El Omega Y El Demonio.

El general estaba en su oficina revisando un par de documentos, su asistente le ayudaba, pero este se ha dado cuenta que desde la mañana parece contento y además, cuando se quito la chaqueta, pudo ver que traía una marca en el cuello, lo cual lo hizo llegar a la deducción de que el general tiene una pareja o se reconcilió con el príncipe Riley. Cual sea la razón, solo espera que siga de buen humor por mucho más tiempo. El toque en la puerta le hace salirse de sus pensamientos y da el permiso para que quien sea entre.

Un guardia entro y se dirigió al general, avisando que el príncipe heredero de North ha llegado al palacio. El asistente, George, al escuchar aquella, solo le hizo sentir que la felicidad acabo y es que tenía razón, pues los ojos del general eran los de alguien deseo de cometer un asesinato.

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En la sala del trono, Brady le insiste al rey que le permita una reconciliación con Riley, ambos estuvieron casados por corto tiempo, además de que no pudieron convivir mucho porque aún seguían resolviendo el problema de la guerra, pero ahora que todo esta en paz, Brady asegura que podrán llevarse bien.

— debe tener en cuenta que su hijo es un omega divorciado, ¿que noble querrá casarse con él?¿no es mejor si regresa conmigo?— asegura Brady.

Riley quien escucha tras la puerta, se muestra molesto, vaya descaro de ese hombre al hablar de esa manera, era obvió que esta insinuando que al no ser virgen nadie más lo querrá. Aunque lo que le sorprende es que Brady haya ido a pedir reanudar el matrimonio, pero imagina es así por los cambios que se ha hecho, como la lamentable pérdida de su amante y el hecho de que él siga vivo. Antes que el rey pueda decir algo, entra empujando las puertas con fuerza.

— pues prefiero estar soltero toda mi vida a volver con usted alteza. Es más, primero me lanzó de un acantilado antes de casarme con usted.— asegura con firmeza.

Riley mantiene la cabeza en alto mientras habla, ahora no es el verdadero Riley que agacha la cabeza y deja que decidan por él.

— Riley, aunque no quieras, es tu padre quien decide. Vamos, esta vez no te dejaré solo, mis deberes ya no me llevan tanto tiempo como antes.—

— me lo imagino, porque ese deber fue devorado por un animal salvaje, ¿no? Pobre animal, espero no se haya enfermado.— finge tristeza.

Brady puede notar una actitud totalmente diferente en Riley, esa forma de hablar era muy diferente, no hay nada de cortesía en sus palabras.

— no se de que habla, pero...— voltea hacía el rey.— majestad, piénselo, el príncipe Riley ya no tendrá otra oportunidad de matrimonio. —

— Riley, él tiene razón...pero, alteza, es mi hijo quien decide, yo no puedo obligarlo y enviarlo a sufrir de nuevo...usted fue testigo de las condiciones en las que llego y culpable de que él haya tenido que pasar por tanto.— menciona el rey con molestia.

Porque sabe que Brady no cuido de Riley como había prometido. Brady se sorprende por la respuesta del rey, creyó que aceptaría y a Riley no le quedaría de otra que aceptarlo.

— Riley, intentemos de nuevo.— le ofrece la mano.

— es mejor que busque a otro, mejor soltero por siempre que casarme con un hombre como usted.— Riley mantiene su distancia.

Brady da unos pasos hacía Riley intentando tomar sus manos, pero de un momento a otro una espada apuntaba al pecho de Brady, cuando este se fija bien, quien le apunta es el propio Riley.

— sin mi permiso no me puede tocar y para usted soy alteza, no le he dado derecho a tutearme. Mi respuesta sigue siendo no, no volveré con un hombre como usted.—

Brady parece mirarlo con tristeza, pero eso a Riley no le importa, ese sujeto no se merece ni la más minina oportunidad.

— ya escucho a mi hijo alteza. Además el tratado de paz ya no incluye un matrimonio entre usted y mi hijo, respete su decisión.— pide el rey.

Brady guarda silencio, pero puede notar que Riley le mira con rencor y él mismo sabe que hizo mal al no intentar llevarse bien con Riley desde el inicio y además lo ataco durante su ciclo.

— alteza, espero que pueda darme otra oportunidad, esta vez prometo que haré que funcione.— pide.

Antes de que Riley responda, un par de aplausos resuenan en la sala del trono, todos en ese lugar buscan de donde viene y en un instante dirigen su vista a la ventana del balcón, donde pueden ver a un hombre vestido elegantemente, su cabello era completamente negro adornados por un par de cuernos y sus ojos rojos causaban escalofríos en quien los viera, además de que en su espalda se dejan ver un par de alas negras.

— ahorre sus palabrerías príncipe Brady, su alteza Riley no volverá con usted, yo no lo pienso permitir, Riley, es mío.— se desvanece en un humo rojo.

Pero un instante el humo aparece atrás de Riley y coloca sus manos en los hombros del joven rubio. Riley se había sorprendido cuando le vio en la ventana, pero no demoro en notar que se trataba del general dejando ver su forma de demonio. Hayden se inclina al oído de Riley y observa a Brady.

— anda dulzura, dile, dile que eres mío.—

Brady observa nervioso, esperando que Riley se niegue a esas palabras. Riley por su parte, pellizca la mano del demonio para que la quite de su hombro.

— en realidad no soy tuyo, terroncito de azúcar.— resalta el apodo en venganza por llamarlo dulzura.— más bien, este hombre es mío y no lo votaré por ti.— asegura Riley.

Tiro del cuello de la chaqueta de Hayden y volteo para así morder el cuello del demonio, este se queja porque ha mordido con fuerza. Brady por su parte observa furioso la escena, así que no le queda de otra que retirarse sin aceptar que Riley este prefiriendo a ese monstruo por encima de él.

—¡Riley! ¿Que significa esto? — el rey furioso señala al demonio.

— no es nada padre, solo era para alejar a ese sujeto.— suelta al demonio y se aleja de él.

Riley se acerca a su padre y le sujeta la mano entre las suyas mientras deja salir un fuerte suspiro.

— estaba asustado padre, pensé que dejarías que ese hombre me lleve de nuevo.— Riley deja ver sus ojos llorosos.— yo solo hice lo necesario para evitarlo.

El rey al ver a su hijo a punto de llorar, le corresponde el agarre en las manos y trata de tranquilizarlo.

— jamás lo permitiré mi niño. Aunque él tiene razón, se que nadie querrá casarse contigo y es mi culpa por enviarte con ese hombre, por mi culpa estas destinado a estar solo toda tu vida.— se lamenta el rey.

Riley agacha la mirada y se siente desagradable escuchar que solo porque no es virgen nadie querrá casarse con él, vaya tontería la de ese mundo, ahora entiende lo humillante que debe de ser para una mujer que la traten de ese modo, cuando eso no define lo valiosa que puede ser por ella misma y no por su castidad, y eso mismo es lo que Riley esta pasando, están definiendo su valor por su pureza y no por quien es.

— no se preocupe padre, si un alfa me quiere, me tendrá que amar tal y como soy, y si eso no pasa, entonces seré feliz sin necesidad de un alfa a mi lado.—

— mi niño tan valiente, mereces lo mejor, pequeño.— el rey le sujeta de las mejillas y le deja un beso en la frente.

Tras ese acto, voltea hacía el demonio quien ha sido rodeado por los guardias del palacio. El rey lo observa, él sabe perfectamente quien es.

— general, agradezco que haya ayudado en este momento, pero no quiero que mi hijo sufra, sabe a lo que me refiero.—

— no se preocupe majestad, no haré nada que pueda dañar a su alteza.— Hayden hace una reverencia y se retira de aquella sala.

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