ELUCIBETH, NO NACE MUDA TODO ES PRODUCTO DEL ACCIONAR INHUMANO DE SU MADRASTRA.
LA VENDE COMO YEGUA DE CRÍA A UNA FAMILIA PODEROSA.
ELUCIBETH TIEMBLA DE MIEDO, EL HOMBRE DESTINADO ES UN HOMBRE CRUEL Y SIN CORAZÓN.
JAMÁS IMAGINÓ QUE EL MISMO HOMBRE LA HARÍA SENTIRSE VALIOSA Y AMADA
NovelToon tiene autorización de Thalita Lis para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 6. Burla
El vestido blanco de Prada, le llegaba hasta los tobillos, adornado con un hermoso encaje que descendía desde los hombros hasta el dobladillo de sus mangas. Se veía muy hermosa.
Se sorprendió que le quedaran a medida.
Pero no fue lo mismo con los zapatos, éstas le quedaban una talla más grande. Aún asi se los quedó ya que sus zapatos estaban muy gastados y tenían un pequeño agujero en una de las plantas.
El zapato que eligió fue el más modesto, el de tacón mas bajo, estilo stiletto, de un color marrón del mejor cuero.
Desechó la posibilidad de usar el resto, porque le resultó muy extravagante e imposible de caminar con ellos.
Ya vestida, cogió su bolso de tela y sacó las únicas cosas de valor.
Antes de esconderlos en el armario, tomó la fotografía y la acarició al tiempo que suspiraba con melancolía.
'Querido Jhonny, ¿dónde estás?, ven y rescátame por favor'
'¿A caso me olvidaste?'
Suplicó con dolor y dejó rodar muchas lágrimas, que mojaron sus rostro en poco tiempo.
Aun recordaba sus profundos ojos negros como el carbón, viéndola con amor.
Elucibeth lo conoció una tarde de primavera. El adolescente de 15 años la había arrollado accidentalmente con su bicicleta mientras ella volvía de recoger el vestido de Thiara de la tintorería.
Jhonny se bajó muy a prisa de la bicicleta y le extendió la mano con preocupación.
'Perdóname preciosa'.
Se expresó con sinceridad y luego curó el raspón en su rodilla.
Elucibeth se enamoró de el a primera vista. Era tan dulce y atento. La hizo sentirse amada e importante por primera vez.
Ya por la noche soportó con alegría los azotes de Madame por llegar tarde ese día, ya que se pasó el resto de la tarde en compañía del muchacho. Riendo y disfrutando de un helado. De solo pensar en él, su cuerpo adquiría fuerzas para continuar.
Se secó las lágrimas con melancolía. Besó la fotografía y lo escondió en el armario.
Se cepilló su larga cabellera e hizo dos trenzas como de costumbre.
No a sabiendo como usar el ascensor, optó por las escaleras.
Como un corderito asustado empezó a vagar por el enorme espacio. Ninguna sirvienta tenía la intención de ayudarla y solo pasaban por su lado ignorándola.
"'Esa campesina es menos que nosotras. ¿Por qué debemos de servirla?'" Murmuraban cizañosas. "Peor aún es una tonta muda". Rieron entre ellas.
Elucibeth agachó la cabeza y continuó su camino sintiendo una fuerte punzada en el pecho.
Pensó que soportaría los comentarios nada gratos, al fin y al cabo ya se había acostumbrado. Pero se equivocó. Las duras palabras estuvieron a punto de hacerla llorar.
¿Que culpa tenía ella?. No eligió ser muda y tampoco deseaba venir a vivir en la vacía mansión.
La vida simplemente le dió la espalda.
"Te vez muy bien" Dijo Estela cuando la tuvo al fin en el comedor. Elucibeth se pasó la mano por los ojos y esperó de pie. "Sientate muchacha". Ordenó.
Elucibeth obedeció y se sentó a la mesa. Los diversos platillos en la mesa la sorprendieron y sintió babear.
La pobre tenía mucha hambre. Desde la tarde anterior no había probado bocado.
"Come todo lo que quieras".
En cuanto oyó la autorización, Elucibeth empezó a tomar de la mesa.
Si su lengua no habría sido dañada hubiera devorado todo poco tiempo sin esfuerzo alguno.
Mientras masticaba con dificultad recordó con melancolía el infierno en casa de los Matew.
Solo podía comer las sobras.
Sin que se diera cuenta unas lágrimas se deslizaron por sus delicadas y blancas mejillas.
Estela al verla frunció el ceño y dejó sus cubiertos.
"¿Te pasa algo chiquilla, te duele algo?".
Ella negó con la cabeza y se secó las lágrimas sin dejar de masticar.
Su aspecto era como de una criatura que habría pasado meses privada de alimentos, encerrada dentro de un calabozo.
La culta mujer, sintió un poco de asco por su forma de comer.
Apagó sus náuseas con un sorbo de vino antes de abrir la boca.
"Eso me alivia. Si estás enferma no me sirves, y tendría que devolverte. Mañana visitaremos el hospital, te harán un examen general. Desde ahora debes de comer bien, estás demasiada delgada. No quiero tener nietos enfermos".
Volvió a afirmar con la cabeza con gran melancolía. Suspiró y continuó con el filete de res. Desde de su infancia no había vuelto a comer carne y ahora que tenía la oportunidad, quería aprovechar la ocasión. No sabía cuando volvería a disfrutar de ese exquisito manjar otra vez.
" Por Dios, nadie va a quitarte la comida" Protestó con enojo la mujer. "Deja se tragar y come como una persona y no como un animal". Estela se levantó de la mesa disgustada y se perdió en la esquina.
Elucibeth agachó la cabeza y dejó escapar unas lágrimas.
El hambre se le fué y regresó a la gran habitación.
Se pasó toda la tarde encerrada y lloró por largo rato. Luego se dirigió al baño y se lavó la cara.
Al salir se sentó en la butaca de cuero negro y contempló el rostro de Bryan Prieto del Sol desde la distancia.
¿Cómo un hombre tan hermoso podría ser tan cruel? La pregunta dió vueltas en su cabeza.
Por mas que se esforzó, no logró descifrar la razón.
'Quizá es un ángel con corazón de un demonio. O un ángel caído'.Pensó al final.
Cuando ya se hizo de noche, alguien tocó la puerta.
"Princesa , baja a comer, la cena está lista". La voz de una de las empleadas sonó con burla y malicia.
Cuando bajó no vió a Estela por ningún lado. Solo a las empleadas dándose un festín en el gran comedor, comandadas por Carlota.
Ni bien la vieron, comenzaron a burlarse.