Klaus Glendson Cassano es el primogénito de la familia más temida de Manchester. CEO de una gran empresa y Don de una de las mafias más influyentes, es conocido por su frialdad, su inteligencia aguda y una brutalidad sin límites. Entre noches llenas de fiestas y una vida de poder absoluto, Klaus vive bajo la constante presión del consejo para cumplir un deber que insiste en postergar: el matrimonio.
Tras años evitando compromisos, el consejo decide intervenir y pone en riesgo su título como Don. Obligado a elegir una esposa entre las herederas de la mafia, Klaus se niega a ser manipulado. Acepta casarse… pero con una condición: la elección será suya, y solo suya.
Entre amenazas veladas, alianzas políticas y juegos de poder, Klaus inicia su propia cacería. Pero lo que era solo una obligación estratégica puede convertirse en un desafío aún mayor cuando la mujer equivocada —o demasiado correcta— cruza su camino.
Porque, en el mundo de Klaus Cassano, amar es debilidad. Y él no acepta flaquear.
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Capítulo 5
Klaus...
- ¡Pero eso que están diciendo es inadmisible!
Dice Héctor, todos los demás consejeros estaban perplejos.
- Inadmisible fue lo que pasó ayer. El área que debía estar siendo vigilada por sus hombres, fue usada como ruta por los Martineli's y lo más gracioso es que no tuvieron dificultad alguna.
Digo calmado.
- No entiendo lo que pasó, Klaus...
Dice Héctor realmente confuso.
- Klaus tiene toda la razón, un error como ese es inadmisible, Héctor. Creo que no puedes continuar como uno de los consejeros de la Manchestary.
Dice Sergio.
- ¿Qué?
Dice Héctor aturdido.
- Es exactamente eso, serás destituido del consejo, si no consigues proteger un lado de la ciudad, significa que alguna mafia enemiga puede entrar y masacrarnos, como lo que hicieron ayer en la casa del consigliere de uno de los DON'S.
Completa Sergio y los otros miembros comenzaron a discutir el asunto. El comportamiento de Sergio llama mi atención, él parece estar esforzándose para esconder su felicidad, ya Héctor está confuso y aturdido con la posibilidad de salir del consejo.
Mis hermanos parecen estar de acuerdo con Sergio, ya Felipe comparte el mismo pensamiento que yo, hay algo mal en esta historia, pero por ahora, es mejor entrar en el jueguito de Sergio.
- Propongo que la decisión tomada sea a través de votos.
Dice Paul y todos los miembros están de acuerdo.
- ¿Quién desea que Héctor continúe en el consejo?
Nadie levanta la mano o dice algo y con eso Héctor baja la cabeza.
- Está decidido, estás destituido del consejo y a partir de hoy tus pasos serán vigilados por 24 horas y en caso de que aparezcan pruebas de que ayudaste a los Martineli, serás muerto de la peor forma posible.
Digo y todos están de acuerdo, la sonrisa estaba estampada en el rostro de Sergio, si él piensa que me engaña, voy a mostrar quién manda en esta mierda, así que descubra lo que realmente pasó.
- Fue un honor servir a la Manchestary, quiero que sepan que yo nunca los traicionaría, yo no sé lo que pasó, pero yo voy a probar que soy inocente.
Dice Héctor y Felipe me mira. Después que la reunión acaba, todos salen de la sala, excepto yo, Felipe y Héctor.
- ¿Qué el señor desea conversar conmigo?
Pregunta mirándome del otro lado de la mesa.
- Héctor, sé que tú no traicionarías la confianza que yo y mis hermanos depositamos en ti.
- ¿Entonces por qué fui destituido del consejo?
Pregunta confuso.
- No seas tonto, aunque yo sepa de tu lealtad, los otros miembros y mis hermanos quieren tu cabeza en una bandeja, o yo te destituía, o tendría que matarte.
- Tienes razón, pero ¿qué hago, quedo como un supuesto traidor para siempre?
Yo lo miro pensativo.
- Cumple lo que prometiste, prueba que eres inocente y trae para mí el nombre del verdadero culpable.
- Sí, señor.
La noche....
- P-por... favor...
El hombre gritaba e imploraba para que yo parase, pero solo paré así que termino de serrar su pierna, los gritos de él me dejan contento y la sangre brotando es un espectáculo.
- Deberías estar agradecido de que yo aún no lo haya matado, no acostumbro a dejar a alguien que me debe tanto vivo.
Digo pisando en su otra pierna, donde había un agujero, que olía mal, él grita aún más.
- Veo que estás en tu terapia.
Dice Felipe de lejos.
- Me estoy divirtiendo un poquito.
Felipe ríe.
- No quiero estropear la diversión, pero la fiesta de las mafias es dentro de 30 minutos.
- ¡Droga! Me había olvidado completamente.
Tomo mi arma y disparo en el ojo del hombre, que en el mismo instante muere.
- Quería haberme divertido más.
Ando en dirección a Felipe, estoy con la ropa goteando de sangre, hasta mis zapatos están empapados, que por donde yo ando queda marcado.
- ¡Vamos!
Ordeno pasando por él que luego viene atrás.
.....
Todas las mafias reunidas en el mismo lugar, eso puede dar una verdadera confusión, no me gusta el hecho de que los enemigos de la Manchestary estarán en el mismo ambiente que nosotros.
Cada dos años, los consejos se reúnen para llegar a un acuerdo sobre los territorios, con eso algunas mafias dejan las diferencias de lado y se unen, lo que es muy raro.
- Hoy la noche será muy agradable.
Dice Felipe mirando en dirección de Guxta, el capo de la Camorra, a su lado está su hermano mayor, León.
- Recuérdame que yo no puedo matarlos, por lo menos no aquí.
Digo y sin dar tiempo de que él diga algo, oigo una voz irritante de la mierda.
- ¡Hades! Qué bueno que te encontré.
Dice Ana, la hija más joven de Sergio, ella agarró mi brazo, mientras rozaba su escote en mí.
- ¿Puedo acompañarlo en esta fiesta?
Pregunta con segundas intenciones, yo apenas estoy de acuerdo, después de esta noche, solo podré relajarme foll-ndo a alguien.
Saludamos a varios aliados y amigos, luego mis hermanos llegaron con sus mujeres y poco después, los Martineli's llegaron.
- Qué ganas de torturar a esos hijos de puta.
Dice Mikael tomando su whisky, los Martineli's miraron en nuestra dirección y nítidamente nos provocaron.
Victor estaba dispuesto a matarlos en el mismo instante que nos provocaron.
- Calma, Demon, no podemos hacer nada, aquí ellos tienen tantos aliados como nosotros, ese lugar se convertiría en una zona de guerra.
Digo.
- Tienes razón.
Dice calmándose, miro a los Martineli's con una pequeña sonrisa.
- Luego, luego esa sonrisa de ellos desaparece.
Completo casi en un susurro, observando que ellos se aproximan.
- Buenas noches, señores Cassano.
Dice Guxta en tono de provocación.
- ¿Cómo se atreven a dirigir la palabra a nosotros después de lo que hicieron?
Pregunta Mikael encarando a él, como si quisiera matarlo, Guxta apenas ríe.
- ¿Qué hicimos? ¿Tiene pruebas de lo que dice o eso es fruto de su imaginación fértil?
Mikael parte encima de él y nosotros lo sujetamos.
- Salga de aquí, Guxta, no se olvide que está en nuestro territorio, entonces es mejor salir antes de que yo mate a usted y cuelgue su cabeza en plaza pública. Y si yo fuera usted, rezaba mucho, porque cuando llegue mi vez, no seré piadoso.
Digo y la música para, en cuestión de segundos, nuestros aliados, encaraban a los aliados de la Camorra y cualquier movimiento brusco, iniciaría una guerra.
Guxta es halado para lejos por su hermano y los ánimos son calmados.
- Necesitas relajarte, querido.
Dice Ana y yo hasta me había olvidado de la existencia de ella.
- Es mejor que desaparezcas de mi frente, antes de que yo reviente tus sesos.
Digo y ella prácticamente corre.