El destino parece jugarle en contra a Eliana, una mujer dedicada a su familia que cometió el error de dejarlo todo por un hombre que no valía la pena, mientras que Fabio está totalmente decidido a recuperar el amor de la única mujer que ha amado a pesar de los años, sin importar el que dirán se convierte en su amante y lucha por obtener el corazón de ella
Eliana: Entregué mi vida por amor, un amor que no me correspondía y perdí los mejores años de mi vida con alguien que no lo merecía. Ahora no estoy dispuesta a volver a amar
Fabio: Siempre me he considerado un hombre justo y correcto, menos en temas del corazón, en eso estoy dispuesto a jugar tan sucio como pueda con el fin de conseguir lo que me interesa
El amor para mi es como un juego de ajedrez, donde lo único que quiero es cantar el jaque y proteger a mi reina
¿Qué pasará con estas personas que se reencuentran luego de tanto tiempo? Cada quien con su vida hecha
Quédate a descubrir que le depara el destino a esta linda pareja
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Capítulo 6. Una cena con sorpresas
CAPÍTULO 6
Una cena con sorpresas
Eliana
Esta noche vuelvo a arreglarme para salir con mi esposo, a pesar del incidente del anillo quiero pensar que me estoy equivocando y que esto no es mas que un simple malentendido.
¿Pudo haber sido un error, no? No quiero cuestionarme más adelante acerca de que mi siquiera le di el beneficio de la duda. Hoy quiero desestresarme, pensar que todo va a estar bien y que lo que vi esta mañana no fue nada por lo que deba preocuparme.
Mi hijo Eliot también se alista para comer afuera junto a nosotros. Mi niño se ve tan feliz que me conmueve, hace mucho no lo veía así de emocionado por algo. Me gustaría creer que despues de todo lo que ha pasado por mi mente, aun podemos ser una familia feliz y completa. Sin terceros que interfieran en nuestras vidas.
Se hacen casi las siete de la noche y una vez más Juan David no llega a casa. Prometió estar aquí antes de la cena y nuevamente es desplante me llena la cabeza de dudas.
📝—Mamá, ¿a que hora va a llegar papá? Ya tengo hambre. Vamos tu y yo.
Me escribe mi retoño en su libreta y me lo muestra, ya que desde hace algunos años que no puede hablar.
Mis ojos se inundan y volteo hacia la ventana, con la esperanza de ver llegar a Juan.
—Esperemos un poco más, mi cielo, de seguro se le hizo tarde —respondo mientras acaricio su cabello—. Pronto estará aquí.
Seco mis lágrimas y sonrío. Dejo un beso en la frente de mi hijo y camino hacia el recibidor.
Esto me duele, mi hijo está creciendo sin una figura paterna y no es como si fuera gran cosa. Pero crecerá creyendo que ser padre es solo dejar el dinero de la mesada y estar ausente en todo momento.
📝—Siempre se le hace tarde mamá, últimamente ya ni veo a papá, nunca está en casa, ¿qué más da que vayamos a comer con él a ir solo tú y yo? Vamos. No quiero seguir esperando.
Eliot escribe, se para frente a mí y me muestra. Esto de por sí ya está siendo bastante difícil desde antes.
—Esperaremos treinta minutitos más, amor mío. Si no llega te llevaré a comer ese arroz salteado que tanto te gusta, mi pequeño príncipe.
Pasa una hora, ya eran casi las ocho de la noche y ese hombre seguía sin aparecer. Una vez más no atendía mis llamadas, ni los mensajes de su hijo.
Eliot comenzaba a quejarse porque no había comido su cena así que yo debía cumplir aquella promesa y llevarlo a comer.
Esta noche seríamos tan solo él y yo, como ya venía siendo costumbre desde hace tantos meses. Tomé mi bolso mi celular y mi llave. De esta manera salí a cenar con mi hijo. Tratando de sacarme la idea de la cabeza de que Juan David anda con otra.
Caminamos juntos un par de cuadras y llegamos a un pequeño restaurante asiático. Antes de pasar alguien sostiene mi antebrazo, volteo asustada para ver quien era y me encuentro con esa misma sonrisa encantadora del dia anterior.
—Señor Ferrara —le hablo casi sin poder salir de mi trance—. Estuve llamándolo todo el día. Me parece que tengo algo que le pertenece y quiero devolverlo cuanto antes.
—Buenas noches. Eliana, por favor ya no insistas en tratarme con tanto respeto, para ti soy solo Fabio, ¿Sí? Nos conocemos desde hace tiempo.
¿Y este pequeño es tu hijo?
—Hola campeón —saluda a Eliot y alborota ligeramente su cabello entre sus dedos—.
📝—Hola, yo lo conozco, usted es el jefe de papá.
Escribe Eliot en su libreta y le muestra, mientras que Fabio no pudo disimular su cara de asombro.
—¿A sí que no puedes hablar?... Estás en lo correcto, pero fuera de ese gran edificio ya no soy el jefe de tu padre. Puedo ser tu amigo Fabio, ¿Te parece? —pregunta y el niño asiente con su cabeza y le sonríe— Entonces no vuelvas a llamarme de esa manera, ya que somos amigos, para ti soy Fabio ¿Y tu eres?
📝—Eliot —escribe, le muestra y sonríe tiernamente
—Bien Eliot, supongo que ya sabes que tu nombre proviene de un Dios hebreo, ¿No es así? Serás un buen chico —alborota su cabello una vez más y chocan sus manos con el puño— Ya verás que seremos buenos amigos... ¿Vamos a comer?
Le pregunta a Eliot y este le sostiene la mano y juntos se adentran felices hacia el pequeño restaurante.
«¿Pero que es esto? ¿Este hombre me va a perseguir el resto de mi vida? ¿Qué carajos hace él aquí?»
Entro apenada por compartir con él en este pequeño y discreto lugar, ya que pienso que el señor Ferrara con toda su fortuna debería estar acostumbrado a frecuentar lugares de lujo y ostentosos, a pesar de que este restaurante es cálido y acogedor, dudaría que el se sienta a gusto al comer aqui.
Para mí sorpresa, está bien instalado pidiendo la carta del menú.
—Me parece que debemos hablar a solas un momento, señor Ferrara. ¿Me regala unos minutos? —pregunto seria y el me mira fijamente a los ojos y asiente con su cabeza—.
—A usted le regalaría mi vida entera —murmuró cerca de mi oído y caminó delante de mí—.
Salimos del restaurante dejando a Eliot a cargo de pedir la cena para los tres esta noche.
—Usted dirá para que soy bueno, señora bonita —me pregunta mirándome fijamente con esos ojitos tan hermosos—.
—Parece que para poner mi mundo de cabezas —respondo sin pensar—.
—¡Vaya, pero qué sorpresa! Pensé que moriría sin volver a causar ese efecto en usted.
Me mira, sonríe y se acerca demasiado a mí. Estando tan cerca de mis labios puedo respirar lo cálido de su aliento fresco y por un momento sentí ganas de besarlo.
—E... Espera, ¿Qué? No, no... Eso no fue lo que quise decir —retrocedo un paso y siento su mano en mi espalda, misma que me empuja hacia su pecho—.
—Eso fue exactamente lo que oí, y resulta que me gustó. No sabe cuanto me alegra oír eso —sonríe— ¿Así que estuvo buscándome todo el día? —acaricia mi cabello y mi cuello y yo cierro mis ojos tras su tacto— Lástima que estuve ocupado todo el dia, estaría encantado de atenderla.
—No me malinterprete y deje su sonrisota burlona para otra ocasión —reclamo y él sonríe divertido—. Estuve buscándolo, pero no para lo que usted cree, sino para devolverle algo que le pertenece, tenga —le hago entrega de su regalo—. Es muy lindo y admito que fue un detallazo de su parte, gracias, pero no debo aceptar regalos de los colegas de mi esposo, y mucho menos algo así de costoso. Por favor recíbalo de vuelta.
—¿A si? ¿Y segun usted para que creo que me buscaba? Y no me malinterprete usted a mí, no lo hice con la intención de cobrarlo mas adelante, para nada. Tan solo quiero que lo conserve. No le estoy pidiendo ser su amante con esto, por favor. Me conformaría con ser solo amigos —sonríe con descaro y me hace sentir incómoda, apenada y molesta al mismo tiempo—.
—Acéptelo de vuelta, por favor. No puedo tenerlo.
—Ya dije que no —vuelve a acercarse—, ¿Por qué las mujeres tienen que ser tan complicadas? Es solo un detalle, no se está comprometiendo en matrimonio conmigo solo por conservar un regalo ¡Jah! "Ya quisiera usted" —soltó eso último en voz baja cerca de mi oído—. Vamos, los acompañaré a cenar esta noche y eso tampoco está en discusión, ya me comprometí con mi nuevo amigo Eliot y ni piense que con esto me va a pagar ese almuerzo. Debe almorzar conmigo luego.
Todavía está en deuda conmigo, señora Brown.
Se adentra al restaurante con una sonrisa enorme en su rostro dejándome con el regalito este en mis manos. (Sonrío un poco) Como odio que sucedan estas cosas. ¿Dónde diablos voy a esconder esto?
Al llegar nuevamente a la mesa, veo que estos dos están que se matan de risa con una conversación bien entablada entre ellos, Eliot no deja de escribirle cosas y a Fabio parece gustarle sus chistes.
Debido a que Eliot fue quien nos eligió la cena, disfrutamos de unos Ramels muy ricos, un Chop Suei y de postre un flan de vainilla, chocolate y nueces. Algo muy sencillo pero exquisito.
Despues de eso pensé que iríamos de regreso a casa, pero a mi amigo el chistosito se le ocurrió otra brillante idea.
—Oí que el parque de diversiones está de paso en la ciudad y se irá los próximos días, podemos ir y pasar un rato juntos ¿Les parece? —comenta Fabio muy emocionado—. Prometo dejarlos en casa temprano.
Veo que a Eliot le encanta esa alocada idea porque no deja de aplaudir y brincar de felicidad, pero yo estoy exhausta y quiero irme a casa a dormir.
Aunque en realidad pienso en todo lo que estoy atravesando y no me parece una buena idea exponerme asi con ese hombre que medio mundo conoce.
—La verdad no, gracias, estoy un poco cansada y Eliot también tiene que dormir temprano. Mañana tiene que ir al colegio y luego a su clase de piano.
📝—La clase de piano es a las 3 —escribe en seguida y dibuja una carita triste— ¡Por favor maaa, vamos!
—He dicho que no, cariño. Lo siento mucho pero es tarde. Debemos ir a casa a descansar.
—Prometo que será solo un rato —suplica Fabio haciendo un puchero—. Anda, no seas mala, ¿a poco no querrá quedar frente a su hijo como la villana y yo como el amigo divertido, o sí?
"Estúpidamente me hace reír con su comentario todo infantil y ya siento que voy perdiendo, pues ambos asumieron que eso era un si"
—¿En serio a un parque de diversiones? Acabamos de comer. No me imagino ver a mi hijo expulsando los alimentos de esta noche en una de esas atracciones. Olvídelo. Dejémoslo para otra ocasión.
—Entonces vamos al cine. Es temprano todavía y una película dura apenas dos horas. Los llevaré a casa de vuelta, por eso no tienen de que preocuparse. No tengo planes para esta noche y quiero pasarla bien, es solo eso —mintió con cinismo—. ¿Entonces si?
—¿Usted no va a rendirse nunca? —pregunto y el niega con su cabeza y sonríe, mientras que el brillo de sus ojos me hace temblar—. Bien. Que sea Eliot quién decida a donde vamos.
📝—Parque —escribió Eliot rápidamente y sonrió—.
—Bien, entonces ahora vamos al parque y queda pendiente la ida al cine para otro día. Me agrada.
—Espera... —lo halé del brazo— Nos puso a elegir, no quedó en que iríamos a ambas partes.
—¿Cómo puede saber eso? No le dije que renunciaria a una opción solo porque usted elija la otra. Suba ya, no sea tan amargada.
Subimos a su coche y yo me senté en los asientos de atrás con mi hijo, mientras que Fabio no dejaba de mirarme por el retrovisor y sonreír como un idiota.
Me pone nerviosa esta situación, siento que esta esculcando en lo más profundo de mis pensamientos.
q le ven de lindo a ese actor ? de lindo no tiene nada
falta q le traiga a la amantes a la casa