Un Jefe Pervertido

Después de servirle la cena, salí de la sala VIP para respirar un poco. Él tiene algo que realmente inquieta y no es de mala manera.

Unos veinte minutos más tarde, volví a entrar y ya se había colocado su saco.

- Señor Belmonte, ¿Desea postre? - Pregunté educada.

Brandon - Claro que sí, pero nada que este Restaurante pueda servirme.

- Lo que pida, seguro lo obtendrá - Dije haciendo referencia a cualquier tipo de postre que podrán elaborar.

Brandon - Señorita Daurella, lo que deseo, profundamente, es... - Caminó hacia mí como un depredador - Un beso suyo - Dijo a centímetros de mi cara, con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón

Me sorprendí por tal atrevimiento, pero me quedé muda, solo pude atinar a mirar sus labios, pero eso fue un desastroso error.

Brandon- Gracias por su respuesta - Sonrió

Todavía no sabía cuál fue mi supuesta contestación hasta que me besó, lentamente.

La respiración se me cortó por varias razones y mi conciencia festejaba que un papasito estuviera haciendo eso, aunque mi intimidad no la estaba pasando bien.

Al separarse, me miró y se alejó.

Brandon- El postre está delicioso, señorita Daurella. - Dijo para luego irse.

Cuando logré salir de mi aturdimiento, fui hasta la mesa para recoger todo y vi el dinero en efectivo junto con una nota.

"Cada vez que desee comer aquí, usted me atenderá. El precio de mi consumición la pasará el dueño a mi número, esto es su propina. "

-¡Wowwww! ¿Tanto? - Varios, miles de dólares eran para mí, algo totalmente anormal.

Saliendo del VIP y dejando todo en la cocina, me coloqué en el comedor hasta completar mi horario laboral.

A la medianoche el Restaurante cerró y yo tomé un taxi para ir a casa. Siempre es igual.

Llegue en pocos minutos y obviamente, las chicas estaban durmiendo. Me duché y me acosté.

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Un nuevo día ha empezado y nuevamente, está lloviendo.

- Buenos días -Digo llegando en la cocina, donde está mi amiga.

Amanda- Querida, ¿Cómo te fue anoche?

- Mmmh, normal, nada interesante. -Mentí, por vergüenza.

Amanda - Me alegro, iré a vestirme.

Me quedé sola y antes de recordar lo sucedido, fui a levantar a Bella. Yo ya estaba vestida, iría nuevamente de pantalones, pero mi amiga, apareció para "matar y comer del muerto"

- Estás bellísima, directo a matar a tu noviecito - Dije riéndome.

Amanda - Esa es la intención. Ayer la princesa logró algo impensado, así que hoy voy a terminar el trabajo.

- Amiga, en horarios laborales no se puede. El jefe va a despedirte.

Amanda - Eso si me agarra en el acto, además, Joaquín es socio y no creo que lo permita. Al jefesito principal, le falta una mujer que lo atienda.

- No seas atrevida. - La reté.

Amanda - Atrevida, no. Sincera, me enteré que se divorció hace dos años porque su esposa no quería darle hijos, y Supuestamente, desde entonces no tiene quien le caliente la cama.

- Que chusma.

Amanda - Pues sí, el chisme vuela en la empresa.

- No tanto, a mis oídos no llegó.

Amanda - Amiga, todavía no eres secretaría.

- ¿Qué tiene? - No entendí.

Amanda - Tenemos un grupo especialmente de secretarías, desde recursos humanos, hasta abogacía, y por supuesto, Vicepresidencia, ósea yo.

- ¿Patricia también estaba en ese grupo?

Amanda - Jajaja querida, ella fue la que nos contó. - Sacó el celular y me lo pasó para mostrarme la conversación.

-Secretarias-

EveRRHH- ¿El jefesito tiene pareja? Yo estoy disponible.

LanaAB- No lo sé, pero yo también me "sacrifico"

PatriciaPr- Niñas insolentes, el joven Brandon está divorciado.

LanaAB- ¿Hace cuánto? ¿Por qué?

PatriciaPr- Al rededor de dos años porque su esposa no quería hijos.

EveRRHH- Yo tampoco, pero puedo pensarlo por un buen revolcón

LanaAB- La práctica es interesante jajaa

- Atrevidas, ni siquiera se ha instalado y ya quieren profanar su cuerpo. - Contestó Amanda

LanaAB- ¿Es cierto que busca secretaria?

PatriciaPr- Sí, yo me jubilaré, pero ya tiene a alguien preferida.

- Espero que sea mi amiga - Dijo Amanda.

...

El chat sigue, pero el chisme se terminaba por ahí.

- Ustedes están locas, hablar así del Jefe.

Amanda - Ellas sí, yo hablé muy bien, ni me ofrecí.

- Más te vale, sino Joaquín se enojará

Amanda- No me arriesgaría jaja - Dice riendo.

Bella como siempre, desayunaba en silencio y luego salimos a tomar el transporte público.

La misma rutina de cada día, bajar en el colegio, entrar a mi hija y caminar varios metros para ir a la empresa. Me coloqué en mi puesto de Trabajo y Amanda subió a su piso.

Estaba bastante distraída cuando escuché la voz de quién anoche se robó mis labios.

Brandon - Buenos días, señorita Daurella.

- Buenos días, señor Belmonte.

Brandon- ¿Puede acompañarme a mi oficina? Necesito hablar con usted.

- Ahora me es imposible, señor, no puedo abandonar la Recepción.- Dije sincera.

Brandon- Soy el jefe y puedo decir que sí, le permito dejar su puesto libre.

- Pero... - Iba a reclamar.

Brandon- Sígame. - Caminó hasta el ascensor sin dejarme contestar - Señorita Daurella, vamos. - Volvió a repetir.

A duras penas y con rabia, dejé mi puesto. No quiero acompañarlo, me sentiré incómoda a solas con él en su oficina.

Al llegar a su piso, vi a Amanda en su escritorio y enfrente a ella, el puesto de la secretaria de Presidencia, estaba vacío.

Nos sonreímos con mi amiga y Brandon abrió la puerta de su oficina para permitirme la entrada, como un caballero, yo primero. Cerró la puerta al ingresar y mis nervios empezaron a notarse.

Brandon - Señorita, quiero informarle que la he elegido como mi secretaria. - Seguro mi sorpresa era notoria - Este es su nuevo contrato de trabajo. - Me pasó una carpeta y empecé a leer. - Dígame si quiere corregir algo. -¿Corregir? Está loco, el contrato es genial, tiene todos los beneficios que Recepción me daba, más el doble del sueldo. El horario era un poco más extenso, pero nada que interfiera.

Tal vez, deberé contratar una niñera, pero nada que ese sueldo no pueda pagar, además solo serían unas cuatro horas que no podré estar.

- Una cosa.- Dije llamando su atención.

Brandon- Dígame.

- Los primeros días necesitaré salir a las 14 hs para ir en busca de mi hija a un colegio que esta a poca distancia de aquí, por lo menos hasta encontrar una niñera.

Brandon- No hay problema, mientras que eso sucede, puede ir a buscarla y traerla aquí. Conocí a su hija y es tranquila, sé que no será un inconveniente en su trabajo.

- Gracias, señor.

Brandon- Un placer, señorita Daurella, además, ya soy el tío de esa princesa.

Sonreí un poco por lo que dijo y luego firmé el nuevo contrato.

Brandon- ¿Puede empezar hoy?

- ¿Ahora? - Me dará un paro cardíaco. No puedo estar en dos lugares a la vez.

Brandon- Sí. Si no le molesta.

- Pero, ¿Cómo atenderé Recepción? No puedo

Brandon - Jajajajajajaja - Empezó a reírse de mí - Señorita, en Recepción habrá otra persona.

- Bueno, si es así, entonces sí. Iré por mis cosas. ¿Necesita algo?

Brandon - Un café negro, lo más puro que pueda, sin azúcar.

- Si, señor. Permiso - Él asintió y salí muy tranquila...

Llegue al escritorio de Amanda y le di la noticia.

- Querida, seremos compañeras de piso.

Amanda - ¿En serio? - Pregunto con una gran sonrisa - ¿Ya eres secretaria?

-Sí, amiga, acabo de firmar el contrato.

Amanda - ¡Ahhhhhh! -Gritó feliz - Te voy a agregar al grupo -Dijo con el celular en la mano.

Me Reí y la dejé sola, subí al ascensor, bajé hasta el primer piso, recogí mis cosas y volví a subir.

- Amiga, ¿Dónde está la cafetería?

Amanda - Ven, te mostraré todo.

Caminamos juntas y me ubicó en cada espacio, los baños, la cafetería que solo podíamos usar nosotras dos, para uso personal, de nuestros jefes o invitados; el archivero, junto a la fotocopiadora y por último, donde guardaban las cosas de seguridad.

Preparé el café y ella aprovechó para llevarle uno a Joaquín, aunque todavía no se lo había pedido.

Fui a la oficina para llevarle a mi jefe su pedido a ver si le agradaba y saber si necesitaba algo más.

- Señor -Le entregue la taza. - ¿Necesita algo más?

Brandon- Por ahora no, organízate en el escritorio y recorre el piso así lo conoces.

- Amanda ya me dio un tour.

Brandon- Wow, que rápido. Me alegra.

-Permiso - Dije para luego salir.

Estando en el escritorio, ordene todo, prendí el ordenador y me pidió una clave.

- Amiga - Le hablé a Amanda que está en frente de mí, un escritorio delante del otro.

Amanda - Dime

- Esto me pide una clave.

Amanda - Ah sí... - Se levantó de su lugar y me pasó una pequeña nota con varios números - Debes cambiarla por una clave de tu gusto, que sea totalmente personal, ni siquiera tu jefe puede saberla.

- Gracias.

Hice lo que me dijo y seguí trabajando normalmente, durante todo el día.

A las 14 hs fui por Bella y volví a la oficina, donde ambas estuvimos Tranquilas, el señor Belmonte no me pidió nada y no se comportó extraño.

- Primer día excelente- Susurré al finalizar y nos fuimos a casa.

Amanda hará el mismo horario que yo, para tener más dinero.