Casada Con Un Desconocido

Casada 5

Capítulo 5 : La primera cena.

Elsa ISASA.

– Mire Señorita. Yo no he robado su documento y menos aún utilizado para casarme. - repetía ya por tercera vez Fernando – ¿Porque haría una cosa tan estúpida? Según lo que me enteré por la policía se trataba de una pareja de ladrones, una joven de cabello azul y su amigo secuaz que realizaron esa noche varios robos en Volcano. ¿Por qué decidieron casarse con documentos falsos ?Lo desconozco. Quizás buscaban extorsionarnos en el futuro–

–Señor Espinosa. ¿No cree que su relato es un poco fantasioso? Mire. Necesito arreglar esta situación con urgencia. ¡No he podido vender mi Mercedes porque consideraban que mi auto era bien ganancial de mi matrimonio! –

– ¿Y usted cree por ventura que yo no tendré problemas cuando venda mi producción de ganado? ¿No tiene idea cuánto sale una vaca premiada verdad? ¡Jamás la cambiaría por una de mis reses !-- dijo casi gritando Fernando Espinosa.

Matilda los escuchaba con asombro y temor. Nunca había visto tan enojado a su jefe.

– ¡Me está comparando con una vaca!- resopló Ma Cristina…Usted.. usted.. – Mientras buscaba con odio en su mente un calificativo adecuado escuchó a su teléfono sonar. Trató de tranquilizarse y contestar.

– Hola Mariano. Si ya llegué. Estoy bien querido. No te preocupes. Arreglaré este asunto ya mismo con el Señor Espinosa y volveré quizás esta misma noche.-- dijo decidida.

Matilda los miraba a los dos con asombro. ¿Le pareció escuchar que el señor y la joven estaban casados?

Fernando escuchaba la conversación telefónica con una sonrisa en el rostro. Dudaba que esa noche pudiera sacarse de encima a su nueva “ esposa”.

– Matilda. ¡Quiero cenar ya! ¡Lucas, deja esa computadora y ven a la mesa!

– Por supuesto Señor. ¿Pongo un plato más para nuestra invitada?- dijo la mujer conciliadora y con cierta esperanza en que la Señorita Cristina, termine por aceptar el juego que el destino le deparó.

– Señora Matilda. Le agradezco. No tengo mucho apetito pero los acompañaré. - dijo molesta cortando su teléfono y los reclamos y recomendaciones de Mariano.

– Entonces pase al comedor Señorita. Quizás le apetezca nuestro jugo casero de las moras de Laguna Azúl – dijo.

– ¿Puedo pasar al baño por favor?- respondió. Necesitaba terminar la conversación con ese hombre y ver qué solución le daban al problema. Pero de hecho no podrían hablar en la mesa frente al niño.

En el baño social trató de asearse un poco. Sería lo correcto que se cambie la indumentaria : vaqueros y abrigo, pero su maleta estaba en el carro. Solo pudo retocarse el maquillaje y el perfume que traía en su bolso.

Pensó que el dueño del hogar y su hijo estarían aseándose así que no tuvo mucha prisa en salir.Cuando marchó al comedor vio con asombro que padre y vástago parecían no haberse cambiado. Es más, destacaban en la mesa por su presencia descuidada.

– ¡La esperábamos! ¡A qué hora pensaba salir Señorita Alcántara!- dijo el maleducado de su esposo.

– Pensé que se cambiarían para la cena. La mesa está tan bien ornamentada y con muchos manjares.¡ Muchas gracias Matilda!-

– respondió María Cristina ignorando a su patán esposo.

– Siéntate mujer. Comamos. Sirve por favor Matilda. - dijo Fernando Espinosa -

María Cristina se sentó apartando sola su silla. Miró a Fernando con odio manifiesto.

– Padre. ¿Puedo pedirle a Matilda que lleve mi plato a mi recámara? Así tú puedes hablar con tu novia. -

– No soy su novia jovencito. Y es de mala educación no participar en una mesa cuando hay invitados.--no pudo evitar retrucar María Cristina.

– Eres mi esposa según parece. Pero aún no eres madre de mi hijo. Así que quien lo educo soy yo. Puedes retirarte Lucas. - dijo Fernando.

– Gracias pa. ¡Hasta mañana Cristina! - dijo el joven llevando dos panes crujientes con relleno en cada mano.

– Entiendo que quieres el divorcio verdad. Bien. No hay problema. Pero MAÑANA tengo una feria ganadera. Debo concurrir con Grace. Y tú me acompañaras.

– Vas a concurrir con una mujer y yo debo acompañarte. ¿Por qué?- pregunto molesta con ese maleducado personaje que la desgracia le dió como marido.

La comida está siendo servida por Matilda y se veía muy apetitosa.

– “Grace” vale millones y debo venderla en la feria. No quiero tener problemas como tuviste cuando quisiste vender tu Mercedes. Luego de la feria ganadera haremos el trámite del divorcio.¿ Acordado?

– ¿Venderías a Grace? ¿Qué eres? ¿Un mafioso? -

– Grace es mi novilla campeona. Y debo sacar mucho dinero por ella.¡ Y tú me ayudarás! - respondió mientras comía con gran apetito.

Los ojos de ambos se prendieron uno al otro con furia. Los ojos de su nuevo esposo eran hermosos, de un gris acero profundo. Si le sacaba toda esa mugrosa barba sería sin dudas un actor turco de los más bellos.

Fernando apartó la mirada de la de su nueva esposa. Ese brillo de miel de sus ojos marrones le inquietaba aunque nunca lo reconocería.

– Matilda te habrá explicado. No encontrarás un hotel cerca. Haré que bajen tu equipaje y dormirás aquí.-- María Cristina lo escuchaba mandar en su vida tratando de mantener sus cabales y frenar su lengua. – puedes elegir recámara. Hay varias. Ahora, si quieres dormir conmigo, no hay problema.- dijo con una sonrisa ladeada idéntica a la de lucifer.

– Estimado y mugriento esposo. Creo que estás perfecto para dormir abrazados a una fémina:” Grace” Buenas noches y muchas gracias por la cena. Por favor Señora Matilda,¿ me acompaña a una recámara con llave en la puerta?-

– Buenas noches mujer. ¡Me extrañarás.! El “querido Mariano” con quién hablaste está lejos y hace frío. Tu marido puede darte calor. Incluso me bañaré por ti.¿ Qué dices?-

– Señora. La acompañaré.Haré traer su maleta y buscaré la llave de la puerta para que se sienta segura. - dijo Matilda.

María Cristina dando la última mirada despreciativa a su marido que sonreía, se levantó y siguió a la mujer a su recámara. Tenía que ir a una horrorosa feria de ganado para conseguir su libertad. Y eso haría. El Señor Fernando Espinosa aún no la conocía.