Hecha A Mi Medida

Narra Perla.

Lunes por la mañana y al llegar a la oficina me encuentro a Ximena esperándome con mi café favorito y su jugo verde, como está la desaparecida? Mi amiga no tiene filtro ni remedio, le platiqué super brevemente lo que hice con Gael y le prometí darles detalles a la hora de la comida, porque comeríamos juntas. Me puse a trabajar y se me pasó en un suspiro, cuando me senté con mis amigas a compartir los alimentos me bombardearon con preguntas, les conté con todo el detalle posible en un lugar público y les comenté también de la comida del domingo donde me negué a seguirlo viendo y me despedí dejándolo solo en el restaurante.

Las dos coincidieron en que estaba loca, que no debí ser tan cortante, que me diera la oportunidad de gozar ese bombón aunque fuera un poco más.

La verdad es que me gustó mucho y no me arrepiento, pero no estoy lista para nada serio, mi corazón está muy lastimado. Aun con esa certeza no logro alejar a Gael de mi cabeza.

Narra Gael.

Después de unos días estoy como loco pensando en Perla, no logro que salga de mi mente y tal vez hasta se metió en mi corazón. Aunque también puede ser el maravilloso sexo qué tuvimos. Yo nunca sentí con ninguna mujer lo que sentí con ella. En mi vida hubo dos mujeres importantes, una fue Sara la clásica rubia bonita, alta, delgada, de buena familia, que siendo mi primer amor, también fue la primera vez, fuimos novios desde la secundaria y teníamos una relación hermosa, crecimos y pasamos a tener sexo, pero ella era muy recatada, chapada a la antigua, no quería tener relaciones y me costaba mucho intimar con ella, y cuando lo hacíamos ella parecía que lo sufría, en vez de disfrutarlo. Pero yo la amaba y tenía que reprimir mi deseo por ella, así estuvimos juntos por años hasta que nos graduamos. Intenté por todos los medios que se abriera y nada. Me hacía sentir literalmente como si la estuviera forzando, como si la lastimara, como si la violara. Claramente con esos pensamientos yo tampoco podía disfrutar de nuestros encuentros. Así que decidí terminar con ella y para mi sorpresa ella estuvo de acuerdo, posteriormente conocí a Patricia, ella me llamó la atención por que era lo contrario de Sara, al principio las cosas se dieron bien, no éramos muy compatibles, ni en la vida, ni en la cama, pero bueno, de Sara si había una notable mejoría, claramente solo para mi, ya que ella al no sentirse plenamente correspondida, ya que yo realmente nunca la ame, siempre coqueteaba con todos, no digo que fuera una fácil o una infiel, pero media sus opciones constantemente y yo no le podía decir nada, incluso siendo sinceros, la utilizaba de algún modo, por tanto trataba de compensarlo dándole muchos regalos, buenos tratos y un lugar formalmente a mi lado, pero no funcionamos y al final ella me dejó por otro, claro que tuvo la desencia de romper antes conmigo. Así que solo de nuevo seguí el consejo de mis amigos y busque diversión sin compromiso en muchas chicas, pero era sexo vacío, me presentaron a innumerables chicas pero por alguna razón no congeniamos, algunas eran claramente fáciles, otras muy interesadas, me tocaron una o dos infieles, etc.

En fin que terminé cometiendo un grave error, regresé con Sara. Resulta que al ver que iba y venía, despertaron sus celos, porque yo estaba seguro que nos amamos mucho y solo las reglas morales y religiosas inculcadas por sus padres, eran el obstáculo para que fuéramos felices. Así que al regresar con ella me hizo prometer que no más sexo hasta que nos casaramos, cosa a la que accedí sin problemas, teniendo en cuenta que no era muy placentero estar con ella. Pero tenía la ilusión de que después del matrimonio y ya no siendo pecado, se, abriera a vivir de otra manera su sexualidad.

Ahí si que me vio la cara, y realmente no me lo esperaba, la muy malvada durante nuestra separación había experimentado mucho, pero lo que no me esperaba es que fue con personas del mismo sexo, incluso se enamoró perdidamente, pero al ser su familia tan anticuada, su salida fue usarme como según yo la había usado, para casarse y salir de su hogar de blanco, aparentar ante la sociedad y después de un tiempo botarme a la basura, Lo bueno es que Marco mi amigo la descubrió un día por casualidad hablando por teléfono con su pareja y me puso al tanto. Se que tal vez lo merecía, pero yo realmente la amaba y tenía mis esperanzas puestas en esa relación, además ya saben como nos sentimos los hombres al ver que nos engañan y más si es con una mujer. Mi cabeza explotaba y creí que no lo superaria. Después de un tiempo vino lo del traslado de sede y eso me llevó a conocer a Perla.