Dalia es una mujer de carácter fuerte, a sus 23 años ella está dirigiendo la empresa familiar, su abuela que es la persona a la que más respeta le pide que se casé, pues quiere tener nietos. Dalia no está de acuerdo pero para complacerla decide casarse, aunque no será con cualquiera. Debe ser con alguien que ella pueda manejar.
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Capitulo 6
... Dos años después, Dalia regresa del internado. Elíseo la recoge en el aeropuerto y lleva a casa.
— No tenías que venir.
— ¿Todavía me guardas rencor?
— ¿Tú qué piensas?
— Te traje de regreso. Deberías perdonarme.
— Lo pensaré. — Dalia llega a casa y saluda a Maritza. Ambas se abrazan emocionadas.
— Te extrañé.
— Yo también. ¿Cómo estás?
— Bien.
— ¿Ese animal te trata bien? — Maritza asiente. — ¿Estás segura? — Ella nuevamente asiente. Aunque Dalia no la ve muy convencida. — ¿Y Elisa?
— ¡Dalia! — Elisa corre emocionada. — ¿Me trajiste algo?
— No se. Después revisamos la maleta.
— Vamos ahora. Por favor.
— Está bien. — Dalia sube junto a su hermana. Eliseo se acerca a Maritza y la abraza..
— ¿Me extrañaste? — Ella niega con la cabeza, e intenta quitarse sus brazos de encima. — No me trates así. Por favor. — Elíseo le da la vuelta quedando frente a frente. — Llevó semanas sin tocarte. Quiero que tengamos intimidad. — El la aprieta un poco.
— Mari. — Elisa los interrumpe. — Dice mi hermana que subas, te compró un regalo. — Elíseo la suela y ella sube a la habitación de su cuñada. Elisa no tiene paciencia y abre la maleta rápidamente. Dalia le da sus regalos y luego uno a Maritza.
— Espero te guste. — Maritza lo abre y ve un lindo vestido color negro.
— Gracias.
— Fue un placer. — Unos minutos después, las tres bajan al comedor. Elisa le pregunta a su hermana cómo estuvo su viaje, si consiguió un novio. — Estaba en un internado para señoritas.
— ¿Eso que significa?
— Qué no habían hombres.
— Pero salias de paseo. ¿No conociste a nadie?
— Conocí a muchos. Pero ninguno lleno mis expectativas.
— ¿Qué expectativas?
— Las que debe tener para llegar a mi corazón.
— ¿Entonces no tendré un cuñado?
— Por ahora, y en mucho tiempo no.
— Mm. — Elisa se entristece. Dalia termina de comer y va a la sala. Toma un libro y comienza a leer. Más tarde, cuándo está por subír, escucha ruidos, ella se acerca a las escaleras, ve a su hermano tirado y a Maritza asustada en la parte de arriba. Ella llama a una empleada para que pida una ambulancia.
— ¿Qué sucedió? — Pregunta a Maritza. Ella está muy asustada y no responde. La ambulancias llega y Dalia se va con su hermano al hospital.
A la mañana siguiente, el doctor le dice que su hermano está delicado, aún no despierta. Dalia se va a casa para pedir una explicacion. Pues la noche anterior no escucho nada.
— ¿Cómo está Elíseo? — Pregunta Maritza cuándo la ve.
— Aún no se despierta. — Su cuñada llora. — ¿Qué fue lo que pasó?
— Fue un accidente. Juro que no era mi intención.
— ¿Lo empujaste?
— Yo sólo... Sólo me quería ir y el se cayó.
— ¿Por qué pelearon?
— El descubrió que me estoy cuidando.
— No puede ser. — Dalia se estresa. Para pensar mejor va a darse un baño, se cambia y vuelve al hospital. El doctor le avisa que Elíseo ya despertó. Ella va a verlo. — ¿Cómo te sientes?
— ¿Cómo te atreviste?
— ¿De que hablas?
— ¿Creíste que nunca me iba a enterar?
— Elíseo explícate.
— Por tu culpa no he podido tener hijos.
— Eso no es mi culpa. Es tuya.
— Tú dejaste que ella se cuidara a mis espaldas.
— No podía permitir que arruinaras su vida más lo que has hecho.
— No tenías derecho. — Elíseo se altera e intenta levantarse. Sin embargo no puede mover las piernas. Dalia llama al doctor y esté da una mala noticia para ambos.
... Días después, Elíseo regresa a casa en una silla de ruedas. Uno de sus empleados lo sube a su habitación. Maritza se pone a llorar cuando lo ve.
"Lo siento mucho" — Escribe ella.
— No lo sientas. El que yo esté aquí no va cambiar las cosas. Seguirás siendo mi mujer. ¿Entendiste? — Ella asiente.