptaría tan rápido.
De pronto, son interrumpidos, el sonido del toque de la puerta, los desconcierta, Gareth le hace señales con el dedo sobre los labios para que haga silencio, en un susurro -¡shhh, no hables!- siguen tocando la puerta insistentemente, así que Gareth se transforma, vuela por la ventana como un dragón negro, despidiéndose de ella.
- ¡Estaremos en contacto, no lo olvides!- Irina asiente, con una gran sonrisa de satisfacción, sus planes, despues de todo, sí se harán realidad, Gareth, bajo la forma de Dragón Negro, se aleja volando.