Me enamoré de John a primera vista pero me obligaron a casarme con su hermano Damon
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Capítulo 6
Comprendí que siendo la hija ejemplar no gano nada, ni el cariño de mis padres quienes manejan mí vida a su antojo y ahora me hacen casarme. Me arrepiento de haber llegado pura a ésta edad.
Mí único acto de rebeldía fue estudiar medicina de lo cual no saben nada porque sino ya hubiesen cancelado mí matrícula e inscripción, afortunadamente poco les importa lo que hago y los guardaespaldas que notifican cada uno de mis movimientos solo saben que paso varias horas en la universidad pero no investigan nada más.
No tengo más opción que casarme. Me daría lo mismo trabajar de mesera con tal de vivir en libertad y tener una vida normal pero mis padres son demasiado poderosos y si dicen que no conseguiré trabajo así será, son capaces de pagar a cada tienda, restaurante y lugar disponible para que no me den trabajo. Aveces el dinero es una maldición.
Me casaré pero ésta vez será a mí estilo, mí madre dice que mañana iremos por mí vestido y lo haremos, pero veremos si mí elección le agrada o no.
Mí querido marido tiene que darme el divorcio de alguna manera y espero no se le ocurra consumar ésta farsa porque ya que esperé tantos años, lo haré por amor.
Pensé en varias opciones para librarme de esto e intentaré hablar con mí esposo y llegar a un acuerdo, si eso no funciona intentaré hacerle la vida miserable de algún modo, pero parece tan frío que no se si algo pueda hacerle daño.
Dormí mal, sabía el día que me esperaba. Tanto tiempo obedeciendo órdenes y tomando estúpidas clases para acabar casada por un contrato que enriquecera más a mis padres quienes tienen dinero para generaciones y todo por ambición. ¿Yo que gano con esto? Absolutamente nada.
Fuimos a una tienda exclusiva de vestidos de novia que estaba cerrada al público solo para recibirnos a mí madre y a mí, beneficios del dinero.
-Quiero lo mejor que tengas, lo más exclusivo y lo que nadie haya usado antes, no me importa el precio, lo pagaré- demasiado altanera, así es mí madre a diario. Las vendedoras corrieron a buscar diferentes vestidos y los dirigieron a mí probador mientras una chica esperaba conmigo para ayudarme en las pruebas.
-¿Cómo es su prometido señorita y como desea estar el día de su boda?- suspiré, no podía decir la verdad pero le respondí "el tiene gustos raros pero quiero complacerlo"
-¿A qué se refiere?- preguntó desconcertada
-Verás, mí futuro esposo suela con verme vestida de novia pero no de blanco, el adora el color negro y siempre dice lo hermosa que luzco en él, por lo que solo me gustaría que me dijeras de éstos vestidos- señalando la gran cantidad que debía probarme- que estén disponibles en color negro- luce desconcertada
-¿Quiere casarse de negro?- preguntó confundida
-*Si, pero me probare los vestidos en color blanco porque mí madre es demasiado tradicional por lo cual no debe enterarse que será negro, ¿De acuerdo?
-Si, no se preocupe. Bueno estos son los únicos que tienen disponibilidad en ese color*- pasaron de ser treinta a cinco, perfecto
-Necesito también si tienes algún cinturón de pedrería porque mí madre querrá más brillos y extravagancia
Salí uno a uno con los vestidos que me fui probando y mí madre me miraba con indiferencia, jamás pasaría la experiencia de tener esa madre llorando emocionada abrazando a su hija al verla vestida de novia. Pero ahora eso no importaba "*Ya verás madre que hermosa sorpresa te llevarás el día de la estúpida boda"
-Elige cualquiera*
Fui al probador y le dije a la vendedora que me miraba estupefacta por la reacción de mí madre, seguro creerá que soy adoptada o algo por el estilo.
-Quiero este pero en negro, necesito que lo mandes a ésta dirección cuando esté listo. Acepta esto por toda tu ayuda- le di un sobre con 5000 dólares
-*Gracias señorita todo saldrá perfecto, mis mejores deseos para su boda
-Muchas gracias, eres muy amable. Adiós*- le di un beso en la mejilla a modo de despedida, no por tener una clase social alta tengo que despreciar a los demás
-¿*Y el vestido?
-Necesita unos pequeños ajustes en la zona del busto madre, no deseo quedar desnuda en plena fiesta
-Vamos, apúrate. Tengo cosas que hacer*- dijo saliendo del lugar, siempre tan grosera e irritante
Yo solo la seguí como siempre mostrándole tristeza ya que eso le hace feliz pero por dentro estaba celebrando mí triunfo. Se siente tan bien tener un acto de rebeldía, no se por qué no hice nada antes