Estoy en lo más alto de mi edificio, viendo a la gente como hormiga ir y venir pensando que tan grande es el mundo y nosotros tan pequeños, soy Ana Leal una reconocida diseñadora de moda, famosa y con el título de bruja de hielo, por ser despiadada y no tocarme el corazón para destruir a nadie, solo que a veces vienen a mi mente recuerdos de mi pasado y la antigua yo quiere volver a salir, es entonces cuando recuerdo que no obtuve nada por ser buena y amable, en ese tiempo solo recibí malos tratos y maldad, por nada del mundo vuelvo a ser así de frágil...
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Capitulo VI Será solo mía
Creo que irme tanto tiempo no fue buena idea, está niña ha cambiado mucho, pero para mí será un placer domarla como quisiera llevarla a la cama de una vez solo que aún no es el momento por lo menos está noche no.
Ana: y bien cuando nos casaremos?
Gabriel: en una semana, te pasaré la historia de cómo nos conocimos y el por qué nadie sabía nada de ti.
Ana: eso es fácil, me compraste el asqueroso de mi padre y me has tenido encerrada todo este tiempo.
Gabriel: joder Ana no estoy jugando con esto, las cosas las harás como yo digo, sino te arrepentirás toda la vida, aún puedo devolverte a tu padre y que te venda a quien él quiera.
Ana: solo estaba jugando ya veo que no te gusta el humor.
Gabriel: no te pases de lista porque no me conoces por las malas.
Ana: como digas, ahora estoy cansada me retiro.
Gabriel: aún no te he dicho que te puedes retirar, falta que bailes conmigo y que te dé tu regalo de cumpleaños.
Ana: no hace falta que me regales nada y en cuanto al baile aún no lo domino muy bien.
Gabriel: no te estoy pidiendo permiso así que vamos a bailar.
Empezó a sonar una música romántica tome a Ana por la cintura y la pegue a mí, pude sentir lo suave de su piel y el olor que sale de su cuerpo me descontroló un poco tuve contenerme para no arrancarle el vestido y hacerla mía aquí mismo.
Ana: su familia ya sabe de mí.
Gabriel: aún no, no quiero que interfieran.
Ana: ok, u entonces como haremos.
Gabriel: pasado mañana iremos a la Ciudad daré una rueda de prensa donde te daré a conocer y nuestra relación.
Ana: jajaja nuestra relación, está bien se hará como digas, ahora sí puedo retirarme a mi habitación.
Gabriel: no.
Seguí bailando con ella no quería soltarla y no sé cómo pasó solo sé que termine besándola, ella no movió ni un músculo cosa que me irritó mucho, ya que sentí su desprecio.
Ana: lo siento me agarraste por sorpresa.
Gabriel: de que te disculpas cuando uno no quiere que lo besen reacciona así.
Ana: mejor me voy a mi habitación.
Cuando escuché sus palabras mi ira se hizo más fuerte, pero que esperaba ella es igual a su familia y capaz está jugando conmigo para obtener lo que quiere.
Gabriel: no puedes irte hasta que yo diga, acaso no entiendes que tú harás lo que yo diga.
Ana: me estás lastimando me estás sujetando muy fuerte.
Gabriel: lo que quiero es partirte en dos a ver si así aprendes que eres de mi propiedad.
Ana: suéltame no puedo respirar.
Solté un poco mi agarre la acerque a mí y la bese con intensidad, quería marcarla, quería que ella supiera que es mía y solo mía, la cargue en mis brazos y la lleve a la habitación, en su rostro se reflejaba en miedo, creo que eso era lo que buscaba volver a ver su miedo, la acosté con mucho cuidado en la cama y empecé a besarla sentía como temblaba debajo de mí, sus ojos estaban cerrados y pude ver como una lágrima salía de sus ojos.
Gabriel: te prometo que no te lastimaré como esos bárbaros hicieron en el pasado.
Ella abrió los ojos y me miró con cara de sorpresa.
Ana: no entiendo de que estás hablando? ¿A qué te refieres?
Gabriel: tu padre me contó cómo en el pasado te vendía y que disfrutabas cuando eran rudos contigo, que te gustaba la violencia.
Ana: en serio le creíste, acaso no te das cuenta de que todo lo que él dijo fue para que me lastimara el que me comprara, a mí nadie me ha tocado nunca yo no he estado con nadie ni por la fuerza ni por nada, ese hombre solo lo dijo para vengarse de mí y tú le creíste, si quieres ahora mismo te demuestro que solo tú me has tocado, que solo tú me has besado.
Ana empezó a quitarse el vestido estaba desesperada y no dejaba de llorar yo estaba en schok, no podía creer que hubiera personas tan malvadas en este mundo no podía verla así, la detuve la acerque a mí y la abrace muy fuerte.
Gabriel: lo siento realmente soy un estúpido como pude creerle a un ser que es capaz de vender a su propia hija. Ven te ayudo a quitar este vestido y a llenar la tina pera que descanses.
Ana: no es necesario yo puedo sola.
Gabriel: deja la pena igual pronto serás mi esposa y estas cosas serán normales.
Ayude a Ana a bañarse, tenía ganas de entrar con ella a la tina, pero no era el momento ahora tenía otra carta a mi favor, yo seré su primera vez y eso la hará volverse loca por mí. No aguante más y salí del baño no quería que la bestia que había en mí saliera y lo arruinara todo.