¡Casada Con Un Mafioso! ¡El Contrato!

Hazel

Mientras Dean sale, yo me visto y al darme cuenta de que la puerta ya no está cerrada, salgo del cuarto y bajo la escalera. Miro este lujo, pasillos y habitaciones enormes.

- ¿Para qué una casa enorme? ¡No he visto a nadie aquí todavía! — habló distraída, dando un salto cuando la voz de alguien suena detrás de mí.

- ¡Te acostumbrarás! Normalmente, somos solamente yo y mi prometido aquí, ya que Dean dejó a Gael trabajar desde casa para no dejarme tan solo.

— ¡Tu hermano es un idiota secuestrador! - estrecho los ojos pensando si debo intentar huir, pero me contengo—. Creo que ya sabe que él me sacó de mi casa y me encerró aquí.

— No fue así, ángel mío. Mi hermano tiene varios defectos, pero él no miente. Y me dijo que tus padres te entregaron como pago de una deuda.

—¡Da lo mismo! - yo doy de hombros—. ¿Quién acepta un ser humano como forma de pago?

— Eres la primera mujer que entra aquí como su compañera. Eres la primera relación que va a tener en años. - El hermano de Dean sigue tratando de convencerme de ver algo bueno en esta locura — Usted va a ser la primera y única señora malvada. - Habla demasiado animado para mi gusto - ¿Cuál es su nombre? ¡Me llamo Jordan!

- Me llamo Hazel... Hazel Sinclair. - respondo por educación, aun pensando en cómo huir de aquí.

— Entonces, Hazel, eres afortunada. Pero él no tiene práctica en relación - Jordan divaga, antes de volver a mirarme - Mi hermano ya sufrió un poco en la vida.

— ¡No me enamoraré de él! - Miro a Jordan muy enojado - Lo único que quiero ahora es ir a otro país y olvidar todo lo que me ha pasado en las últimas horas.

— Deja de ser tonta, cuñadita. Puedes tenerlo en la palma de tu mano y estar ahí llorando. —insiste — mujer, tú vas a ser esposa de un mafioso, tú vas a tener derecho a todo lo que es suyo y vas a tener derecho a él. ¿Convengamos que él es un gato y perfecto, eh?

— Para alguien que está acostumbrada a trabajar en un café de siete horas de la mañana hasta las ocho de la noche y limpiar la casa de una señora... ¡Este es un mundo que no me pertenece! — soplón enojado — Mis amigos deben estar preocupados por mí y estoy aquí tratando de recuperar mi vida. Sé que crees que debería disfrutarlo, pero no siento nada por tu hermano, esta no es mi casa y no quiero casarme con él.

- ¿Quieres ver la mansión y cenar conmigo? —Pide sonriente —. Mi novio tuvo que viajar para traer a sus padres que van a pasar la Navidad aquí y ya quedarse para nuestra boda, que, por más que odies, va a ser el mismo día de su después del año nuevo. Espero que no te importe la boda doble, después de todo soy yo quien va a preparar todo.

—¡Va por mí... Realmente no me importa. —Le ofrezco una sonrisa forzada—, pero usted parece ser muy agradable.

- Voy a intentar ayudarte a enamorarte de todo aquí. - Jordan ríe malicioso - y cuando digo todo es todo lo mismo.

- ¿Qué hay para comer? - Trato de desviar el asunto... y Jordan me lleva hasta la cocina.

Decidimos que para mi primera noche en este infierno, palomitas de maíz y brigadier serían una buena opción, y agradecí a los cielos porque, aparentemente, a pesar de tener un hermano que es un demonio, Jordan será una buena compañía.

Comemos, bebemos, vemos películas... Y ya muy tarde decidimos acostarnos, Jordan mostró dónde está su cuarto y dijo que cualquier emergencia puedo ir hasta él.

- Buenas noches, cuñada. - Me abrazas sonriendo y yo giro los ojos.

- Buenas noches, Jordan. - Beso, tu cara y entro en el cuarto, me arroja a la cama enseguida.

Como esperaba, me revuelvo en la cama y no puedo dormir. No sé cuánto tiempo ha pasado, pero cuando finalmente puedo dormir, los pasos ligeros me llaman la atención. Me imagino que estoy durmiendo, hasta que el perfume del diablo invade el ambiente, seguido de su aliento caliente, pegando sus labios a los míos.

- ¿Por qué lo hiciste? ¡Todavía no soy tu esposa! —habló furiosa, empujando la pared de músculos que ni siquiera se mueve—. No puedes entrar aquí así y...

- Quiere decir que después que nos casemos por usted, está bien, nosotros dos...

—¡No! —interrumpo - Eso no es lo que quise decir. Sabes qué, vete de aquí.

— Solo me voy porque tengo que levantarme temprano para trabajar, pero no siempre tendré esta paciencia contigo. Así que cuanto antes te pongas en esa cabecita tuya, más fácil y mejor será.

Se levanta, pero vuelve a subir sobre mi cuerpo, luego sostiene mi cara firmemente y me besa de una manera brutal, dejando mis labios hinchados al mismo tiempo.

- ¡Eso es solamente el comienzo, niña! - Hablas mirándome a los ojos y sales del cuarto enseguida, dejándome asustada y excitada al mismo tiempo.