Mia está en un gran problema.
Luego de la muerte de su madre, un extraño hombre que dice ser su padre aparece en la vida de Mia, poniendo de cabeza su mundo entero. El mundo que pensó que era un mito se convierte en su realidad. No solo existen los hombres lobos, sino que ella también lo era, precisamente un beta. Confundida con los acontecimientos, Mia hace lo que mejor sabe hacer: adaptarse.
Sin embargo, ella no esperaba que su burbujeante personalidad la metiera en más de un aprieto cuando descubre que es la compañera destinada de uno de los príncipes alfas de sangre pura.
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Solo quiero Dormir
Después de un par de respiraciones y de armarme de valor para hablar, lo miré a los ojos y le dije:
— Veo que ya tenías tu propia familia — comenté restándole importancia — A ellos no parezco agradarles. Debiste decirme al menos esto. Sí iba a ser así pude quedarme con mi nana o sola. Después de todo, ya casi tengo 18 años.
— Quise hacerlo pero te desmayaste. Este es tu hogar, Mia. Aquí perteneces.
— Excusas, excusas — tarareé.
Parecía que él no sabía cómo tratar conmigo, se llevó una mano a los cabellos y luego me observó como si hubiera tomado una decisión.
— Lamento si las palabras de mis hijos te hicieron sentir incómoda. Ellos no son malos, solo que está situación los tomó por sorpresa. Solo dales tiempo. Yo hablaré con ellos...
— No te preocupes. Lo entiendo. Yo también reaccionaría de la misma manera si mi padre llevara a casa a la hija de su amante. Pero, pensé que tú amabas a mi madre, te veías tan dedicado. No te estoy recriminando nada, sé que los hombres suelen ser volubles. Y no es que pensará que no harías tu vida, pero ellos parecen de mi misma edad...
Deje las palabras colgando mientras esperaba una respuesta de mi padre. No es que lo estuviera juzgando, hubiese comprendido si él hubiera rehecho su vida, pero este no era el caso.
— La amaba, ella era mi compañera destinada por la Diosa Luna. Sabes, en nuestra especie muy pocas veces encontramos a nuestra alma gemela. Por lo que la mayoría de las veces optamos por matrimonios por conveniencia. Antes de conocer a tu madre... ya me había casado.
Sus ojos se veían distantes y llenos de arrepentimiento mientras terminaba de responder. Quizás se estaba lamentando por sus errores del pasado o estaba estreñido. Bueno, no creo que sea lo último. Sin embargo, algo más captó mi atención.
¿Diosa Luna? ¿Especie? ¿De qué diablos estaba hablando? No me digas que era una nueva religión ¡Espera! Con toda la conmoción que sucedió no pude pensar en las cosas importantes. Justo cuando iba a preguntarle si realmente se podía convertir en Cerberos, las palabras que mi padre dijo a continuación me sorprendieron por completo.
— Mañana vas a ir a la Academia Real del Reino de Norden. Solo por esta vez te pido de favor que no le digas a nadie que eres mi hija. Al menos hasta que los chicos te acepten para que no salgan lastimados por los rumores que se podrían esparcir. Emily se sentiría herida si eso ocurriera.
Quise reírme de rabia en cuanto escuché su petición. Y se veía tan decente. Acaso no le importa que yo salga herida. Claro, para él no era importante. Quizás solo era una carga indeseada con lo que le tocaba cargar. Y tan bueno que todo se veía.
Sabía que era demasiado perfecto para ser verdad.
Toda esa mierda de padre perfecto no era más que una mentira.
¡Lo bueno es que nunca esperé nada de ti!
Claramente, esto lo pensé, si lo decía estaba segura de que no me auguraban cosas buenas.
— ¿Quieres mantenerme oculta como si fuera tu sucio secreto? Papi, ¿para eso me trajiste? Si así es como te ibas a comportar era mejor que me dejes con mi nana — le dije con malhumor — ¿A qué lugar de mierda vine a parar? ¿Puedes llevarme con mi nana?
— Solo será por poco tiempo. Hasta que los chicos se acostumbren y hasta que tú te acostumbres a este lugar. No puedo mandarte con tu nana, porque aquí perteneces, Mia. Aquí puedes estar segura, rodeada con los tuyos. Sé que debes tener muchas preguntas sobre el reino, nuestra especie y la Academia, disculpa que te ordene ir de manera imprevista, sin embargo, es necesario que vaya…
— Solo quiero que se vaya señor Duque. — dije interrumpiendo sus palabras. — Gracias por su hospitalidad. No sé preocupé aceptaré su petición de mierda — le dije mientras colocaba una almohada sobre mi rostro.
No quería escucharlo, estaba demasiado abrumada por mis emociones como para pensar.
— Mia…
— Solo quiero dormir.
— Está bien, le diré a alguien que te traiga el desayuno. Cualquier cosa que necesites solo debes pedirle.
— Okey.
Unos minutos después escuché como la puerta se cerró suavemente. Quité la almohada de mi rostro y tomé a mi gato Serafín que estaba aún dormido, le pase una mano por su cuerpo.
— Parece que solo te tengo a ti.
Serafín abrió sus ojos verdes por un momento antes de soltar un maullido mimoso y empezar a lamer mi mano con su lengua rasposa.
— Tú eres el único que amo.
Decir aquello me hizo sentir un poco más ligera. Luego rodé sobre la gran cama mientras miraba alrededor de mi nueva habitación, la cual era definitivamente el doble de grande de mi antigua habitación. No solo eso, la decoración era muy lujosa.
El tocador estaba lleno de productos femeninos. Con pasos titubeantes me dirigí hacia lo que supuse que era el guardarropa, el cual estaba lleno de ropa nueva. Había decenas de vestidos, blusas, suéteres, también una docena de uniformes de color negro. Abrí el primer cajón y lo que me recibió fue una docena de juegos de lencería, saque un interior y lo evalúe. No era tan anticuado como los calzones de una abuela, pero no completamente de mi tipo. Abrí otro cajón, que estaba lleno de accesorios como collares, peines, etc. Luego ojee otra de las puertas del guardarropa, la cual estaba llena de todo tipo de calzado.
— Sí, esto es lo único que necesito de él. Un techo, comida y dinero.
Caminé hasta el escritorio en dónde me encontré con una pila de libros, tomé uno, lo ojee de manera rápida antes de dejarlo en su lugar. No pude evitar preguntarme, ¿cuándo preparó esto? Todo estaba tan minuciosamente pensado que me hizo sentir un poco mal.
Es decir, solo habían pasado dos días desde que mi madre murió, por lo que preparar los documentos de traslado, arreglar las propiedades e incluso ordenar está habitación debió tomar su tiempo.
Lancé un suspiro sin saber si estaba cansada o decepcionada. Mi vida había dado un giro tan extraño, tenía tantas preguntas acerca de todo. Pero, aparte de eso, estaba sintiendo que haber aceptado la propuesta de mi padre fue una gran mala idea.
Sin embargo, se iba a arrepentir por traerme bajo engaños. Una sonrisa maliciosa se formó en mis labios mientras planeaba mis próximas acciones.